Brujas, La Legión

Capítulo 58

Astoreth intentó huir al ver a su parte masculina, pero en cuanto se giró, Astaroth estaba frente a ella nuevamente. Él estaba más fuerte que antes, o eso parecía. Astoreth sacó la espada Malben de su saya. 
—¿Qué vas a hacer con eso? —dice Astaroth con cinismo. 
—¿No lo recuerdas? —contestas Astoreth. 
La mujer gira la espada dejando el filo frente a Astaroth, el demonio con el cuerpo de Jason Wintt lee la inscripción y reconoce al instante al forjador de esa espada, San Bartolomé. 
Astaroth se lanza sobre Astoreth, pero ella de un movimiento roza la garganta del demonio con el filo de la espada, lo suficiente como para que Astaroth tuviera que tomar su forma demoníaca para sanar. La mujer revisa la espada y ésta comienza a quebrantarse un poco, Astoreth no podía luchar con esa espada, se destrozaría antes de poder atravesar el corazón de Astaroth, la mujer guarda la espada en su saya y la cuelga sobre su espalda. 
—Ni siquiera con eso podrás ganarme. —dice Astaroth. 
—Lo veremos. —contesta Astoreth. 
Ambos demonios toman su forma demoníaca. 
Astaroth extiende sus manos en dirección a Astoreth, un par de serpientes enormes, recubiertas en fuego rodean el cuerpo de la mujer. Ella de un movimiento se libera y comienza a levitar en el aire, decidida a disparar a Astaroth. 
Frente al hotel Zanz, donde se estaba desarrollando la lucha entre los demonios, no era tan transcurrido, pero la calle era larga, en cualquier momento alguien iba a ver lo que estaba pasando, era posible que los civiles se vieran entre la gran lucha que estaba por ocurrir, además, los demás edificios estaban llenos de personas, cualquier explosión los pondría en peligro. Muchos humanos podían morir si la lucha continuaba ahí, pero a Astoreth ni mucho menos a Astaroth les importaban los humanos. Además de las pérdidas de humanos, las brujas y la magia, quedarían expuestas. 
Las serpientes que antes sostenían a Astoreth se movieron por la calle; una calle larga, a ambos lados con edificios, en el medio de las vías un pequeño camino de tierra con algunos pequeños árboles; ambas se escondieron debajo del primer árbol que encontraron. 
Era casi la hora de amanecer, en cualquier momento las personas iban a comenzar a aparecer, las serpientes estaban hambrientas, además esperando órdenes de su maestro. 
Astoreth estiró sus manos de golpe y de ellas comenzaron a salir bolas de fuego seguidas, todas en dirección a Astaroth, el cual golpeó el asfalto con su pie y de él levantó un escudo contra el ataque de la mujer. Mientras las bolas de fuego seguían golpeando el escudo de Astaroth, él comenzó a mover sus manos en círculos sobre la tierra, una densa niebla negra comenzó a aparecer; cuando Astoreth vio lo que estaba haciendo detuvo sus disparos y bajó de su vuelo; Astaroth había creado la niebla asesina, la piel que tocara iba a ser quemada como si miles de tanques de ácido cayeron sobre ella. Astaroth quitó su escudo y disparó la niebla hacia Astoreth, ella creó un escudo con su telequinesis, pero eso no iba a durar mucho, la densidad de la niebla era tanta que pronto la agotaría. 
—¡Ignis! —gritó Sally con su mano en dirección a la niebla, la cual se encendió en fuego al instante. Luego la chica dijo: —Imperium.
Sally había incendiado la niebla y controlado aquel fuego. La chica Dorman giró sobre su propio eje, el fuego girando alrededor de ella, luego apuntó directo a donde estaba Astaroth y sin hesitar disparó todo aquel fuego hacia el demonio. 
—Tienes que irte de aquí. —le dice Sally a Astoreth apenas la tiene en frente. 
—No puedo irme, tengo que asesinarlo. —contesta ella. 
—Si él te asesina a ti, condenas a todo el mundo. Debes irte ahora. —ordena Sally. 
—No voy a seguir órdenes de una niña. 
Las serpientes antes escondidas se mueven en dirección a la explosión, una mordió la cola de la otra, luego se mordieron sus cabezas y empezaron a girar, lentamente el cuerpo de Astaroth se fue reconstruyendo. 
Sally Dorman activó su arco, comenzó a disparar flechas constantes al cuerpo de Astaroth en reconstrucción, pero éstas no le hacían nada, aquello no detenía a Sally. 
Astaroth conocía perfectamente a Astoreth, ella no se iría de la pelea, era demasiado orgullosa para esconderse detrás de unas brujas. Pero el demonio también conocía a las brujas y ellas pondrían su vida en riesgo por la de los humanos, así que sabía perfectamente cómo atacar. 
Astaroth se regeneró más rápido de lo previsto, el demonio vio hacia el final de la calle y los humanos comenzaban a asomarse, Astaroth dejó salir una sonrisa satisfactoria, luego estiró su mano derecha sobre el suelo, lo mismo hizo con la izquierda. El suelo se agrietó lo suficiente para que comenzaran a salir lobos infernales, todos iguales a los que atacaron a Jess y Sally, enormes y hambrientos. Sally comenzó a disparar flechas a los lobos, pero ellos parecían ignorarla, se dirigían adentro de los edificios y hacia ambos lados de la calle, iban a atacar a los humanos. Astaroth alzó vuelo, buscó entre los edificios el más poblado, se colocó delante de él, extendió sus brazos luego comenzó a halar el edificio hacia él, hasta que estaba por caer y asesinar a todos los que estaban adentro. 
La chica Dorman no podía proteger a todos, tenía que elegir si salvar a los civiles en las calles o a los que estaban por caer del edificio, Sally volteó hacia Astoreth en busca de ayuda, pero la mujer solo la ignoró y alzó vuelo justo enfrente de Astaroth. Sally corrió hacia el edificio que estaba por caer al suelo; hizo desaparecer su arco; colocó un pie delante del otro, extendió sus manos y luego gritó: 
—¡Tenere! 
El edificio estaba derrumbándose, al Sally gritar aquel hechizo el edificio comenzó a detenerse lentamente, Sal sentía todo el peso que estaba cayendo en sus brazos, debía colocar el edificio nuevamente o la aplastaría, pero no tenía fuerza, estaba exhausta de solo sostenerlo. La chica cerró los ojos, se concentró en su poder, en todo lo que había logrado y con quién lo había hecho. Sally abrió los ojos de golpe y estos estaban completamente negros, la chica Dorman comenzó a empujar con fuerza y el edificio empezó a tomar su forma habitual. 
—Ríndete Astoreth. —le dice Astaroth. 
—Miles de leyendas han hablado de éste día, veamos quién gana. —contesta la mujer. 
Astaroth dispara miles de dagas en dirección a la mujer, ella las detiene todas en el aire, las gira y devuelve el ataque a Astaroth, él de un movimiento con su mano las hace ir en otra dirección, luego se lanza sobre Astoreth, la toma del cuello con ambas manos, comienza a ejercer presión, pero ella coloca sus manos sobre los brazos de Astaroth y comienza a congelarlos, el hombre tiene que soltarla, luego ella de una patada lo lanza lejos. Astaroth crea una bola de fuego en su mano, luego la sopla en dirección a Astoreth y una enorme explosión de fuego se dirige a la mujer. Ella levanta su mano y toca el ataque de fuego, convirtiéndolo en un enorme iceberg, el cual cae sobre uno de los edificios de abajo. 
Sally Dorman les decía a las personas que venían hacia acá que se fueran, que dieran la vuelta, la chica había hecho miles de clones de ella para poder abarcar la toda la calle. Los lobos seguían marchando y entrando a los edificios, algunos ya habían atacado, Sally no podía frenarlos, solamente los redirigía. Cuando el gran iceberg cayó sobre el edificio, se destrozó y miles de pedazos afilados de hielo venían hacia el suelo, los clones de Sally los detuvieron, algunos fueron atravesados, la chica los disparó hacia los lobos, aunque no los asesinara, los iba a retrasar. 
La verdadera Sally levitó lo más alto que pudo, activó su arco y comenzó a disparar flechas hacia Astaroth, sabía que no lo iban a asesinar, pero al menos podría darle una oportunidad a Astoreth para que lo venciera, la mujer estaba loca, pero al menos no quería destruir todo el planeta. Sally luchaba contra Astaroth mientras sus clones trataban de mantener a los lobos ocupados. 
Astaroth sostenía las flechas con su mano antes de que éstas llegaran a tocarlo, pero aquella acción lo hacía girar, por lo que Astoreth tenía la ventaja. La mujer alzó sus manos, desde suelo salieron cadenas encendidas en fuego, sostuvieron a Astaroth, el demonio intentaba soltarse, pero cada que se liberaba de una, aparecían dos cadenas más. Astoreth movió ambas manos hacia afuera disparando dagas hacia Astaroth, las que lo atravesaron, luego vinieron las flechas de Sally, comenzaron a atravesar la espalda del demonio, Astaroth no se podía soltar. Astoreth sacó la espada Malben de la saya, la empuñó con fuerza, y se lanzó hacia Astaroth, cuando la mujer estaba por llegar, él abrió la boca y de ella salió la neblina asesina, la cual cubrió por completo el cuerpo de Astoreth. Lo que quedó de la mujer cayó al suelo, un cuerpo quemado en su totalidad, la espada cayó justo al lado de ella. Astaroth se liberó de las cadenas, de su espalda salieron un par de tentáculos que cogieron a Sally del cuello y la lanzaron con fuerza hacia el suelo. 
Del cuerpo de Astoreth salía humo, la piel estaba completamente expuesta, en sus pies se podían ver sus huesos, su cara estaba deforme, los huesos de su clavícula eran visibles, su cabello había desaparecido. Pero aún estaba viva, su cuerpo estaba comenzando a sanarse, algo que llevaría tiempo, pero Astaroth estaba decidido a terminar el trabajo. 
Sally estaba por caer contra el suelo, pero unos brazos la detuvieron de golpearse y tener un daño irreparable. Aquel hombre la sostuvo justo antes de choca contra el suelo. 
—Tú… —dice Sally al ver al hombre. 
—Vengo como un aliado. —dice Olsen. —Ambos queremos lo mismo. Deshacernos de Astaroth. 
Sally dudaba de las verdaderas intenciones del hombre frente a ella, pero si decía que quería asesinar a Astaroth, estaría bien tenerlo como aliado, no era como que tuviera mucho de dónde elegir y, además, sola no podría contra ese demonio. 
—Protege a Astoreth hasta que esté recuperada. —le dice Olsen a la chica. 
Sally asiente y comienza a correr hacia donde vio caer a Astoreth. Al llegar el olor a quemado invadió sus fosas nasales. La chica antes de ver el cuerpo de la mujer, observó a su alrededor, miles de humanos siendo devorados por los lobos, sus clones luchaban por mantenerlos alejados, pero no podían hacer mucho, las ventanas de los edificios estaban manchadas de sangre, había escombros de los destrozos hechos por los lobos por todas partes. Luego Sally volteó hacia la espada junto al cuerpo de Astoreth, quiso levantarla, pero un gruñido a su espada la detuvo, dos lobos se acercaban a paso lento hacia ella, ambos tenían el hocico manchado de sangre. 
Astaroth comenzó a descender lentamente hacia donde Astoreth, acción que fue detenida por los látigos extendidos de las manos de Olsen. El señor Dynomarc alejó de un tirón a Astaroth lo más lejos que pudo del cuerpo de Astoreth. 
—Olsen Dynomarc. —dice Astaroth con asco. 
—Eso serás lo último que digas. —dice Olsen. 
El señor Dynomarc levanta sus manos al aire, las nubes claras se vuelven oscuras, los rayos y truenos comienzan a aparecer, un par de rayos golpean las manos de Olsen y al tocar sus dedos, sus ojos se vuelven totalmente negros, el hombre dispara todos los rayos que puede hacia el demonio frente a él, Astaroth logra esquivar la mayoría, pero una gran cantidad lo golpean. Olsen vuela más alto y gira mientras lo hace, las nubes se rompen y la lluvia comienza a caer, el señor Dynomarc levanta su mano y detiene las gotas en el aire, cierra su mano haciendo un puño y congela las gotas, luego de un movimiento las vuelve filosas y comienza a dispararlas hacia Astaroth, que aún estaba siendo golpeado por los rayos. 
Los lobos que rodeaban a Sally aún estaba lo suficientemente lejos como para que ella pudiera dispararles con una flecha, pero un movimiento brusco y los lobos darían un salto que la alcanzaría. Astoreth estaba muy débil para poder transportarla, Sally tenía que enfrentar a los lobos. 
—Crepitus —dice Sally con sus manos levantadas a ambos lados, en dirección a los lobos. 
Sally no sabía exactamente si el hechizo iba a funcionar. 
Ambos lobos se detuvieron, de sus ojos comenzó a salir una luz fuerte, y de pronto, explotaron, la explosión derribó todo el piso de abajo del edificio frente al que estaban. Sally voló por los aires cinco metros y luego cayó desplomada contra el suelo, golpeando así todo su cuerpo. El cuerpo débil de Astoreth se debilitó más y las quemaduras ralentizaron su curación, la mujer también voló hasta golpearse contra un carro y quedar en media calle. La espada Malben fue enviada por al menos tres metros y luego quedó clavada en un árbol. 
Astaroth fue atravesado por los filosos pedazos de hielo, pero al instante su cuerpo comenzó a sanarse. El demonio extendió sus manos y en ellas aparecieron unas espadas de dos metros de largas y con una cabeza de serpiente al final, el demonio lanzó una hacia Olsen, pero el hombre pudo esquivarla. Astaroth se acercó a Olsen con gran velocidad, intentaba cortarlo, pero el señor Dynomarc esquivaba los golpes con su habilidosa telequinesis. 
Sally comenzó a moverse, su cuerpo estaba golpeado y estaba llena de polvo, su fuerza se estaba acabando. La chica giró en el suelo, logró ver a Astoreth, pero algunos lobos estaban por acercarse a ella. 
—Clonatio. —dijo Sally con su mano en el pecho. 
Miles de clones de Sally comenzaron a aparecer, todos alrededor de Astoreth con la idea de protegerla. La verdadera Sally siguió intentando moverse, tenía que ayudar a Olsen. La chica colocó sus manos en su pecho y dijo el hechizo para sanarse. 
Astaroth golpeaba con fuerza a Olsen, el hombre hacía todo lo posible por esquivar los espadazos, pero en un falso movimiento, Astaroth cortó la pierna del señor Dynomarc, la herida era grave, profunda, el demonio pasó el filo de la espada por el abdomen del hombre y de una patada lo lanzó contra el suelo. 
—Pensé que eras más fuerte. —dice Astaroth. 
Astaroth comienza a buscar a su parte femenina entre los escombros y el baño de sangre que los lobos han dejado. Después de varios segundos, la encuentra, el demonio baja con cautela, los clones de Sally están tratando de alejar a los lobos. Astaroth se coloca justo en el centro del círculo que los clones han creado alrededor del cuerpo débil de Astoreth. El demonio hace un movimiento brusco con su mano y logra desaparecer todos los clones de Sally al mismo tiempo. Aleja a los lobos y se acerca a Astoreth, la mujer intenta moverse, pero su cuerpo está débil, no se ha recuperado en lo absoluto, Astaroth levanta al aire la espada que tiene en la mano, decidido a atravesar la cabeza de Astoreth. 
Una fuerza hace que Astaroth se aleje de Astoreth, Sally levanta escombros con su mente y los lanza hacia Astaroth. La chica Dorman había ayudado a sanar a Olsen, el cual se posa detrás de Sally, une y frota sus manos, luego dispara miles de bolas de fuego hacia el demonio. Luego, ambos; Sally y Olsen; levantan un auto y lo lanzan hacia Astaroth, en el camino es golpeado por una bola de fuego de Olsen, cuando el auto choca contra Astaroth provoca una gran explosión que se lleva consigo unos cuantos lobos. 
—¿Lo hicimos? —pregunta Sally con esperanza. 
—No lo creo. Saquemos a Astoreth de aquí. 
Ambos se giran y empiezan a chequear las heridas de Astoreth, el cuerpo de la mujer está sanando, pero lo está haciendo más lento de lo que debería, las heridas son graves, necesita ayuda de algunos hechizos, pero ese no es lugar para hacerlo. Sally se inclina hacia la mujer para intentar moverla, pero en ese momento escuchan que algo viene en su dirección. Sally se gira a igual que Olsen, pero ninguno de los dos lo puede detener, la espada Malben atraviesa el corazón de Olsen de lado a lado, al final se ve a Astaroth con su mano alzada, el demonio se había deshecho de lo único que podía matarlo y del único que podía hacerlo. 
Sally se levanta del suelo, pero no hay nada que ella pueda hacer, la espada comienza a fragmentarse, al igual que el cuerpo de Olsen Dynomarc. Los ojos del gran hechicero comienzan a quebrarse, pero no por culpa de la espada, sino porque sabe que ese es final de su viaje, de su largo y casi eterno viaje, pero ahora, sentía que ya no iba a volver, ya no era inmortal, había algo en el filo de aquella espada que había acabado con su maldición. Una lágrima bajó por el ojo izquierdo del hombre, Olsen medio sonreía, siempre había querido morir, pero cuando finalmente había encontrado el sentido de su vida, moriría y ni siquiera estaba su hijo para despedirse. 
—Dile… —dijo Olsen, pero fue interrumpido por su tos, de su boca comenzaba a salir sangre. —Dile a… dile a Jason… 
—No hables… déjame curarte. —dijo Sally. 
Olsen negó con la cabeza. La espada Malben cada vez se quebrantaba cada vez más, al igual que el cuerpo de Olsen. 
—Dile a Jason y a Jessica…. Que… —intentó decir Olsen. 
La espada se quebró por completo y el cuerpo de Olsen provocó una pequeña explosión, pero con suficiente fuerza para enviar a Sally algo lejos del cuerpo de Astoreth. El gran hechicero Olsen Dynomarc había muerto, finalmente, ahora sería tiempo de reunirse con su amada Lilith, pero el rencor y el odio que el hombre sentía hacia la mujer, nunca iban a permitir que estuvieran juntos. 
La chica Dorman se levantó del suelo, Astaroth se acercaba, ella sabía que no iba a poder vencerlo sola, pero tenía que sacar a Astoreth de ahí lo antes posible para que se recuperara. Sally corrió y se colocó frente al cuerpo de la mujer quemada, no podía permitir que Astaroth se adueñara del mundo, tenía que detenerlo, aunque aquello le costara su vida, hacía años ella había jurado proteger al mundo de los demonios y eso era lo que iba a hacer. 
Un portal se abrió detrás de Sally, la chica volteó y aquello detuvo el andar de Astaroth. Del portal salió Jess, que sostenía sus látigos a cada lado, a lado izquierdo de la chica Lithuriel estaba Alejandro, tenía su forma demoníaca; sus alas extendidas cubriendo a los demás; y sus kopesh en cada mano, Eva estaba junto a Annie y Kevin, empuñando su espada con fuerza y Jason al lado derecho de Jess sosteniendo su espada en la mano. Sally dejó salir una sonrisa amplia. Astaroth se detuvo a pensar antes de continuar, se había desecho de Olsen, pero todos esos chicos juntos eran mucho más fuertes que Olsen y él lo sabía. 



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En el texto hay: accion y amor, aventura., accion drama

Editado: 28.11.2020

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