Capítulo 18: Gabrielle
Nosotros somos nuestro propio demonio, y nosotros hacemos de este mundo nuestro infierno.
Oscar Wilde
8 horas antes
Alexander
Hace algunos días me informaron que el maldito de Lodge me estaba vendiendo con los federales, lo que el maldito no sabía que es que esa gente trabajaba para mí. Cada información que se entregaba en esas oficinas pasaba por mi primero. Así que encontré esta buena oportunidad de acabar con el maldito.
No me agradaba, la gente soplona
¿Es que nadie entiende que por la boca muere el pez?
Traje a la estúpida de Jazmín para tenerla de distracción, el maldito de Lodge tenía un fetiche con las pelirrojas y bueno Jazmín era toda una diosa, así que mejor forma de entretenerlo con la chiquilla? El maldito viejo no dejaba de mirarla lascivamente, al punto que ni siquiera pestañeó cuando una de sus prostitutas le echó veneno en su whisky. Solo observaba como la chica del pelo azul se iba con una sonrisa triunfante al ver como el idiota cayo, ella también tenía la orden de entregarle un arma a Jazmín para que se defendiera. Sabía lo predecible que es Jazmín y tan pronto ella viera que no le prestó atención, se iría a bailar. Y así mismo fue, se fue a bailar junto con la chica de pelo azul y con su amiga pelinegra que bastante la conocía fue una de mis chicas favoritas cuando ella empezó a trabajar como escort para La Casa Madame Lilith.
Es muy hermosa tu mujer - dijo Elijah observando el trasero de Jazmín alejarse, no pude evitar carcajearme, como lo había dicho en un principio él era tan predecible.
Así es, así que quita tus malditos ojos de ella - respondí seria cosa que provocó que quitara aquella sonrisa asquerosa que él tenía. Por lo que tomó el vaso de whisky envenenado y le dio un sorbo.
¡Muy bien!
Hay una cosa que me está molestando desde hace días - hablo observando como el rostro de Elijah está bañado en sudor, noto como sus manos comienzan a temblar y como su respiración comienza a acelerarse.
Así que cuéntame Elijah, sabes lo que es lealtad? - cuestiono viendo cómo se pone aún más nervioso ante mi pregunta.
Cari, creo que se te ha bajado la presión, tomate un poco de este trago a lo que voy por tu medicamento - dijo una de sus prostitutas dándole el trago envenenado, este nervioso se lo toma completo y hace que la chica le sirva otro.
Estoy tan fascinado ante tal escena.
Estaba a punto de responder cuando vi una figura que no he sido capaz de olvidar, aquella chica rubia de pelo rizado se había vuelto una pequeña obsesión. Desde aquella vez que la había visto en el festival no me la he podido sacar de la mente. Y cuando la vi bailar, joder, era como ver un ángel danzando en medio del infierno, llenándolo de luz y paz.
¿Por supuesto que se lo que es la lealtad y más en este negocio, a qué viene tu maldita pregunta tan capciosa? - respondió alterado, interrumpiendo mis pensamientos al ver a Gabrielle trabajar de mesera, note como le costaba respirar y aquello lo tenía enojado.
Sin responder a lo que él dijo, me levanté y sin pensarlo me dirigí hacia ella, esto estaba a punto de convertirse en un maldito baño de sangre y no quería que nada malo que pasara. Y era algo que no entendía, jamás en mi vida había tenido este tipo de sentimiento hacia alguien que no fuera Alexandra.
Tienes que irte de aquí - dije, logrando que ella brincara del susto, y derramara la bebida que estaba preparando.
¡Carajo! ¿Qué coños te sucede? - cuestiono observando de mal manera, pero abrió los ojos sorprendida de verme.
¿Con qué derecho me dices eso? Estoy trabajando y si me voy no podré pagar mi renta, así que sea cual sea tu paranoia, descárgala con otra persona - respondió firme, ignorándome para seguir repartiendo tragos, aquello me enojo exaspero demasiado, así que sin pensarlo demasiado salte la barra y la cargue sintiendo sus golpes en mi espalda.
Que me sueltes maldito loco, ¡auxilio me están secuestrando! - gritó, pataleando nadie se movió o dijo algo todos los que estaban aquí sabían quién yo era, y sabían que desafiarme era como buscar su propia muerte.
Acher! - grité, y en segundos Acher estaba enfrente de mí, esperando instrucciones.
Quiero que te la lleves a la camioneta y que te asegures que no salga de allí - ordené, se la pase a Acher y este se la llevó sin importarle sus gritos.
Me dirigí hacia la mesa y me encontré con Elijah quien estaba respirando con dificultad, intentando conseguir aire, me acerqué a él y me senté a su lado sirviendo un trago.
¿Pensaste que jamás me enteré de que estas intentando venderme a los federales? = dije sin tapujos, Elijah trago en seco estaba tan pálido que si hubiera estado de mejor humor le hubiera sacado una fotografía, pero estaba loco por acabar con esto e irme con cierta rubia que está poniendo algo loco.
Alexander... eres tan.. Estúpido... e ingenuo - respondió riendo - Se que cometí el error de intentar entregarte con los federales, tuve que haberme ido por algo más grande, al menos me iré al infierno, sabiendo que fui el autor de la muerte de tu querida Alexandra, yo mismo le dije a Arturo donde encontrarla y que hacer, mis hombres lo ayudaron - dijo riéndose. - Todavía hay gente que quiere tu maldita cabeza, nadie a tu alrededor te es fiel, hasta tu muj… - siguió a decir, pero no lo deje terminar de hablar, estaba cegado por la ira.