Cai Becher

Capítulo 27

La esperanza es lo último que se pierde

Alice Wood

No me muevo de la habitación hasta que Cai llega alarmado y se me acerca con urgencia.

—Acaba de irse ¿Estás bien?

Asiento pero él no se lo cree y me hace mirarlo girando mi cabeza con una mano en mi mentón.

—¿Te ha hecho algo? ¿Dicho algo que no te haya gustado...?

—¿Y qué harás, Cai?— cuando se queda sin palabras, me levanto y camino por la habitación pensando en las palabras de cicatriz.

«Cuídate hasta que venga por ti» ¿Hasta que venga por mí?

¿Por qué vendría por mí?

Quizá se refiere a que me cuide hasta que nos volvamos a ver, que será, seguramente, cuando tenga noticias de lo que ha ocurrido con mi madre. Tiene que ser eso aunque... siento que todo lo que dice cicatriz tiene una promesa perversa detrás. Como me mira hace que me... sienta extraña, como si estuviese planeando miles de torturas para mí y él dijo... dijo que yo era su presa.

¡Alice, céntrate!

—Primero me dijo que yo iba a ser suya— comienzo a decir en voz alta para que Cai lo escuche—; luego me dijo que era su presa y ordenó a su hombre que me trajera a casa, a parte me prometió que averiguaría qué ha pasado con mi madre y la vengaría; y ahora me dice que me cuide hasta que venga por mí.

Siento su mirada pero yo estoy muy ocupada pensando mientras doy vueltas por la habitación.

—Está claro que va a tratar de ganarse mi confianza para que vaya con él por las buenas pero ¿Por qué? Él podría haberme secuestrado, matado o lo que hubiese querido, ha tenido oportunidades más que suficientes.

—Quizá no quiera que vayas por las buenas, quizá está... jugando— ahora sí que lo miro.

—¿Jugando? ¿Conmigo? ¿Qué diversión hay en algo así? Me está... ayudando— él me mira con una mezcla de lástima, preocupación y repulsión mientras camina hacia la cama y se sienta.

—Ese tío está loco, no tiene escrúpulos ni sentimientos, es capaz de acostarse con su madre si así logra su cometido. Es tan capaz de dejarse maltratar por su padre como de torturarlo hasta la muerte sin inmutarse... cuentan que esa cicatriz se la hizo él mismo con una navaja que acababa de afilar.

—Eso es técnicamente imposible, el cuerpo humano está diseñado para que no puedas hacer algo así...

—Pues lo hizo, Alice.

Suspiro antes de sentarme a su lado.

—Me ha dicho que ha ido a mi casa y que el cadáver de mi madre no está. Su muerte no está confirmada— murmuro y siento la mano de Cai posarse encima de mi rodilla.

—Sé que eso puede darte esperanzas pero... si resulta que solo se han llevado su cuerpo para que no investiguen un asesinato, no quiero que lo pases peor aún. La esperanza es buena hasta que te aferras a ella, ganchita.

Entiendo lo que quiere decir pero... no puedo evitar pensar que ella pueda estar viva. Tampoco he visto las condiciones de la casa así que no sabría decir si lo que explotó fue lo bastante potente como para que ella...

—Lo comprendo y te prometo que no me aferraré a ella pero hasta que no me confirmen una cosa u otra, no voy a reaccionar— mis ojos buscan los suyos y los encuentran.

—Y yo estaré ahí para ti pase lo que pase.



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En el texto hay: secuestro, sufrimiento, mafia

Editado: 14.11.2022

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