Stacey
¿Qué había hecho? ¿Por qué había reaccionado así?
«Debes conocerte»
Las voces en mi cabeza amenazaban con enloquecerme.
Me levanté del suelo de mi habitación con la cabeza dándome vueltas, salí al pasillo e inconscientemente miré hacia la puerta de la cabaña por dónde entraba en ese momento Dave. No lo miré mucho más, seguí mi camino sintiendo como el pulso se me disparaba por el simple hecho de haberlo visto y me empezaba a sorprender porque de repente mi cuerpo actuaba de esa manera, aunque Dave se hallara fuera, bastaba con oler aquella fragancia característica de él para empezar a dibujar sus ojos en mi cabeza. Y aquello me hacía querer guardar distancia con el chico. Cuando logré tranquilizarme entré en la habitación de él, precisamente, ahí donde el olor del que quería huir se hallaba concentrado. Curiosamente en toda la cabaña no había más habitaciones, el resto estaban todas ocupadas, por lo que el cuerpo de Mia descansaba en las sábanas que por la noche cubrían el cuerpo de Dave.
Carla estaba mirando por la ventana con una sonrisa mientras Mia le contaba algo que no alcanzó a llegar a mis oídos, pues en cuanto me adentré en la habitación, ambas guardaron silencio y me miraron, una más seria que la otra. En sus rostros solo había preocupación. ¿Estaban aterradas por lo que había hecho? Seguramente de sí. Ni siquiera yo podía asimilarlo todavía.
«No puedes escapar de lo que ha sido destinado para ti»
Sacudí mi cabeza mientras fingía una sonrisa para después acercarme a ellas. Mia medio sonrió cuando me senté en el colchón a su lado, mientras mis ojos viajaban con lentitud por las heridas de sus brazos.
—¿Cómo estás? — preguntó poco emocionada, aquella chispa en sus ojos que siempre permanecía se veía opaca.
Por algunos segundos no supe que contestar, porque ellas habían visto lo ocurrido, y no tenía manera de excusarme, ni siquiera yo misma sabía qué me había sucedido. De repente me sentía nerviosa por lo que podían estar pensando de mí. Quizá ya no querían quedarse conmigo. Quizá les daba inseguridad estar con alguien que podía resultar ser igual a…
Me interrumpí los pensamientos agrandando mi sonrisa.
«A la Dama de rojo»
—Estoy bien— respondí botando aire por la boca. Me sentía en casa con ellas, dos allí, hacía que el hecho de que mi madre estuviera secuestrada menos doloroso. — soy yo quien te debe preguntar cómo estás.
Mia suspiró tratando de que sus ojos no se cerraran, estaba perdiendo fuerzas, pronto acabaría profundamente dormida sobre la cama.
—Estoy bien— puso una mueca— dentro de lo que cabe, por supuesto.
Asentí con incomodidad. El aire a mi alrededor estaba asfixiándome, terminaría por hacerlo si no me alejaba cuanto antes de aquella habitación atestada de pesadillas en la que claramente estaban todos nuestros demonios atrapados: Carla se veía sombría, era obvio que lo que pasó le afectaba por encima de cualquier otra cosa, sus ojos se hallaban perdidos, aunque intentaba darle toda su atención a Mia con una sonrisa. Mia, quien hallaba en la cama con los ojos fijos en el techo de la habitación, se mantenía quieta en el colchón mientras mis ojos se paseaban por toda su piel, aquellos espacios que no estaban tapados con la sabana y dejaban claro marcas severas de tortura. Y finalmente estaba yo, que me hallaba confundida, e incluso, parecía estar fuera de ese lugar simplemente observando desde las sombras como ocurría todo sin que yo pudiera cambiar nada.
El lugar entre las sombras se sentía seguro.
—Todo esto es demasiado grande— habló Mia, agarrando mi mano con delicadeza cuando mi cuerpo, sin que yo lo advirtiera, se acercó a ella. — me pregunto todos los días como acabamos en este desastre y la respuesta siempre es la misma: inició antes de nosotras.
Carla me observó. Yo encogí mis hombros.
—¿A qué te refieres?
Mia no movió sus ojos del techo, su pulso se hallaba bastante normal, y el apretón de su mano empezaba a preocuparme.
—Ella es muy peligrosa— susurró— me prometió cosas, cosas gigantes, poder, grandeza, sé que todo eso se lo prometió también a Adriaen, o quizá Adriaen siempre fue su más fiel seguidor y yo nunca me di cuenta.
Una lágrima le recorrió la mejilla y me sentí mal al saber que, en efecto, Adriaen la había engañado, pero no solo lo había hecho con ella, sino a todo el mundo, a todas las personas del pueblo, porque mientras el asesino se escondía, Adriaen iba por ahí sabiendo que estaban de la mano, y que uno no avanzaba un paso sin el otro. Apreté mis dientes con fuerza.
—Siento lo Adriaen, Mia, pero creo que ninguna de nosotras se esperó algo como esto.
—Yo no lo quería, no de manera romántica, por lo menos— confesó, y entonces pareció quitarse un enorme peso de encima— pero me aferraba al hecho de que, si tenía una pareja normal, mi vida también lo sería, lo cierto era que nada en mi vida era normal desde aquel momento.
La manera en la que su mano empezó a temblar contra la mía me preocupó, principalmente porque de esta misma manera había visto a Will en el pueblo, cuando también tenía todas aquellas marcas en su piel, y sus ojos se movían de un lado a otro con completa locura. No quería ese final para mi amiga, aun cuando ni siquiera sabía cómo fue el de Will Carter.
—¿De qué hablas, Mia? — le preguntó Carla acercándose a la cama. Los ojos de Mia viajaron a los de ella, moviéndose por primera vez hacia algo que no fuera el bajo techo de la cabaña. —¿Qué fue lo que te sucedió?
—Fue hace mucho tiempo, en ese entonces pensaba que no sería importante, pero terminó por romperlo todo— apretó los dientes, afectada por, muy seguramente, sus desastrosos pensamientos. Me pregunté entonces qué tan difícil había sido la infancia de nuestra quería amiga Mia— y al parecer todo tiene que ver con la misma persona.
Carla y yo nos miramos, supimos de inmediato de quién hablaba Mia, pues por los estrechos pasillos de la cabaña no se hablaba de otra cosa que de ella, sin embargo, me sorprendió que Mia, aun en ese estado tan delicado, tuviera tanta noción de quien había sido la causante de su desgracia. La pregunta ahora era: ¿había conocido Mia a la Dama de rojo? ¿La había tenido frente a frente cuando le prepuso todo aquello? ¿O simplemente se traban de manipulaciones de Adriaen para llevarnos por donde no era?
#2835 en Thriller
#1449 en Misterio
#1127 en Suspenso
misterio amistad secretos, politica reinos poder, romance hermanos discordia secretos
Editado: 12.09.2024