Un nuevo día en Saint-Paul School. Me encuentro discurriendo los pasillos de la escuela en busca de Catalina. Debo entregarle los apuntes de Biología que me pidió prestados anoche por teléfono. Hoy solo tenemos la última clase juntos, entonces, debo buscarla a tientas porque olvidé preguntarle dónde estaría. El uso de celulares aquí está prohibido y con el susto de ayer con Vergara hoy no lo traje por lo que llamarla no es una opción.
Voy a pasar por la sala de profesores, veo salir al profesor de Educación física alías Acondicionamiento físico. Se trata de un Moreno treintañero, alto, acuerpado, de blanca dentadura. Angel Mina, rápido, flexible y fuerte, pero destacaba más por ser estricto en las clases.
-Hey, Ángel -lo llamo, trotando hacia él. Todos le hablamos de manera informal.
Mientras no estamos en clase él suele ser divertido y sonriente.
-¡Qué más, Christopher! -responde con entusiasmo. Él es todo animoso, como las personas de su raza es muy buena persona- ¿Qué te trae por aquí?
-Estuve pensando y... acepto tu propuesta de entrar al equipo de fútbol -aviso sin rodeos. Inmediatamente se le ve sonreír.
-¡Que buena noticia! Hombre, me alegra que estés en el equipo. Te enviaré el horario de entrenamiento a tu correo. Debo dar mi clase, nos vemos -dicho esto se marcha.
Acababa de sacrificar mi tiempo libre por pertenecer al equipo de fútbol de la escuela. Me gusta el fútbol y no soy un mal jugador, por el contrario, el profesor Ángel me sugirió entrar al equipo por mi destreza, pero jamás había pensado entregarme de lleno a un deporte cuando lo que realmente me apasiona es la música. Espero este sacrificio de sus frutos.
-¡Christopher! -esa entusiasmada voz que grita a lo lejos no es otra que Catalina. Viene corriendo, atravesando la plaza para reunirse rápidamente conmigo- Te he estado buscando.
Se inclina y pone las manos sobre las rodillas para sostenerse mientras recupera el aliento.
Puedo darme el lujo de observarla. Viste su sensual uniforme de volleyball de entrenamiento. ¡Bah! No es sensual, es solo una camiseta sin mangas blanca y un short del mismo color. ¡Qué imaginación tienen!
-Yo también, nadie me daba razón de ti -aclaro al tiempo que le entrego mi cuaderno con los apuntes.
-Estaba entrenando y no podía salir a buscarte. Smirnov se toma todo muy enserio y arma un problema si sales por cualquier motivo. Es re-cansona -relata, haciendo una extraña mueca al nombrar a Aspen, está de más decir que no la soporta. Por cierto, muchos dicen que en la primaria eran amigas- aunque yo sea la capitana me veo obligada a respetar la "jerarquía" Smirnov.
Me da un poco de risa. "Jerarquía", eso suena tontamente gracioso.
-Hablando de jerarquía ¿Has visto cuánto poder le da nuestro rector a Aspen? Sabrá Dios qué hace ella a cambio, la han visto ir a su oficina muy seguido -empieza a contar en tono despectivo; como quién quiere iniciar un nuevo rumor.
En este punto tengo dos opciones, esquivar la conversación, tal como mamá dice que es lo correcto o... sentarme como una «vieja bochinchera» a hablar mal de los demás, tal como hace Luis García, que es un completo chismoso, Sí, ese Luis es mi amigo, pero tiene una debilidad: los grupos de niñas chismosas.
-No he notado nada fuera de lo normal. Además, Smirnov es la nieta de la fundadora ¿No? Es lógico que atienda asuntos en la oficina -respondo mostrándome desinteresado. ¡Dios mio, que suene convincente!- Tengo clases pronto, nos vemos.
Huyo, sin despedirme como debía. No quiero caer en su trampa y hasta soltar por descuido lo que he visto en la oficina.
Voy caminando con los auriculares a todo volumen en mis oídos. Hay un grupo español, La oreja de van Gogh, que para mí es poesía pura y lo escucho todos los días entre clases. Al doblar en la esquina de uno de los pasillos, me estrello con alguien, todo por cerrar un instante los ojos para concentrarme en la sensual voz de Amaia Montero interpretando "Apareces tú"
-Lo sien... -corto las palabras cuando percibo que es Aspen quien chocó contra mí.
Me arrodillo sin pensarlo y recojo su carpeta y otros papeles que por mi culpa de le cayeron. Ella me mira desde arriba sin parpadear. Su expresión me parece diferente esta mañana, pero como siempre que muestra un gesto diferente éste es indescifrable. Me levanto con sus cosas y se las entrego, ella da las gracias quedamente y pasa por mi lado.
Recuerdo que debo disculparme y en una repentina acción le agarro el antebrazo para detenerla.
-Ve, Aspen... yo quiero disculparme por lo de ayer -empiezo con un nudo en la garganta. Admitir que uno se ha equivocado nos es nada sencillo.
-Acabo de hacer que rebajen tus notas -suelta con frialdad. La miro sin comprer y ella extiende un informe de calificaciones. Mi informe con fecha de hoy.
Se lo arrebato y lo analizo.
-Biología y matemáticas, ahora están más bajas del promedio y tendrás que pasar un tiempo de tus vacaciones de verano aquí recuperándolas -explica y estoy seguro que tengo cara de querer llorar de frustración y enojo.
Sin más se da la vuelta y empieza a alejarse.
-¿Por qué lo hiciste? Es tu venganza ¿verdad? Porque todos se están burlando de ti y te molestan. Pero déjame decirte que tú misma te lo buscaste. ¡Sólo tú, por ser tan despiadada y sin corazón! -alego a la distancia, lleno de dolor, pero ella no se detiene.
-¡Bruja descorazonada! -grito en última instancia, justo antes de perderla de vista al doblar el pasillo.
Arrugo el informe que Aspen me entregó y lo echo al bolsillo de mi pantalón. Doy respiros profundos para calmarme y me dirijo a mi salón, no tengo tiempo que perder, necesito esforzarme por subir el promedio antes de que lleguen las vacaciones o Aspen terminará ganando esta guerra.
Mi próxima asignatura es Biology, sí, se dice en inglés porque la estudiamos completamente en inglés. Los martes son más aburridos que los lunes. Mi horario de clase está encabezado con un proyecto de lectura y escritura propio de esta escuela, cada profesor tiene un grupo a cargo sin importar cuál es la asignatura de su especialidad. Yo pertenezco al grupo de la profesora Angélica Gutiérrez. Y después de una hora en aquella clase, que para ser sincero no está nada mal, debo enfrentarme a dos horas de Biology, luego viene un descanso para pasar a portugués y finaliza con matemáticas.