00; prólogo

-Bueno. Esta es mi parada- dijo la rubia luego de que el camión se detuviera frente a el cartel de bienvenida al pueblo.

Se quedaron sentadas en silencio, mirando a la nada, a la espera de que la otra hablase, pero ninguna se atrevía a decir adiós, no después de todas las pérdidas que habían sufrido en tan poco tiempo. Lo único que querían era quedarse en el coche juntas, dándose consuelo y llorando por sus desgracias, pero ellas no eran así, no era propio de ninguna quedarse llorando como dos niñas cuando en realidad tenían la oportunidad de recuperarlo todo.

-No quiero que te vayas- habló la loba, por primera vez desde que habían emprendido el viaje-. No quiero dejarte aquí sola, quiero estar contigo, Kya.

-No quiero dejarlas solas tampoco, Hay, pero no tenemos otra opción.

Puso su mano sobre la rodilla de la otra, dándole un apretón para que supiera que seguía ahí, pero ella tenía la mirada perdida en la carretera. Subió su mano hacia el rostro de la híbrida e hizo que la mirara. Gran error. Sus ojos estaban aguados y llenos de tristeza.

-No quiero perderte a ti también.

Lloriqueo antes de lanzarse a sus brazos, escondiendo su rostro en el pecho de la bruja, que la abrazó con fuerza, queriendo protegerla del mundo.

-No vas a perderme, ¿sí? Nunca- le besó el cabello con dulzura-. ¿Quieres llevarme al pueblo? ¿Quedarte conmigo esta noche? ¿Eso te haría sentir un poco mejor?

Hayley se separó de ella poco a poco, asintiendo levemente e inclinándose hacia el tacto que Kya le ofrecía al acunar una de sus mejillas con su mano.

Luego de poner en marcha el vehículo y adentrarse en la carretera que las llevaría a su destino, Kya tomó la mano de la madre de su sobrina, entrelazando sus dedos. Hubo un momento en el que ambas se quedaron como piedra, y fue cuando un camión pasó cerca suyo, pero eso no era lo impresionante. Sino el hecho de que sobre el capó de este se encontraba transformado un alfa de ojos rojos, exactamente lo que Kya había ido a buscar.

-Oh por todos los demonios.

-¡Lo sé!- se rió emocionada- Encontramos a nuestro lobito, Hayley Marshall.