Epílogo: Acto X. La farsa

Andrew, verte charlar con Alejandro como si fueran hermanos de toda la vida me da la fuerza para sobrellevar mi embarazo de alto riesgo. Cuando miras en mi dirección, tus ojos brillan, y sé que es por la imagen que obtienes. Se te hincha de orgullo el pecho, dos mujeres juntas: el amor de tu vida y tu verdadero amor.

Ella. La famosa Heather (quién realmente se llama Olivia), tu verdadero amor. Quien estuvo contigo un poco antes y mucho después de mi partida. Y yo. El amor de tu vida (como tú mismo has dicho).

Olivia me agradó desde el momento uno en que pude hablar con ella directamente. En la escuela, simplemente pasaba de ella. Tú sabes que yo no era como mi madre se empeñaba que fuera. Claro, el hecho de que mi mellizo Carter, muriera porque yo tenía complicaciones más mi padrastro acosándome sexualmente, no me hacían las cosas fáciles. Realmente quise descargarme con ella, pero no lo hice porque sabía que te haría daño.

Me alegra saber que ella entiende todo esto de nuestras familias tratando de unir sus empresas a través de un matrimonio. Y de que ser lo contrario, tu sufrirías las consecuencias de un hogar con un padre abusivo y madre adicta. Pero yo me encargué de eso cuando nos alejamos, lo sabes. Me encargué de reunir todas las pruebas necesarias sin que te dieras cuenta y pude deshacerme de ellos antes de que te tocaran una hebra de cabello, ¿verdad?

Lo nuestro era eso, un teatro. Uno que se dió perfectamente y en el que hubieron sentimientos pero no como los que ustedes tienen o como los que tengo con Alejandro. Si te descuidas, tal vez ella sea el amor de mi vida y tú no. Me siento tranquila de saber que mi otra mitad, tiene una mujer como ella a su lado. Ella es la mejor amiga que no tuve y aunque digas que no, Alejandro es ese mejor amigo que nunca tuviste.

Recordando nuestra historia quisiera decirte que bravo, amor, bravo. Que magníficos actores, tu y yo. Nos reímos, no burlamos de nuestro amor.