-Estás muy pensativo my love. -La voz de Yeshúa resonó en casi un grito.
-Déjame Yeshúa. -Respondí quitándolo.
-Quieres que te dé. -Entre carcajadas soltó.
-Imbécil. -Le di un ligero golpe.
Yeshúa era raro y bastante gay cuando se lo proponía aunque no literalmente.
Es mi mejor amigo desde el kinder, así que ya habíamos agarrado bastante confianza para este nivel de estupideces.
Juegos de hombres.
-Vi triste a tu amada. -Dije seriamente.
-Milen. -Preguntó Yeshua deteniéndose es seco.
-Sí, -Respondí.
-Por qué, qué tenía. -Me preguntó sin dejarme de mirar.
Su semblante había cambiado, Yeshúa realmente estaba enamorado de Milen.
Y yo.... también.
Pero él me lo dijo antes, desde la primera semana que entramos a este nuevo grado y semestre.
Por lo tanto yo debía quedarme callado.
-No lo sé, solo la vi llorar mientras la abrazaba Santi. -Respondí después de alzar ambos hombros.
Yeshúa puso una mueca pensativa.
-Ya seeee. -Dijo.
Yo fruncí el seño.
-Vamos a la cafetería a ver qué le puedo comprar, no lo sé, quizás eso ayude un poco. -Añadió.
Asentí con la cabeza y lo acompañe.
Una vez llegando ahí, veía como pedía algunas cosas que de alguna manera, sí eran del agrado de Milen.
Me gustaría ser yo el que compra esas cosas y no Yeshúa.
Porque así es esto, él y yo tenemos una regla.
Si ambos nos gusta la misma chica pero uno habla antes que el otro, el otro se calla y se aparta.
Así que nunca nos enteramos de si alguna vez en la vida nos llegaba a gustar la misma chica.
Milen era demasiado bonita y no me gustaba verla triste.
Ya que yo no me podía acercar de más, le decía a Yeshúa para que él la hiciera sonreír.
Su sonrisa era muy bonita.
Quisiera abrazarla, consentirla y darle mi amor sincero pero no puedo.
Y eso me frustra.
Me frustra no poder tenerla a mi lado por Yeshúa.
Maldita sea, pero tengo que respetar.
No puedo hacerle esto a mi amigo, mi mejor amigo de años.
Yeshúa siempre le atinaba a los gustos de Milen porque yo se los hacía saber.
Yeshúa pensaba que como tenía contacto con Milen, podía saberlo fácilmente.
Pero en realidad solo observaba.
Observaba cada detallé de Milen.
Su estatura que era bastante similar a la mía.
Sus ojos almendrados y de color café oscuro, sus labios delgados pero muy bien definidos.
Su rostro fino, su sonrisa y el oyuelo que se le marcaba de lado derecho, uno solo se formaba en su sonrisa.
Su cabello bastante ondulado y rubio, piel blanca y cuerpo delgado con una ligera curva por detrás.
Tenía un cuerpo demasiado lindo y ella era muy bella.
Le encanta leer, preferiblemente si se trataba de anatomía.
Era bastante lista, aplicada y audaz.
Siempre obtenía 10 en cada una de sus notas.
Simplemente Milen....
-Listoooo. -Grito Yeshúa.
-Qué. -Pregunté un poco confundido porque estaba tan perdido en mis pensamientos.
-Ya vámonos sope, tenemos que hacer sentir mejor a Milen. -Respondió Yeshua.
Asentí con la cabeza y comenzamos a caminar hacia el aula.
Milen le había tomado cariño a Yeshúa, pero espero que no lo tome como algo más.
No sé, no me gustaría verlos juntos.
Y es que yo también tenía la culpa por nunca haberle dado alguna señal a Milen de mi sentimientos por ella.
Pero es que cómo hacerlo cuando sé perfectamente que Yeshua está enamorado de ella.
Es que simplemente no...
No puedo joder, no puedo hacerle esto.
Me tengo que tragar mis sentimientos.
Me cuesta un montón pero tengo que callarme.
Llegamos al aula y ahí estaba ella sentada sacando una libreta de su mochila.
Levanto la mirada y nos vió.
Nuestras miradas se cruzaron pero yo la aparte rápidamente.
Su mirada siempre me quería decir algo, tenía un brillo especial en ella cuando me miraba.
Pero no sabía que era ni quería describirlo porque me iba a terminar clavando más.
-Qué tienes Milensita. -Preguntó Yeshua con voz de niño pequeño.
La trataba tan bien, aunque yo podía tratarla mejor.
#3105 en Fantasía
#7641 en Novela romántica
romance y desamor, cliche juvenil, amor juvenil rencuentros de la vida
Editado: 15.07.2024