Brujas, La Legión

Capítulo 7

Al momento en el que Jess arribó al Vaticano, sus látigos desaparecieron de sus manos. Unos padres que estaban ahí, corrieron apenas el portal apareció, otros se quedaron de pie, en una posición algo retadora.

—¿Dónde están? —pregunta Jess a los hombres que la estaban analizando.

—¿Quiénes? —se acerca uno de los hombres.

—Mis hermanas. —contesta Jess, moviendo sus manos, tratando de hacer aparecer sus látigos, pero éstos no aparecían.

—Tu magia no funciona aquí bruja. —advierte un padre detrás de ella.

El hombre sacó de debajo de su túnica una daga de treinta centímetros, acción seguida por los demás padres, todos se acercaron a ella, rodeándola.

—No los quiero lastimar. —dice Jess, posicionando un pie detrás del otro, colocándose en posición de pelea.

Los hombres se abalanzaron sobre ella, por acto reflejo Jessica quiso alejarlos con su telequinesis, pero no funcionó. Tomó al primer hombre de su mano y le arrebató su daga, la que lanzó directo al corazón de otro padre que se acercaba a ella. Uno detrás de ella la tomó del hombro y la lanzó al suelo, pero ella levantó su pierna y le calvó su tacón en el pecho del hombre, Jess se levantó de un movimiento, los demás padres se comenzaban a acercar a ella. Jess sabía que, si llamaba a los lobos, iban a destrozar a esos padres, lo que podía empezar una guerra entre la iglesia y las brujas, el padre que recién acababa de asesinar, lo hizo en defensa propia. Jessica podía enfrentarlos a ellos, pero no podía matarlos a todos.

—Vengo por mis hermanas, no quiero lastimar a nadie. —dice ella con voz tranquila.

—Acabas de asesinar a un hermano, debes pagar por su muerte. Y nosotros te vamos a hacer pagar. —dice el hombre que estaba enfrente de los demás, parecía que estaba al mando, además, era el más robusto de todos.

—Si mi magia no funciona, es porque hay una bruja acá, quiero hablar con ella. —dice Jess.

—La señora no está disponible.

—¿La señora? —la forma en que hablaron de ella, hizo que Jess se diera cuenta de cuál era la bruja que estaba ahí.

—¡Han! ¡Directora! —gritó Jessica.

Un hombre le lanzó la daga directo a la cabeza de Jessica, pero ella la esquivó de manera ágil.

—No me dejan otra opción. —dice Jess apenas cayó al suelo sobre sus rodillas.

Los ojos de la bruja se volvieron negros, un aura negra la rodeó completamente, uno de los hombres lanzó su daga, pero ésta se detuvo en el aire antes de llegar a ella; Jess levantó sus manos y el aura que la rodeaba pareció ser absorbida por sus manos, una vez toda la oscuridad estaba en sus manos, la mujer la unió de golpe y gritó: ¡Ignaro! Todos los hombres fueron golpeados por una enorme onda y cayeron inconscientes al suelo.

 

Jason era el guarda principal del sótano, por órdenes del papa Santiago, había más hombres cuidando el lugar, pero el papa sabía que pasar por encima de Jason iba a ser difícil.

Jason necesitaba hablar con su padre, así que dejó a alguien más a cargo mientras iba donde su padre. Jason subió a la oficina lo más rápido que pudo, mientras subía, ignoraba todas las miradas de odio que le daban los padres, o cualquier persona, mientras subía, ser él no era fácil, no muchos sabían que era hijo del papa, pero los que lo sabían, lo odiaban, pero la mayoría de padres, debían llevar entrenamiento físico, sabían de las brujas, y Jason siempre fue el mejor, luego fue instructor, hasta que su padre lo convirtió en protector del Vaticano, cazador de demonios. Jason sabía de las brujas, su padre le había contado de ellas, él no las veía como malas, siempre había querido conocer a alguna, pero su padre se lo prohibía, no dejaba que se acercara a ninguna, aun cuando él mismo sabía que su madre debía ser una bruja, ya que tenía poderes, era un hechicero. Jason conocía exactamente la localidad de todas Las Academias, pero nunca se atrevía a visitar una, no sabía cómo lo iban a recibir.

Finalmente, el hombre llegó a la puerta de la oficina de su padre, iba a tocar, cuando lo escuchó susurrar. Jason quiso entrar, para no escuchar conversaciones que no eran de su incumbencia, pero luego escuchó su nombre.

—Jason lo tiene bajo control. —dijo su padre.

—Debemos hablar de Jason, pronto se va a enterar, es más poderoso que nunca. —dijo la voz de una mujer, que reconoció como la directora Han.

—Lo sé, pero no puedo decirle de la noche a la mañana.

—Debe saberlo, si se entera por otra fuente puede destruirnos. —contesta Han.

—Necesita la fuerza de un demonio. —dice su padre.

—¿Y con quién está en el sótano? —Han hace una pregunta retórica. —Santiago, nunca has querido a ese niño. Es tu único experimento que salió bien, por eso lo idolatras.

—Es verdad, pero no puedo decirle la verdad. —contesta el papa. —Tú eres su madre, debes decírtelo tú.

—No soy su madre, tiene mi sangre, eso no significa nada. Si fuera su madre, al menos sentiría algo más que lástima.

—¿Lástima?

—Ha vivido bajo tu manto, bajo una mentira, creyendo que lo amas cuando simplemente lo utilizas para que los demonios no entren a tu preciado reino. —contesta Han.



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En el texto hay: accion y amor, aventura., accion drama

Editado: 28.11.2020

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