Blood

Capítulo 17

—¿Cómo les fue con la discu...?—decía Ámbar mientras ingresaba a la habitación, pero se detuvo al mirar que yo estaba por morder el cuello de Dressler—. ¡Keyland! —gritó aterrada.

 

—¿Qué pasa Ámbar, por qué gritas? —preguntaba incomoda Keren, pero luego gritó de igual manera al ver la escena.

 

Vuelvo a la realidad y me entero realmente de lo que estoy haciendo, estaba por insertar mis colmillos para succionar la sangre de Dressler y dejarlo sin vida, esto sin duda no podía seguir así. Me alejo del cuerpo de Dressler y me pongo de pie frente a él.

 

—¿Qué intentabas hacer? —preguntó Ámbar temerosa y mirándome muy asustada.

 

—Nada, yo...

 

—Yo creo saber qué pasa —habló Keren muy segura.

 

—No es lo que creen —interrumpí tratando de callar su comentario.

 

—Desde que llegaste a esta universidad te has comportado de una manera muy extraña, yo sé realmente lo que eres —continuaba diciendo Keren mirándome muy seria.

 

—Keren ya vámonos —dijo Ámbar mientras la tomaba del brazo.

 

—No Ámbar, es necesario desenmascararlo, que nos diga la verdad de una vez por todas.

 

—¿Qué quieren saber de mí? Vamos, hablen. No me importa. —No me dejaría manipular, negaría todo lo que dijeran.

 

—Yo se que tú eres homosexual Keyland —terminó finalmente de decir Keren—. Y estás enamorado de Dressler.

 

Aunque no sé si que ella pensara eso es bueno o malo, lo importante es que no es lo que yo esperaba. Pensaba que ella tal vez me había observado alguna noche en el bosque, al igual que Luck, pero por suerte no fue así.

 

—¿Qué? Yo no creo eso Keren —comentó incrédula Ámbar—. Y además si fuera así, ¿a nosotras qué nos importa?

 

—Ya empiezas a defenderlo. ¿Entonces qué otra explicación razonable podrías tener? Él estaba por besar a Dressler para aprovecharse de que estaba dormido, por lo menos que tenga el valor de decírselo de frente.

 

—¿Saben qué? No me interesa lo que piensen de mí, váyanse de la habitación que no tengo ganas de ver a nadie. 

 

Una vez cerrada la puerta, me recuesto sobre ella y dejo salir una profunda bocanada de aire de mi interior. Estuve a punto de asesinar a Dressler, de tener mi primera caza humana. También hubiera echado a perder toda mi investigación de estos cuatro años, no puedo darme el lujo de permitir que me expulsen de la universidad, más ahora con la extraña conversación entre la directora y la bibliotecaria. Algo extraño esconden y tendré que descubrirlo.

 

Esta reacción violenta fue culpa de la música religiosa, eso es algo imposible de impedir en un vampiro, ni siquiera tomando mi medicamento lo hubiera impedido. No puedo arriesgarme a seguir frecuentando distintas divinidades ya que la siguiente vez podría ser letal.

 

Miro a Dressler y veo que extrañamente sigue dormido, por suerte no se enteró de nada de lo que pasó hace unos segundos, sólo esperaba que Ámbar y Keren no le dijeran nada. Decido dormir de una vez por todas, mañana sería un día muy difícil y arriesgado, tendré que confiar en la sangre artificial, aunque aún no sé cómo enfrentar las divinidades ubicadas en la capilla.

 

Me recuesto sobre el sillón rojo que hay en la habitación para poder dormir allí, lejos de Dressler y su sangre. Cierro suavemente los ojos y me introduzco en la profunda oscuridad de los sueños.

 

 

 

Mi alrededor es frío y oscuro. Mis pies están rodeados completamente de arena, miro hacia el frente y veo el mar, azul y caudaloso. Supongo que me encuentro en una playa, aunque ésta no está para nada soleada. Alzo mi mirada al cielo y noto que posee muchas nubes de tonos grisáceos, parece que se avecina una tormenta.

 

Bajo mi mirada y la ciño nuevamente en el mar. La brisa marina pega con mayor intensidad al lado de las olas. En un momento aparece una mujer corriendo de un lado a otro a la orilla del mar. Miro su rostro detalladamente y me entero de que es mi madre, Elizabeth Blood. Se mira contenta y entretenida corriendo entre las olas de la playa mientras el viento mueve su frondosa cabellera rubia. 

 

Es perseguida por un hombre, delgado, muy pálido y con su cabello color negro. Fijo mi mirada en su rostro y compruebo que se trata de mi padre, David Blood. Su expresión facial se torna divertida y entretenida. Se encuentra muy ocupado persiguiendo a mi madre por toda la orilla de la playa. Cuando finalmente la alcanza, ambos se funden en un cálido abrazo seguido de un romántico beso. 

 

En unos segundos el clima cambia radicalmente, pasa de ser un día muy frío y oscuro a ser totalmente lo contrario. Grandes rayos de sol caen del cielo sobre las aguas marinas y todo lo que se encuentra bajo el cielo, provocando que la zona acuática de la playa parezca agua hirviendo. Como consecuencia de ello, la piel de mis padres se va derritiendo lentamente hasta que su rostro y demás partes del cuerpo queden como un completo esqueleto. Todos sus órganos también se derriten, a excepción del corazón, que permanece vivo y latente.



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En el texto hay: vampiros, muertes, sangre

Editado: 16.11.2019

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