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Cuando abrí los ojos lo primero que vi fue un techo blanco muy blanco, los volví a abrir y mire a mi alrededor estaba en lo que se suponía que debería ser un cuarto de hospital, no recordaba nada, ni el porque estaba en ese lugar, solo sentía un fuerte dolor en la cabeza. Una doctora entro seguida de dos enfermeras. Me hicieron unos exámenes para ver si mi cuerpo seguía funcionando bien, pero no sentía por completo las piernas.
-Esto es normal en los pacientes que han pasado lo mismo que usted, vera que con fisioterapias recuperara la sensibilidad en sus piernas, y talvez con el tiempo recuperes tus recuerdos- dijo la doctora, aunque no entendí a qué se refirió con pacientes que pasaron lo mismo que yo, pero no tuve tiempo para preguntarle porque mis padres entraron apresurados a la habitación.
-Irina mi amor ¿cómo te sientes? – no le pude responder a mi mamá, no es que no quisiera, solo me sentía cohibida en ese lugar.
-Ella estará bien solo tiene que tomar algunas terapias, al parecer no recuerda lo que paso antes del accidente, y además debería ir a hacer rehabilitación para que le ayude con el movimiento de sus piernas, es todo un milagro que esas sean las únicas consecuencias que tuviera, algunos pacientes sufren secuelas peores, considérense afortunados- dijo la doctora anotando lo que sería su diagnóstico
-¿Qué me paso? - pregunte atrayendo todas las miradas a mí.