Cabellos de luz de luna

Cap. 2

Un puerto… un grupo de niños…guía turístico, capilla, eran demasiadas cosas en un solo día, suelo ser de las personas que no se esfuerzan por algo, de echo paso muy por desapercibido en realmente todo, y tener que socializar con un grupo de personas iba a ser muy difícil para mi, mientras caminaba maldecía cada segundo el estar en este lugar, maldecía el ser hijo de esa persona, maldecía el no ser lo suficiente mente valiente para afrentar a mi padre, maldecía el no poder encontrar a un simple grupo de niños

-aaahh… como puede ser tan difícil

Ya casi llegaba al puerto cuando sentí como me dieron leves golpecitos en el hombro

- ¿Andrey Denisov?

“como sabe mi nombre” pensé

- si, soy yo… ¿y usted es?

- mucho gusto señor, soy Eduard Volkov periodista del periódico "El Saber" ¿le importaría si le hago una pequeña entrevista?

Ah, periodista y no solo por eso, sabe mi nombre por varias cosas mas... es lo que tiene el casi nunca interactuar con nadie... soy un idiota

- lo lamento, ahora mismo se me hace imposible

-prometo no quitarle mucho tiempo, solo serán un par de preguntas

-como le dije, estoy muy ocupado ahora

Mi padre suele manejar bien las entrevistas, el sabe que preguntas responder y que no, sabe que palabras elegir sin tener que revelar nada, yo nunca antes había dado una, y se que la jodería un montón, por eso siempre evito darlas

-serán solo tres preguntas por favor, no quiero perder la oportunidad de entrevistar a sucesor de Viktor Denisov dueño de…

- ¡JAMAS! - respondí algo abrumado, nunca se me paso por la cabeza seguir con el descabellado trabajo de mi padre, lo único en lo que si había pensado era en el momento en el que sea lo suficiente mente grande para largarme de aquí.

“¿Acababa de gritarle a una persona?” pensé, nunca antes lo había echo y menos aun a un periodista, después de unos segundos volví a responder

- quiero decir, no esta en mis planes futuros hacer lo mismo que mi padre, el tiene su rumbo y yo el mío, son detalles que no puedo darle ahora, quizá pueda aceptar la entrevista mas tarde

-okey, lo buscare mas tarde entonces, lamento haberlo molestado

- no se preocupe, lamento haber alzado la voz, pero como le dije ahora mismo estoy ocupado así que si me permite, tengo que irme

-claro, hasta luego señor

Seguí caminando sin regresar a verlo, y cuando al fin me volteé el hombre ya había desaparecido entre las personas, me sentí algo mal por el, después de todo no tenia la culpa de que yo reaccionara así, “tendré que aceptar la entrevista” me dije a mi mismo, seguí caminando cuando a lo lejos vi a un par de personas vestidas con una túnica blanca, y cuando a esas personas se unieron un montón de niños algunos con helados y otros con manzanas de caramelo no quedo duda, mientras me acercaba a ellos me di cuenta de que también había unos hombres con traje negro y, se encontraban algo alejados del grupo y me percate de que eran guardaespaldas, se me hizo extraño pero no le di mucha importancia

- ¿Buenas tardes, son ustedes el grupo de un convento que viene de Polonia? -maldición eso fue muy directo…espera, ¿ellos podrán entenderme?

-oh, usted debe de ser nuestro guía -parece que si pueden entenderme

-así es…ese soy yo…un guía…si – “aaah… mátenme” me repetí en la mente

- soy el padre Adam señor, y ella esa la madre Rahel, y así es, venimos de Polonia

- Polonia, un buen país, mi nombre es Andrey Denisov, y seré el encargado de enseñarles todo el lugar, ¿Cuántos niños son exactamente?

-son cinco niños y tres niñas

- yo solo veo a dos niñas padre

- si, ahora mismo estamos esperando a la tercera niña, fue con uno de los escoltas a comprar algo de helado

“ósea que si eran guardaespaldas...espera, ¿son lo mismo?"

- ¿tardara mucho?

-no lo creo, ya deben estar por venir, dejandolo de lado ¿usted es el hijo de Viktor Denisov?

- si, ese soy yo -¿debería decirle que no me gusta que la gente me lo recuerde?

-oh…vaya, quien mejor guía que el hijo del dueño de la isla, será un placer estar a su cargo señor

-no me digas señor por favor, aun tengo 17 años

-vaya lo siento, ¿como debería llamarlo?

- bueno, mi nombre es Andrey no tenemos que ser tan formales ¿verdad padre?

El hombre sonrió y miro a la madre Rahel, quien estaba al tanto de la conversación

-bueno Andrey ¿que vamos hacer hoy?

- pues visitaremos un par de atracciones, el zoológico, el teatro, si desean la piscina, los restaurantes y finalmente concluiremos en la capilla -vaya, eso sonó mejor de como lo pensé

-me parece perfecto -dijo el padre

Ambos voltearon la mirada y sonrieron mutuamente, y cuando yo también me volteé vi a una niña que venia de la mano de un hombre alto y corpulento, la niña que asumí de unos 5 años de edad era un poco mas alta que las demás, tenia el cabello completamente largo acompañado de un lazo blanco en el lateral de su cabeza, pero lo que mas me sorprendió es que su cabello era completamente plateado, nunca antes lo había visto, una enfermedad, no quizá es algún tipo de tinte, o ¿una peluca tal vez?, me recordaba a las veces en las de pequeño que me escapaba de mi cuarto a media noche a observar la luz de luna llena, ese color de cabello que brillaba intensamente con ayuda del sol no hacia mas que ponerme algo melancólico, así que mi mirada se quedo pegada en aquella niña que llegaba disfrutando de su helado

-cuidado amor, no lo vayas a tirar -dijo la madre mientras el hombre le cedía la mano de la niña a ella

-y ella es Deliah, la tercera niña -dijo el padre- ahora ya estamos listos Andrey

Tarde un momento en responder

-okey, iré a pedir un auto, me llevara unos minutos así que los niños pueden acabarse su helado tranquilamente, padre podría esperarme adentro de ese restaurante -le señale uno que se encontraba a unos pasos de nosotros y seguido me dirigí rápidamente hacia donde restan los autos, no fue mucho problema obtenerlo y además Elías ya me había enseñado lo básico de la conducción, así que volví mas rápido de lo que pensaba donde el padre, para mi suerte los niños ya habían acabado de comer su helado así que los empezamos a subir uno por uno, cuando terminamos la madre Rahel se subió en el asiento del copiloto y Deliah corrió a sentarse a en sus piernas



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En el texto hay: novela negra, ficcion drama

Editado: 24.01.2021

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