A veces salgo a caminar, para inspirarme, para escribir y componer algo. En esta ciudad, estás en un boulevard y una cuadra más adelante es como un basurero. Veo a las personas que pasan, pienso en sus vidas. Ese joven puede estar yendo a la casa de sus padres, o de su novia. Ese anciano, puede que sea su último día de vida.
De pronto empieza a recorrerme un escalofrío, y veo como una oscuridad invisible se expande dentro de mí.
—Qué lindo lugar —escucho decir dentro de mi cabeza— lástima que no vivirás mucho para disfrutar la vista, morirás.
—Este es mi hogar, mi ciudad, no moriré, y menos por ti.
—Olvidas que este es mi pueblo también. Soy bastante local también, como tú. He estado alrededor. He visto las calles por las que caminas. Y sí, esta es buena gente. Pero, poco a poco, los iré consumiendo, uno a uno —Siento que mi mente entra en un segundo plano, que pierdo el control—, conduciré yo ahora. Voy a divertirme.
—Soy malo hasta lo más profundo—este no soy yo, no sé qué me pasa.
—Por supuesto, así me gusta.
—Lo que no debería hacer, lo haré— ¡No soy yo! Ayuda.
—Esa es la actitud.
—Estas personas me observan, me juzgan, ellos dicen que soy emocional.
—Odio esas personas, ¿tú no?
Lucho en mi interior sobre lo que me controla.
— ¿Eso es quién soy en realidad—no, no soy esto—?
—Sí, esto eres, eres malo, eres duro e insensible. Eres mío.
—Realmente no tengo oportunidad, morir es la única salida de este horrible y cruel mundo—no, debo luchar, sí hay salida.
— ¿Qué opinas de la rutina?
—Mañana mantendré un ritmo, Una rutina y repetiré el baile de ayer.
— ¿Y tu música?
—Lo dejaré, no sirve de nada, soy malo en esto. Esa canción nunca estará en la radio siquiera.
— ¿Y tus amigos?
—No son nada, solo unos cuantos, los orgullosos y los sensibles. Y tú, pareces a prueba de balas, negro como en un funeral, el mundo alrededor está ardiendo pero nosotros estamos muy fríos. El resto son unos cuantos, los orgullosos y los sensibles que viven sin sentido, en falsedad.
Lucho en mi interior, intento retomar el control de mi cuerpo, de mi mente. Esta es mi mente, mi cuerpo, mi ciudad, mi gente... Mi vida.
Tomo el control. Saco a Blurryface del timón.
—No soy malvado hasta lo más profundo.
—Sí lo eres.
—Lo que no debo hacer lo combatiré.
—No luches, es más fácil. Eres frío e insensible.
—No, sé que soy sensible.
— ¡No!
—Lo que quiero salvar, trataré de hacerlo.
— ¡Eres mío!
—Sé quién soy en realidad y no soy tuyo.
—Sé que realmente tengo oportunidad de mejorar. Mañana cambiaré el ritmo para evitar el baile de ayer. No tomarás el control de mí, jamás. ¡Fuera!