“Solo tú puedes destruirme con una mirada y
arreglarme con un beso”.
Tengo una fascinación por las montañas. Tan imponentes, cubiertas por la espesa y salvaje vegetación; llenas de vida e instinto.
La historia de su composición está repleta de sangre y martirios. En ellas se han asentado pueblos, nómadas y personas que decidieron aislarse de la sociedad y el mundo.
La naturaleza es sabia, por algo creó a las montañas.
En ocasiones imagino que se puede observar, no solo los cuerpos celestes, sino también la belleza de tu mente.
Hay algo mágico, más allá de lo ancestral en ellas; porque cada vez que las miro, sé dónde
quiero estar y a quién elegir...
Son mi lugar perfecto para meditar, para soñar.
En las montañas es donde quiero guardar todos nuestros momentos preciosos, en donde deseo registrar con detalle todo lo de mí para ti.