Blue Diamond #1 ( Saga Luz y Oscuridad: El Surgimiento)

43. Si voy a llorar...

 

 

 

 

Ahueco con mi mano su mejilla al mismo tiempo que sigo moviendo mis labios contra los suyos. Siento su tacto en mi cintura y en mi espalda. El sonido irritante de mi celular anunciando una llamada vuelve a hacerse presente, gruñe contra mis labios en protesta, adentrando su lengua en mi boca. Gimo, cambiando mi mano de su mejilla a su cabello. Cada movimiento, cada sentimiento, cada roce es malditamente exquisito. Es por eso que cuando mi celular vuelve a sonar tengo que poner todo de mí para apartarme.

Mi respiración supera la agitación, no puedo decir algo diferente de la suya con la adición de que he revuelto su cabello y sus labios están hinchados. Relamo mis labios antes de tomar el celular.

—¿Si?

—Blue te he estado llamando desde hace veinte minutos —trato de controlar mi respiración para que papá no se haga ideas en la cabeza; sin embargo, se me dificulta cuando Reynolds pasa su nariz por la piel expuesta de mi cuello intencionalmente.

—Lo siento, le dije a Sara que sostuviera mi celular, lo acabo de encontrar ahora —muerdo mi labio inferior con fuerza, en un intento de no hacer sonido alguno.

Christopher deja un par de besos en mi mandíbula, poco después baja por mi cuello.

—¿Blue me estás escuchando? —doy más espacio para que continúe en mi cuello, cerrando mis ojos en el proceso.

—Claro que si —miento, hundiendo mis uñas en el hombro de Reynolds, que, como si no fuera suficiente ahora deja ligeros mordiscos en la zona.

—Entonces ya sabes, voy camino a casa ¿Llegarás temprano?

—Amm... —expulso un jadeo sin poder evitarlo—. No lo sé, creo que sí.

—Entonces nos vemos luego. Dile a Dylan que deje de suspirar como si estuviera enamorado.

—Me aseguraré de decirle eso... Adiós, pa.

—Ad...

Cuelgo, empujando a Reynolds mientras suelto una especie de chillido por la irritación. A juzgar por la sonrisa pícara/mitad burlona en su rostro le causa mucha gracia lo sucedido. Vuelvo a empujarlo con la fuerza suficiente para que dé un paso atrás.

—¡No es gracioso Reynolds! —gruño, doy un golpe en su hombro. Me toma de las muñecas, impulsándome hasta que mi pecho y el suyo de pegan—. La próxima vez que se te ocurra hacer algo como eso te moleré a...

—¿Besos?

—Conmigo no funciona la cursilería, te moleré a patadas —gruño. Lo tomo del cuello de su camiseta para acercarlo de nuevo. Su mano ahueca una de mis mejillas a medida que nuestros labios se mueven. Ambos comenzamos a retroceder sin perder el contacto, cuando menos pienso su cuerpo va hacia atrás y como una de sus manos está en mi cintura termino sentada en su regazo.

Abro mis ojos para encontrarme con los suyos, tiene un deje divertido en ellos. Muerdo mi labio inferior en un intento de evitarlo, evidentemente fallo cuando ruedo los ojos y se me escapa una risa.

Deja un beso casto en las comisuras de mis labios.

Soy consciente de que en esta posición la parte inferior de mi vestido se ha subido muchos centímetros de lo adecuado. Así que soy yo la que deja un beso a modo de respuesta en las comisuras de sus labios para luego sentarme a su lado en el sofá verde.

Es cuestión de segundos que Reynolds recueste su cabeza en mi regazo, estirando sus piernas en lo que queda del sofá. Se siente un poco raro, pero raro en un buen sentido, no es incómodo, incluso acaricio su cabello con mis manos.

Creo que mi corazón baila salsa y grita a todo volumen de emoción al escucharlo suspirar.

Es jodidamente extraordinario.

Él es jodidamente extraordinario.

Cierra los ojos, como si mi toque en su cabello fuera algún tipo de anestésico. Tengo una vista completa de su rostro, con cada una de sus curvas, sus pestañas, su mandíbula, su perfil malditamente envidiable.

Christopher es muy atractivo, creo que ya lo había dicho antes, solo que ahora que la luz de la habitación está apagada y lo único que nos brinda iluminación es la luz que viene de las ventanas por medio de la luna en general, es como si se hubiera acentuado todo ello.

Este tipo me drogo o qué mierda.

De pronto, lo escucho. El sonido me toma por sorpresa, más que escucharlo, lo siento como si fuera mi propio corazón. Solo que no es mi palpitar, es el de Christopher. Parpadeo continuamente en un intento de procesar si esto es debido a mi imaginación.

No lo es...



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En el texto hay: peligro, accion, amor

Editado: 02.07.2019

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