El cielo parece haber comido plomo, está gris, triste y desolado. La poca luz que queda hace que las cosas se vean extrañas, porque estamos acostumbrados a ver todo bañado por la dorada y cálida luz del sol.
Pero el cielo no está solamente gris, también se ve rosado en algunas partes, ¡quién diría que el cielo tiene vergüenza!
Es cierto que el cielo parece tener sentimientos, aunque no todos lo noten: hay días en que el cielo está azul y lleno de luz, como alguien alegre; otros días, como hoy, se encuentra tristemente gris; los peores días llora, mojando la tierra que anhela seguir siendo fértil; esas lluvias a veces son ligeras, como quien deja caer una gota por la emoción; otras veces parece descargar con violencia las gotas para desprenderse del sufrimiento que carga.
¿Qué será entonces el cielo realmente? ¿Será solo una capa más de gases? ¿O será algo más?