Sexo.
Es un antiguo instinto primario, estampado en cada rincón de nuestro ADN. Debemos tenerlo para sobrevivir.
Pero el sexo es codicioso. Adictivo.
Es un doloroso apetito infinito que nos reduce a impulsos capaz de nublarnos toda razón y lógica.
Es instintivo.
Sencillo.
Excepto cuando no lo es.
Después que el pánico inicial de despertar en la cama juntos desaparece, Jungkook y yo hablamos. De acuerdo en que se trataba de un error. Que no podíamos y no debíamos hacerlo de nuevo.
Nunca.
Luego metemos la pata dos veces más y quedamos dormidos en los brazos del otro.
Sí.
Simple, esto no lo es.
—Así que...
–Sí. Así que...
Hemos llegado hasta la puerta principal. Después de varios intentos fallidos, él viste su ropa, y yo voy vestido con una bata.
Su pelo esta ridículo. El mío más aún. Me veo como Hagrid si hubiera estado electrocutado en un túnel de viento. Jungkook me está mirando como si le gustaría hacer cosas muy malas a Hagrid.
El impulso de tocarlo de nuevo emerge como la marea bajo la luna llena. Es vagamente ridículo.
—Debería irme.
—Sí.
Él no se mueve. Yo tampoco.
Sabemos que deberíamos. No podemos hacerlo de nuevo. Me duele en todas partes. Él me ha dejado irritado en cada pulgada de piel expuesta, así como algunas que no están tan expuestas.
—Bueno.
—Bueno.
Hace quince minutos encajábamos juntos en la definición misma de lo correcto, atrapados cada entre nosotros a través de innumerables capas de placer. ¿Pero ahora?
Aquí viene lo torpe.
La separación.
Las paredes y las máscaras y las placas tectónicas de la emoción se deslizan de nuevo en formaciones seguras. Parándonos en nuestros pies. Separándonos el uno del otro una vez más. Susurrándonos en voz baja que era sólo sexo.
Sólo sexo.
Abre la puerta y luego se detiene.
—Así que... ¿va a ser raro entre nosotros ahora?
—Quieres decir más raro, ¿No?
Él asiente con la cabeza. —No. Exactamente. Quiero decir, era sólo sexo de ruptura, ¿verdad? Todo el mundo lo hace.
—Cierto. Solo sexo. Tal vez nosotros esperamos un poco más que la mayoría, pero es totalmente normal.
—Está fuera de nuestros sistemas ahora, para que, podamos... ya sabes... seguir adelante.
—Sí. Absolutamente. Seguir adelante.
Él inhala y se queda mirando a la carne expuesta que mi bata revela.
—¿Nos vemos el lunes? —Al fin levanta la vista hasta mi cara.
Quiero decirle que pare. El anhelo que se asoma. Es demasiado. Esto fue sólo sexo.
—Sip. Nos vemos entonces.
Él vacila, y por un momento creo que me va a besar, pero en lugar de eso me abraza y entierra su cabeza en mi cuello. No estoy seguro de lo que está pensando, pero se siente como un gracias y lo siento todo envuelto en uno.
Me hace sentir cosas. Enterradas y encuadernadas cosas.
Lo empujo lejos. No quiero que se vaya, pero necesito que lo haga. Él parece entender. Mete las manos en los bolsillos y deja escapar un suspiro de incredulidad.
—Hueles como yo. Igual que yo y... sexo.
Él arrastra los dedos por el lazo de la bata. —Quiero decir, que tú siempre hueles a sexo para mi, pero hoy... tu olor es como la propia definición de increíble, movimiento de tierras, viendo-la-cara-del-Dios del sexo.
Este hombre. Robando mi aliento para siempre.
Tenemos un momento de "quizás una vez más" antes de que ambos nos damos cuenta de que no hay manera. Nuestros cuerpos han acabado.
Lo empujo hacia la puerta. —Vete mientras puedas. Gracias por todo el sexo.
Todo el solo sexo.
—Sí. Bueno. Adiós.
—Adiós.
Después de cerrar la puerta, me desplomo en contra de ella, sin aliento y dolorido.
Espero que el pesar y amargura me trague, pero extrañamente, no lo hace. En cambio, estoy sonriendo.
Lo hice. Me folle a Jeon Jungkook y sobreviví. Estupendamente, incluso. Y ahora, estoy demasiado lleno de satisfacción para lamentar lo que hicimos.
Más tarde, me siento mal cuando me doy una ducha y cambio mis sábanas, pero es sólo porque yo no lo puedo oler sobre mí. Es en ese momento cuando un tictac sordo se pone en marcha dentro de mí. Se pulsa en mi sangre y mantiene la hora en mi corazón. Cuando pienso en Jungkook, se acelera.
Un reloj de cuenta atrás.
Detonador lento.
Catalogando los segundos hasta que me hace explotar de nuevo.
Cuando Rose llega a casa a media tarde, ella se deja caer a mi lado en el sofá.
—Hey.
Ella tiene una sonrisa de satisfacción. Parece que el buen sexo se ve igual en todo el mundo.
Me he dado un baño He desenredado los nudos del sexo. Nadie sabría nunca que hace sólo cinco horas, Jeon había envuelto sus manos alrededor de mi mientras me tomaba desde atrás.
—Hey —le digo y empujo la imagen lejos—. ¿Tuviste una buena noche?
Ella se estira. —Oh sí. Dios, no hay nada ... y me refiero nada para aliviar la tensión, como montar a caballo un pedazo de hombre caliente toda la noche. Es como un masaje de cuerpo completo de adentro hacia afuera. Tú realmente necesitas probar uno de estos. Sé que piensas que Buzz es todo lo que necesitas en este momento, pero amigo... sólo hay cierto tanto de polla falsa que uno puede tomar antes de que se necesite arrasar con una auténtica.
Él tira mi cabeza hacia atrás y agarra mi cadera para que me mantenga en su lugar mientras se empuja, fuerte y profundo. Él golpea lugares inesperados dentro de mí. Besa mi hombro mientras yo maldigo y grito su nombre.
Yo como una cucharada de yogur y trato de mantener mi rostro impasible. —UH,Huh.
Ella se inclina contra mí. —Entonces, ¿qué hiciste después de la fiesta? ¿Lo normal? ¿Libro y cama?
Asiento con la cabeza. —Sip. Me conoces. El viejo aburrido Taehyung.
Yo me ajusto a él, orgulloso mientras veo sus ojos rodar en la cabeza. Mi cuerpo tiembla por el esfuerzo de contener este poder. Esta magnífica versión de mi. Sex-Dios Taehyung. Lo monto lentamente, lo arrastro hasta el borde del clímax tan a menudo que comienza a mendigar. Castigándolo militarizando su placer. Recompensándolo dejándolo ver el mío. Una y otra vez.