Buscando mi chico cliché ©

Capitulo 9 " El beso"

Capitulo 9. El beso

Miro todo a mi alrededor confundida, las personas entrando y saliendo, las torres y el área de recreo o descanso que puede verse desde afuera. Observo como las personas son revisadas antes del entrar al recinto y antes de salir.

—Cuando dijiste "un lugar especial" pensé en todo, menos en una cárcel —Pronuncié mirando todo un poco recelosa.

Nunca había estado en una cárcel... ¡una nueva experiencia! Me gusta vivir nuevas experiencias, aunque la mayoría de las veces asusta, después de todo estoy acostumbrada a lo simple.

Ahora mismo mi vida es toda una nueva experiencia, y me asusta, me asusta no saber que hacer, no saber que pasara, me asusta pensar que toda mi vida está dando un giro a lo desconocido y yo no puedo hacer nada para evitarlo. Como cuando te subes a una montaña rusa, te asustas y te mareas, deseas bajarte, pero no puedes porque tú no controlas la montaña rusa.

Ese sentimiento de impotencia me está matando.

—Solo espera —Dice sacándome de mis pensamientos.

Thiago me toma de la mano y me guía hasta la puerta de entrada.

—Hola Morris —Saluda al guardia cuando comienza a revisarlo. Morris, el guardia le ofrece una sonrisa.

—Hola Morgen —Le saluda de regreso.

Miro a Thiago confundida ¿se conocen? ¿hace cuánto tiempo viene aquí? Uno no habla con un guardia de seguridad con tanta confianza de la noche a la mañana.

El guardia me escanea cuando termina de revisar a Thiago y luego vuelve su mirada al castaño.

—¿Es tu novia? —Pregunta sonriendo y no puedo evitar sonrojarme.

Thiago me da una rápida mirada para luego contestar—: Si.

Intento disimular mi expresión confusa con una pequeña sonrisa, pero al final solo me sale como una mueca. Mi rostro no sabe cómo verse bien.

—Es muy linda —Dice y ruedo los ojos.

—Si va a decir que estoy linda dígamelo a mí, el cumplido es para mí, no para él. No soy un algo para que tenga que darle el cumplido al "dueño" —Objeto haciendo énfasis en dueño. Intento parecer confiada e irritada y lo logro en su mayoría secando el sudor de mis manos disimuladamente con mi blusa.

—Es una fiera —Comenta sonriendo un poco. Ruedo los ojos y lo sigo por el pasillo.

—¿Por qué dijiste que éramos novios? —Pregunto cuando estoy a su lado.

—Porque es la verdad ¿o no?

—En parte... —Susurro—. Pero aun así no puedes andar diciendo que somos novios a todo el mundo.

El me da una sonrisa burlona la cual no sé cómo interpretar ¿se está burlando de mí?

—Puedo y quiero —Dice dando por terminado el tema.

Como si con eso yo fuera a dejarlo ir tan fácilmente.

—piqui pidi y quiri —Me burlo en voz baja. El me mira y ruedo los ojos—. Aun no sé qué hacemos...

—¡Thiago! —Mis palabras son cortadas por el grito de una mujer, una mujer que me parece muy conocida.

El castaño a mi lado se abalanza sobre ella sonriendo y ambos se funden en un fuerte abrazo.

—¡Mamá! —Dice dándole un beso en la frente.

¡No! ¡ya recuerdo! ¡es la madre de Thiago! La mujer de la foto.

Tiene sentido, se parecen bastante.

Miro la escena con algo de recelo, es extraño ver una escena familiar así cuando tu familia se está quebrando y sientes que tu vida fue una mentira. Aun así, es lindo saber que a pesar de los problemas y adversidades hay una familia que se ama y lucha por estar junto.

Por otro lado, quiero matar a Thiago, el debió haberme llevado a una fiesta o no se ¿a drogarme? Y luego tener sexo sin control por toda su casa como en los libros, no llevarme a la cárcel a conocer a su madre y hacerme sentir celosa por su relación con ella.

—¿Quién es esta hermosa joven, cariño? —Le pregunta la madre de Thiago.

—Es mi novia —Dice mirándome y dándome una pequeña sonrisa.

Supongo que debo seguirle el rollo.

—Me llamo Polly señora —Digo sonriendo. Levanto la mano para saludarla cuando unos delicados brazos me envuelven en un pequeño y reconfortante abrazo.

El calor que emana su cuerpo me hace sentir tranquila y segura. De pronto unas ganas enormes de llorar me invaden, pero me contengo.

—¿Señora? ¿Cuántos me ves querida? Dime Eli, Eli López.

📖

Me encontraba en el asiento del copiloto del auto de Thiago, son alrededor de las cuatro de la tarde, cuando salimos de visitar a su madre fuimos por comida.

Resulta que la madre de Thiago es un amor, es eufórica y extrovertida, y se nota lo mucho que ama a su hijo, me dio muchos elogios y me hizo reír bastante.

Doy un fuerte suspiro intentando no pensar en mi familia, algo que resulta difícil cuando el total de llamadas perdida que tengo de mi padre, madre y hermana supera los cuarenta.

El castaño a mi lado conduce y de vez en cuando me mira por el retrovisor, sé que él sabe que no deseo ir a mi casa, y estoy segura de que no me llevara a la suya.

Me concentro en los alrededores cuando dejo de reconocer el camino, quiero preguntar a donde vamos, pero no me interesa mucho, no salimos de la ciudad y aunque lo hiciéramos no me interesara, no es como si a alguien le importara lo que pase conmigo. Aun así, no puedo negar que un pequeño indicio de nervios me invade, soy muy desconfiada.

—¿A dónde me llevas? —Pregunto cuando no puedo aguantar los nervios y la curiosidad.

Giro mi cabeza y puedo ver como Thiago me observa nuevamente por el espejo retrovisor y una sonrisa burlona se asoma por sus labios para luego pasarse la lengua por los mismos.

—¿tienes miedo Caperucita? —Pregunta de vuelta.

No puedo evitar rodar los ojos para luego poner mi vista nuevamente en la ventana.

—¿No te han enseñado que es de mala educacion responder a un pregunta con otra pregunta? —Cuestiono un poco hastiada.

Una carcajada sale de sus labios y un escalofrío me recorre la espalda baja y no entiendo porque ¿acaso ahora mi cuerpo reacciona a su voz? Ni que el fuera un interruptor. De cualquier forma ¿un interruptor para qué? ¿excitación? ¿miedo? ¡Dios! Ahora no solo debo poner mi mente en orden, sino que también mi cuerpo.




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