D caminaba lentamente por un lugar oscuro y fúnebre, Riphia de Eunvania era el nombre del castillo por el cual caminaba lentamente. Hace dos horas había llegado después de haber aceptado el pedido de aquel hombre. Left Hand, un larasito ayer habitaba en la mano izquierda de D desde su nacimiento, se encontraba hablando de cosas sin importancia desde un buen rato, el sonido de la carne siendo perforada retumbaba sus oídos.
Sus pasos eran bastante lentos, cada uno retumbaba cuando hacía contacto con el suelo, sus ojos azules y fríos miraban a cada lado buscando a la chica o a los cazadores. Se detuvo al ver una gigantesca escalera que daba a la zona superior del castillo, colocó su primer pie sobre los escalones y un aire frío removió su sombrero y cabellos.
"Lo sientes D... hay demasiada magia acumulada en este lugar" habló Left Hand desde su lugar. El cazador se quedó parado todavía tocando los escalones con un solo pie, levantó su rostro para ver como en la cima había un gran portón con detalles dorados. "Creo que allí está lo que buscamos... ¿pero ni me parece que el Vampiro secuestró a la sobrina de él, para saciar su lujuria?"
D no respondió, solamente apoyo su otro pie sobre el escalón y comenzó a caminar paso a paso hacia la puerta que estaba en lo más alto. "D... debes tener cuidado, presiento varias magias dentro de aquel lugar, y puedo sentir Sacred Silver" volvió a comentar el parásito. D asintió y apuró sus pasos, lentamente llevó su mano a la empuñadura de su gigantesca espada y la sacó de su funda rápidamente.
*Clink*
El sonido de dos metales se escucho frente a aquella puerta, el cazador tenía su espada colocada a un lado mientras bloqueaba una patada de un ser con grandes alas, ojos rojos, piel naranja y sus pies eran cubierto por botas metálicas. "Eres bueno humano" mencionó la criatura. Abrio sus dos grandes alas y las aleteó para ascender rápidamente.
D se giró para quedar frente a aquella criatura, llevó su espada un poco hacia atrás, miró seriamente a la criatura, esta a una velocidad increíble se lanzó hacia el cazador, D contrarrestó su ataque con un simple balanceo de su gigantesca espada. La criatura fue lanzada contra una de las paredes del lugar, se recuperó rápido y se impuso de esa misma pared para volver a lanzarse hacia D.
El azabache volvió a contrarrestar y se giró para volver a bloquear otro ataque de la criatura. El ser alado comenzó a aumentar su velocidad mientras se lanzaba de una pared a otra. El cazador apretó la empuñadura y la hoja brilló por unos momentos. 'Plata Sagrada' pensó la criatura alada algo sorprendida.
D se inclinó levemente y la criatura se lanzó en picada hacia el "¡Ahora D!" gritó Left Hand y el azabache se lanzó en ascenso a donde estaba la criatura. Estando en el aire dio un breve giro impactó con gran fuerza su espada al cuerpo del alado, este bloqueo apenas usando sus garras, mirando como poco a poco la espada las iba atravesando. 'Maldita sea'
"¡¡Aaaah!!" forzó más su empuje hacia abajo y terminó atravesando las garras y cuerpo de la criatura en el aire. El cazador cayó al suelo y a su lado ambos pedazos del cuerpo. Suspiró levemente y siguió caminando hacia la gran puerta frente a él.
Estiro su mano izquierda hacia ella, para que su palma chocara contra el material de la puerta "¿Sientes que sea una trampa?" preguntó el azabache mientras desplazaba su mano por varios puntos de la puerta.
"No... en la puerta no siento magia ni ofensiva, ni defensiva... es una puerta normal" respondió Left Hand. D ya seguro de lo que decía el parásito, con esa misma mano empujó la puerta suavemente. Esta hizo un pequeño ruido, las bisagras de la misma estaban oxidadas y provocaron el sonido. El interior de esta sala era bastante espaciosa, varias velas alumbraban su edificación, y grandes esculturas de gárgolas.
El azabache comenzó a caminar mirando detalladamente a cada esquina, habían bastantes estandartes dr todos tipos y color, vasijas de oro como adorno, una mesa repleta de instrumentos de torturas. Más adelante había lo que aprecia ser una celda y al lado de la misma, colocado sobre una mesa, una esfera de cristal. "Eso era lo que expulsaba magia"
El cazador caminó lentamente hacia la celda y mesa donde estaba la esfera, levantó el objeto y lo examinó durante varios segundos, no tenía nada raro a parte de la expulsión de magia que tenía constantemente. Al sentir un murmullo a su lado, giro el rostro y miro tres figuras dentro de la celda.
La primera era una mujer idéntica a la foto que le había enseñado aquel hombre, había otra mujer de piel morena, cabellos algo corto de color naranja, y sus ojos eran azules. Por último era un hombre alto y robusto, cabellos negros, piel ligeramente bronceada y ojos negros, su ojo izquierdo era atravesado por una cicatriz de manera vertical.
"¿Karen...?¿Cazadores?" preguntó a las tres figuras y ellas asintieron lentamente. D llevo su mano izquierda a uno de los barrotes y la apretó "Alguna manera de abrirla"
"Si... dame unos minutos" el cazador escuchó como el metal era masticado lentamente por el parásito en su mano derecha. Después de dos minutos, dos barrotes de la celda habían desaparecido y dejado un agujero lo suficientemente grande para que los que estaban dentro salieran.
Ellos comenzaron a salir uno a uno, D les quitó las mordazas sobre su boca y las cuerda que sujetaban sus brazos "Muchas gracias..." comentó el hombre masajeando una de sus muñecas. Este se dirigió a la mesa y tomo una empuñadura de espada sin hoja, la empuñadura tenía forma de cruz y era blanca con líneas doradas. "Soy Trevor... Trevor Beltmon"
'¿Beltmon....?Pensé que todos habían muertos' habló el azabache en su mente.
'Al parecer hay uno vivo' respondió el parásito.
"Yo soy Sypha Belnades, y soy una cazadora... ¿tu también lo eres cierto?" el azabache asintió "No hablas mucho... no importa, todos somos diferentes" sonrió la mujer morena mirando al inexpresivo cazador que la había rescatado.