¿Qué es bueno? ¿Qué es malo? Es una línea borrosa, difícil de distinguir. La verdad desde que Jenna se fue no he salido de mi habitación, ya pasaron dos días.
No soporto el tormento. Llamé a Nick, necesito hablar con alguien, alguien ajeno a todo esto, un amigo. Dijo que vendría por la tarde a jugar videojuegos un rato.
La tarde llegó y Nick llegó. Entró y bajamos al sótano, allá tenía una vieja tv y unos videojuegos. Nos sentamos en el antiguo y polvoriento sofá y empezamos a jugar.
— ¿Y cómo has estado? —preguntó sin dejar de ver la tv y mover sus dedos sobre el control.
—No lo sé, he tenido problemas. No me he sentido bien.
— ¿Por qué?
—No quiero hablar de eso ahora, dime tú cómo estás.
—Pues, Tyler. No la he pasado bien tampoco.
— ¿Qué te pasó?
—Es papá, no ha dejado de beber y está desarrollando una cirrosis. Si sigue así, no le queda mucho. Mi mamá está deprimida por eso —dijo sin deja de jugar, pero en sus ojos se veía que estaba afectado. Probablemente no había dormido bien en un tiempo.
—Vaya…lo siento, Nick.
— ¿Y tú qué tienes?
—No lo sé. Dejé a Jenna hace dos días.
— ¿Por qué? —preguntó algo sorprendido poniéndole pausa al juego.
—Siento que me voy a hacer daño si me quedo con ella.
—Eso es malo.
— ¿Qué es malo? Nadie sabe qué es malo bueno.
—Necesitas ayuda, Ty´ —dijo algo alarmado.
—Ayúdame a polarizar entonces, ayúdame a bajar de donde estoy.
— ¿Y dónde crees exactamente que estás?
—En esas escaleras en donde esconderé todos mis problemas. Ayúdame.
— ¿Cómo te ayudo?
— ¡No lo sé! — Mis amigos y yo, tenemos demasiados problemas como para que pretendan que los van a dejar de lado como para ayudarme con los míos.
Salgo del sótano, dejo sólo y atónito a Nick en el sofá.
¡Oh! Jenna, te necesito. Tú sabes de dónde vengo y aunque estoy corriendo hacia ti sé que debo mantener distancia, no quiero lastimarte. Sólo tú me entiendes, de los demás todo lo que siento es rechazo, negación de lo que quiero expresar.
Mi mamá me ve y se me acerca.
— ¿Qué pasa, hijo?
—Hubiera querido ser un mejor hijo, un mejor hermano —digo en sollozos. Hubiera querido ser un mejor adversario contra el mal que he causado.
—No eres un mal hijo, ni un mal hermano, cariño. No pienses así.
Necesito polarizar lo que siento, saber controlarlo.
Polarizar es tomar tus disfraces y separarlos, dividirlos entre los malos y los buenos. Es decidir en donde morir y decidir en donde pelear.
Sunday on fire, hoy es domingo, día de ir a la iglesia, aunque no merezcamos la salvación. Creo que perdí mi aureola.
Dios, no sé dónde estás, tú tendrás que venir a encontrarme.
¡Encuéntrame!
Todos tenemos problemas, pero ahora entiendo que no podemos hacerlo solos. Buscaré a Jenna.
Recuperaré a Jenna.