El inicio de semana había llegado, trayendo consigo un dolor tan amargo y crudo que a Noah le fue imposible asumir lo que había sucedido. Y es que ese lunes se cumplían tan solo cuatro años desde la muerte de Tareck Lennox. Todo era tan reciente, y al mismo tiempo tan lejano...
El día estaba más nublado de lo normal, y los leves estruendos provenientes de los truenos ya le anunciaban que pronto empezaría a llover. Era como si el clima estuviera de acuerdo con su estado de ánimo, se sentía en un ambiente tan desalentador, no podía evitar perder las esperanzas, la espera de un milagro se notaba cada vez más lejano e imposible, las palabras de ánimo de su padrino se le hacían cada vez como un vago recuerdo de algo que nunca ocurriría.
No era que sentía culpa, solo era tristeza. Aunque Tareck fue su principal acosador en el pasado, le había perdonado y en un momento llegó a pensar que tal vez no merecía ese final. Sabía que no era buena idea cargar con ese dolor, pero por más que trataba, ya se estaba haciendo costumbre sentirlo cada aniversario de su muerte.
El frío rocío de la lluvia lo había alcanzado mientras volvía de su trabajo. Al cobijo de la tristeza, bajó del taxi y abrió la sombrilla para resguardarse de la llovizna. Solo debía cruzar la calle y estaría finalmente en casa con su amor. Ansiaba tanto abrazarlo, besarlo y olvidarse de todo lo demás.
Un dudable silencio se hizo presente apenas y dio un paso adentro. Curiosamente la casa se sentía igual de fría que el clima. Dejó a un lado de la puerta la húmeda sombrilla colgada junto con su chaqueta. Pudo comprobar que Saúl estaba en casa al ver las llaves de su vehículo sobre la mesa, pero era extraño no ser recibido, a pesar de que las luces estaban encendidas.
—¿Amor? —expresó con cierta preocupación mientras avanzaba hasta la habitación.
El silencio de Saúl era de preocuparse, y Noah rezaba por no encontrarse con alguna situación que se le saliera de las manos. Mientras mas se acercaba a la habitación, sus pulsaciones subían más de lo normal.
—¿Saúl, estas ahí?
Como si fuera una película, Noah empujó lentamente la puerta del baño temiendo a lo peor y como era de esperarse, la escena que encontró era difícil de asimilar.
—¡Dios mío, Saúl!
Noah corrió rápidamente a auxiliar a Saúl quien se encontraba hundido en la bañera provocando que el agua se desborde. A pesar de que Saúl se negaba en salir, Noah lo sostuvo con todas sus fuerzas para sacarlo del agua hasta que pudo conseguirlo.
—¡¿Por qué?! —grito desesperado Noah con lagrimas en los ojos—. ¿Por qué lo hiciste?
Saúl se limitó a responder y en su lugar salió de la bañera. Como si no hubiera sucedido nada, Saúl ignoró a Noah y continuó a cambiarse de ropa.
—Por favor Saúl, dime lo que te esta pasando… Confía en mí… mi amor por favor.
—Perdón, no era mi intención que presenciaras todo esto.
—¿Me vas a decir por qué lo hiciste?
—No estoy bien Noah, no he querido decirte lo que ocurre conmigo porque no quiero arruinar tu felicidad. Te amo más que a mi vida… no puedo permitirme que veas este lado mío.
—¿No has pensado que sería de mi si tú no estás? Si acabas con tu vida ahora, jamás te lo perdonaré, y estoy seguro de que, si yo hubiera hecho lo mismo en el pasado, tu tampoco me hubieras perdonado… No puedes dejarme Saúl, te amo tanto.
—Noah yo… —Saúl hizo una pausa, no estaba seguro de confesar su crimen.
—¿Tu qué? Dímelo por favor…
—Hay fantasmas del pasado que me perturban a diario… Noah…yo cometí un delito terrible… eso es algo que me atormenta y no me deja pensar con claridad.
Noah estaba tomando una de las manos de Saúl, tan fría y reseca, ya no tenían la suavidad de antes, se la llevó a los labios dejando un pequeño beso en ella para luego tocarse la cara con esta, semejando una caricia que era tan común entre ambos. Suspiró frustrado, estaban tan frías, parecían no tener vida, es como si la vida de su amor se estuviera escapando de su cuerpo poco a poco hasta no quedar nada.
—Yo también he cometido errores en el pasado, pero he podido perdonarme para poder continuar. No puedo seguir atormentándome mas cuando quiero seguir viviendo a tu lado. Saúl la verdad no quiero saber que fue lo que hiciste en el pasado, pero lo que si me interesa es que te quedes a mi lado y me sigas amando como yo a ti, quiero que seamos felices y dejemos atrás a todo lo que nos hace daño ¿Puedes hacerlo?
—No estoy seguro… pero haré un esfuerzo. —respondió Saúl regresando su mano al rostro de Noah.
Inicialmente no tenía planeado que Noah presenciara su inútil intento de suicidio, pero tarde se dio cuenta que había perdido mucho tiempo discutiendo con el fantasma de Tareck Lennox. Solo cuando despertó de su trance se sintió patético. Por tal motivo, la idea de ahogarse en la bañera fue la más sencilla y práctica que se le ocurrió en ese momento. Todo lo que tenía que hacer era hundirse en la bañera, abrir el grifo y esperar a que el agua ascendiera hasta cubrir el borde mientras él se ahogaba.
Introducirse a la tina no fue complicado, pero si lo fue cuando tuvo que permanecer allí mientras el agua rebasaba el límite y su cuerpo salió a flote como por inercia. Después escuchó abrir la puerta del baño y el grito desesperado de Noah quien entró corriendo a cerrar el grifo del agua y lo ayudó a salir de la bañera a la fuerza.
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Editado: 17.01.2024