HOY.
CIUDAD DE NUEVA YORK.
La Dra. Wheein me estudia, y oculto mi sonrisa detrás de mi mano.
—Te ves diferente hoy. ¿Feliz?
—Sí.
—Muy feliz.
No puedo negarlo. No quiero hacerlo. —Sí.
—Bueno, a juzgar por la forma en que estas resplandeciendo, estoy asumiendo que tú y Jungkook...
Ella no tiene que terminar la frase. Al igual que yo no tengo que contestar. Mi expresión debe decirlo todo.
Asiento con la cabeza, y ella escribe en su cuaderno. No echo de menos su leve sonrisa.
—¿No estás enojada? —Pregunto.
—¿Por qué debería estar enojada?
—Porque pensé, que tal vez usted pensaba... que yo no estaba listo.
—¿Te sientes preparado?
—Sí.
—Entonces eso es lo que importa. No puedo poner una línea de tiempo en tu felicidad, Taehyung. Sólo tú puedes hacerlo. Siempre y cuando te sientas bien, estamos logrando algo.
—Me siento bien, pero también...
—¿Qué?
¿Cómo puedo decirle lo que siento, cuando mis emociones arremolinadas no encajan en ninguna categoría? Feliz. Cauteloso. Extasiado. Aterrorizado. Eufórico. Ansioso.
—Se fue ayer.
Simplemente decir las palabras hace que mi pecho duela.
La Dra. Wheein me estudia durante unos segundos antes de preguntar:— ¿Cómo estás enfrentándolo?
—No me gusta. Le extraño.
—Extrañarlo es bueno.
Miro por la ventana y veo las nubes cambiar de forma. —Se siente extraño admitir esto. Reconocer que lo necesito. Durante mucho tiempo, pensé que necesitarlo mostraba lo débil que era.
–¿Y ahora?
Veo una nube que se parece a un corazón de amor y sonrío.
—Ahora, veo que permitirme necesitarlo es la cosa más fuerte que he hecho nunca. Lo más valiente.
—Dicen que la fortuna favorece a los valientes.
Pienso llegando a su puerta. Convenciéndolo de hacer el amor conmigo. Finalmente dejarlo entrar de nuevo. Un estremecimiento de placer corre por mi columna vertebral.
—Supongo que sí.
🍁
Me apoyo en la pared de mi camerino. He estado luchando con mi ejercicio de enfoque y justo parece que no puedo entrar en la zona. Anoche fue la mismo. Estoy apostando que mañana por la noche será lo mismo también.
No es que me resulte incómodo actuar con Jaebum, pero meterse en el personaje sin Jungkook es mucho más difícil de lo que pensé que sería.
Sacudo mi tensión y giro mi cuello.Tengo diez minutos.
Tengo que poner mi mierda junta.
Camino por el pasillo hasta el camerino de Jungkook y abro la puerta. Una ráfaga de su olor me golpea mientras enciendo las luces, y yo inhalo profundamente. En cuestión de segundos, me siento mejor.
Me siento en su lugar delante de los espejos y toco todo lo que tiene. No es que él tiene un montón. Maquillaje escénico, polvo, gomina de cabello. Delineador de ojos que nunca utiliza porque sus pestañas son estúpidamente largas y oscuras.
Abro un cajón y encuentro un libro llamado ''Despertar el Sagrado Cuerpo''.
Oh, Jungkook. Leyendo un poco de pornografía, ¿cierto? Hombre travieso.
Paso páginas a través de él, esperando ver diagramas de posiciones sexuales. Estoy muy decepcionado. Hay muy pocas imágenes, y las que encuentro muestran un chino de mediana edad que demuestra diversas posturas de meditación.
Aguafiestas.
Mientras paso a través de la parte posterior del libro, una foto cae. Es de Jungkook y yo. Estamos abrazados y se nos ve realmente feliz. Recuerdo muy bien el momento. Fue tomada en la noche de apertura de Romeo y Julieta en nuestro primer año de la escuela de teatro. Park Chanyeol la tomó después de que él había leído nuestra primera crítica entusiasta. Me sentí como que podía flotar fuera de la tierra esa noche.
Tengo mi dedo sobre la cara de Jungkook. Su sonrisa es tan hermosa, me pone triste pensar que no la vi tanto en el tiempo que pasamos en la universidad.
—Él llevo esa foto por todo el mundo, ya sabes —Me vuelvo a ver a Sana apoyada en el marco de la puerta. —Bueno, por toda Europa, por lo menos. La veía todas las noches antes de ir al escenario. Estoy sorprendida que todavía se puede distinguir tu cara.
—Tengo la misma imagen en casa —le digo—, es la única foto de nosotros que tengo. Todas las demás fueron quemadas en una ceremonia de purificación de borrachos.
—¿Día de San Valentín? —Sana pregunta.
—Sí.
—He tenido algunos de esos en los últimos años.
Pongo la imagen en el libro y vuelvo a colocarlo en el cajón. Cuando me vuelvo a Sana, ella está sonriendo.
—¿Qué?
—Hablé con Jungkook temprano.
Estoy de inmediato nervioso. ¿Él le dijo que dormimos juntos?
—Oh ¿Como esta? —Trato de actuar desinteresado.
—Incluso por teléfono te puedo decir que está en el séptimo cielo. ¿Estoy en lo cierto al suponer que algo sucedió entre ustedes dos?
Su rostro es tan esperanzador, no puedo mentirle. —Tal vez.
Puedo verla casi vibrando de la felicidad. —Bueno... bien. Eso es... wow. Excelente.
—Sana, todavía es muy pronto.
—Lo sé. Pero, va a funcionar esta vez. No tengo ninguna duda —Ella se acerca y me abraza—. Él ha estado locamente enamorado de ti por años. Él no va a arruinar esto. Estoy muy segura ahora que mi hermano es la persona más feliz del planeta.
—Bueno, supongo que los dos merecemos un poco de felicidad, ¿no?
—Por supuesto —Ella me abraza de nuevo y se aleja—. Ahora, pon tu culo en marcha. En cinco minutos tienen que estar en sus lugares.
—De acuerdo. Enseguida estaré ahí.
Cuando ella se va, yo voy al armario y busco la ropa de calentamiento de Jungkook. Yo
las recojo y me abrazo a ellas. Cuando cierro los ojos, casi puedo imaginar que es él.
Dos minutos más tarde, trato mi ejercicio de enfoque de nuevo.
Yo lo logro.
Su rostro aparece en la pantalla, y quiero extender la mano y tocarlo.