– Soy un cazador. –
Me zafé de su agarre cautelosamente, retrocedí tres pasos, estaba cerca de la puerta, papá asesinaba a los seres sobrenaturales, ¿qué más podía significar?
– Noah, espera no es lo que piensas. – dijo suavizando su rostro.
- ¿¡¡No es lo que pienso!!? – grité corriendo hacia la puerta, cuando abrí Meredith estaba allí, no podía salir.
– Escúchame Noah, solo lo hacía con los malos, ahora estoy retirado, estamos retirados. – Reafirmo, mirando a Meredith, trate de serenar mis sentidos, papá seguía acercándose y yo estaba arrinconado.
- Noah, cariño – dijo tomando mi brazo.
- ¡¡No me toques!! – Pero no me di cuenta de la gravedad de mi petición, había quemado el brazo de papá, cayó al suelo retorciéndose por el dolor, Meredith corrió hacia él preocupada y llorando ¿qué había hecho?
Una vez que pude comprender, me había dado cuenta de que mi miedo no tenía fundamentos, si él hubiera querido se hubiera desecho de mi hace mucho tiempo. Entendía las extrañas aficiones de mamá y la fuerza bruta de papá combinada con su habilidad con la madera.
Pero, ya era muy tarde para resentimientos, el daño estaba hecho y no tenía corazón para acercarme a ellos, pero lo hice.
– Lo siento. – Susurre.
– Yo no… - Mis ojos se hicieron agua rápidamente, Aleck sostuvo su brazo aguantando el dolor y abrió sus brazos para mí, Meredith tomo lugar a su lado mostrando una sonrisa un poco triste, pero seguía siendo abierta para mí, me avergoncé de tomar el abrazo de papá, sin embargo, caminé lentamente hasta su lugar, tomé el espacio que había para mí y lloré en su pecho pidiendo perdón.
– Lo siento papá yo… - Puso sus dedos sobre mis labios en señal de que no era necesario hablar.
– No te preocupes por eso, solo es un rasguño, sanará. – Pero yo sabía que no era así.
– Ve a dormir, mañana tienes un compromiso importante. Luego, papá, tu y yo hablaremos de todo lo que quieras saber. Además, lo único que debes de llevar en aquí y aquí es que te amamos. – añadió mamá señalando mi cabeza y mi corazón.
– Pero… - Protesté preocupado.
– No hay necesidad de eso, papá estará bien, ahora ve a dormir. – Continuó Mery.
Me acerqué otra vez y les susurré. – Lo siento, los amo demasiado y espero que puedan perdonarme, buenas noches. – comenté dando la vuelta temiendo su rechazó, no escuché respuesta alguna hasta que mamá dijo.
– Buenas noches, cariño. -
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Pude ver seis siluetas discutiendo dentro de un círculo de fuego, todo a su alrededor era nieve, pero todo lo que encerraba el fuego era de color verde, de seguro estaban en el bosque, miré mis manos, no sentía el frio y solo estaba con mi pijama, descalzo y los árboles frondosos y cubiertos por la nieve rodeaban la escena.
No podía ver sus rostros, pero reconocí tres voces, el abuelo, el Sr. O’Connor y Clare. Discutían por el mismo tema en particular, era muy importante pero simplemente desperté confundido, era uno de esos sueños donde debes recordar, pero se te olvidan.
Deje atrás el sueño, después de todo esas eran las tres personas que extrañamente me estaban ayudando. Recordé el día anterior, probablemente Mery y Aleck no tendrían ganas de ver mi cara pasearse por la casa, lo primero en que pensé es alistarme sin hacer mucho ruido y salir más temprano para no toparlos.