Calamidad

4 - Ihsahan – 2

El último soldado de la República estaba muerto a sus pies, había un pequeño bosque a su derecha. Las baldosas eran blancas y un camino pasaba por allí. La plaza estaba abandonaba como Inteligencia había prometido. Los héroes estaban por aparecer en cualquier momento. Frente a él había un murallón y un speeder se detuvo en el camino. La plaza estaba a la salida de un túnel por donde el Senador nunca había pasado. Las naves de la República estaban ardiendo junto a trío de jedis que venían hacia él. Athos fue el primero en encender su anaranjado sable. Kysho los detuvo con un gesto a unos cinco metros de él. Algo explotó de fondo, uno de los vehículos que habían usado los soldados. La maestra estaba mirando la muerte a su alrededor.
“Así que este es el famoso Ihsahan.” Dijo con curiosidad Athos.
“¿Por qué no puedo sentirlo?” Preguntó asombrada Lira.
“Era hora que nos cruzáramos con alguien que tenga este tipo de afinidad.” Dijo con prestancia Athos.
“No subestimen a este… sith.” Dijo pensante Kysho.
Ihsahan, que no se había movido un centímetro, levantó su mano izquierda para que los jedis levantaran su guardia. Todos escucharon gritos desde el bosque. Un soldado apareció pataleando para luego volar hacia el abismo que había detrás del sith. Los jedis escucharon el grito del hombre hasta que se perdió en la distancia. Los sables restantes se activaron.
“Sigo sin poder sentirlo…” Dijo asombrada Lira.
“Padawans, necesito que se vayan se aquí.” Dijo con prestancia Kysho mientras se paraba entre ellos. “Siento que algo va a pasar, algo que ustedes no pueden enfrentar…”
“No vamos a abandonarte, maestra.” Dijo con firmeza Lira.
“Nosotros no abandonamos a la familia.” Agregó con seriedad Athos.
“Esas palabras son demasiado grandes para tu boca, jedi.” Dijo con severidad Ihsahan.
“¿Quién rayos crees que eres?” Gritó ofuscado Athos.
La explosión del puente había sido un éxito, solo se podía ver una columna de humo del otro lado del palacio. Los jedis tenían los ojos clavados en él.
“Serénate, Athos…” Dijo con seriedad Kysho mientras daba un paso hacia el frente.
Los padawans cerraron sus ojos y se concentraron en su postura acercando sus sables a sus caras para encontrar su centro. Ihsahan levantó su puño para romper la concentración de sus enemigos. Su telequinesis destruyó el túnel que había cerca de ellos mientras explotaba su speeder, bloqueando ambos lados del camino. De repente, ambos padawans saltaron al combate mientras la maestra lanzaba un fuerte choque telequinético hacia él. Ihsahan levantó su mano para absorber el impacto, sorprendiendo por completo a Kysho. Sus grandes ojos vieron como el sith esquivaba los golpes, para enterrar su puño en el mentón de Athos. Sus dientes volaron para todos lados mientras Ihsahan hacia muy poco para esquivar el golpe de Lira, que salió despedida hacia atrás cuando notó el poder del sith. Athos rodó por el suelo hasta dar contra un árbol sin que Kysho pudiera hacer nada al respecto. Ihsahan se giró para enfrentarla mientras Lira se acercaba a su hermano. Intercambiaron una mirada mientras el sith liberaba todo su odio y rencor para que pudieran sentirlo. Kysho dio un paso hacia atrás.
“Ahora sí eres un sith…” Dijo con seriedad la maestra mientras apretaba su sable. “Padawans, no pueden subestimar a este monstruo.”
Athos se puso de pie para escupir un par dientes a su lado mientras Lira lo custodiaba con cuidado.
“Nunca había visto un bakuuni como ese.” Agregó Kysho mientras todas las piedras del lugar empezaban a flotar a su lado.
Las manos del sith empezaron a crepitar con una poderosa electricidad violeta. Ambos apuntaron la mano al otro para que sus voluntades choquen. La telequinesis disparó todo lo suelto del suelo para todos lados. Las fuerzas habían sido parejas. Athos y Lira se acercaron a su maestra para enfrentar al sith. Su sable era rojo como la sangre, como su máscara.
“¿Crees que puedes asustarnos con eso?” Preguntó al aire Athos. “No vas a volver a tocarme.”
Ambos padawans saltaron al ataque hacia él. Athos chocó su sable con el suyo usando todas sus fuerzas, pero Ihsahan apenas necesitaba esforzarse para sostenerlo. El sith enterró su pie en pecho de Lira para que salga volando hacia atrás para dar contra el paredón que estaba contra la izquierda. Esquivó el siguiente ataque de Athos para terminar peleando con Kysho. Su estilo era defensivo, pero veloz. Sus golpes parecían esconder su verdadero propósito en las sombras. Un contragolpe desvió el sable de la maestra para que sus manos se enfrenten. La explosión telequinética sacudió al padawan hacia atrás mientras ellos intercambiaban una mirada. Lira se puso de pie para acercarse rápidamente.
“Eres todo un sith, Ihsahan…” Dijo con seriedad Kysho mientras cambiaba su estilo de pelea. “No me gusta que mis alumnos me vean pelear.”
Su forma era Ataru, su intención era pelear mano a mano.
“Yo me encargaré de él, padawans.” Terminó con firmeza.
Ihsahan se quitó la máscara para acomodarla en su cinturón. La postura de los tres cambió por completo. El efecto era el mismo que su maestro había prometido.
“¡Shin!” Gritó sorprendida Lira.
“¿Cómo puede ser?” Preguntó al aire Kysho.
“¿Cómo rayos has caído tan bajo?” Gritó enojado Athos mientras sacaba otro sable de su cinturón, este estaba oculto detrás de su cintura y su filo era verde.
“Estás perdiendo el centro, jedi. No sabes qué hacer con esa ira…” Dijo con severidad Ihsahan.
“Shin…” Dijo apenada Kysho se acercaba a detener a Athos. “¿Qué crees que estás haciendo, Athos? No sabes…”
“Maestra, no podemos guardarnos nada con alguien como él.” Dijo con seriedad el padawan. “Ya conoce nuestras técnicas…”
Ihsahan solo estaba observándolos, notando el nerviosismo que emanaban.
“Esto va a ser doloroso para tu maestra, Shin.” Dijo pensante Lira.
“¿Qué pueden saber ustedes acerca del dolor?” Preguntó al aire el sith. “Nunca han perdido nada, nunca han arriesgado nada.” Agregó mientras sus brillantes ojos rojos se posaban sobre la maestra.
“Todavía puedes volver a la luz, Shin.” Dijo con seriedad Kysho. “Nosotros te hemos fallado, pero…”
“No hay nada para mí en luz. Puedo ver a través de luz desde la oscuridad, jedi y lo único que he encontrado son mentiras e hipocresía.” Dijo con severidad Ihsahan.
Athos saltó directo hacia él, su estilo era irregular y lleno de ira. Sus sables eran repelidos por los suyos a una velocidad descomunal. Se separaron con un pequeño salto para que Ihsahan detenga un pedazo de speeder que venía hacia él con su telequinesis. Seguido, Lira apareció desde atrás para atacarlo con una barrida, la cual esquivo con una pirueta mientras Kysho concentraba toda su Fuerza entre sus manos. El choque telequinético lo mandó a volar unos cuantos metros hacia atrás mientras los padawans corrían hacia él. Rodó por un segundo para ponerse de pie y bloquear los sables de Athos con el suyo para concentrar un relámpago entre los dedos de su mano libre. Este fue directo hacia Lyra, pero Kysho apareció a toda velocidad para protegerla con una barrera. El relámpago se disipó en el suelo mientras él intercambiaba golpes con Athos. Hizo medio giro para esquivar un ataque, notando a las otras jedis correr hacia él. Los sables del padawan pasaron de largo mientras él apoyaba su mano en la espalda de Athos para mandarlo a volar hacia ellas con un golpe de su telequinesis. El padawan las detuvo en el lugar mientras preparaba su siguiente ataque. Toda la soledad y el rencor que sentía estaba en ese relámpago. Instantáneo, llegó a la barrera de la maestra mientras se lanzaba al ataque con un salto frontal. Su pie aterrizó en la cara de la maestra que salió disparada hacia la calle, lejos de ellos. El sith quedó entre los padawans, repeliendo todos sus ataques mientras sus contrincantes usaban todo lo que tenían para derrotarlo. Cada movimiento que el sith hacía tenía dos intenciones, atacar al enemigo que tenía en frente y esquivar el ataque que venía de atrás. Kysho se puso de pie para ver a Ihsahan golpear con máscara la destruida cara de Athos mientras pateaba el pecho de Lira. La maestra concentró su Fuerza para atacarlo con un preciso golpe de su telequinesis que levantó todo a su paso. Athos tuvo que dar unos cuantos pasos hacia atrás por el golpe mientras el sith giraba para absorber su ataque con su mano derecha. Su otra mano estaba apuntando hacia Lira, que poco pudo hacer contra el relámpago que emanó de sus dedos. La padawan terminó humeando y temblando de dolor en el suelo. Kysho sabía que había caído en su trampa. La maestra saltó al ataque mientras el sith atacaba a su padawan, que estaba perdiendo su temple de a poco. Athos gritó con todas sus Fuerzas para atacar con ambos sables al mismo tiempo al sith. Este solo dio medio paso al costado para cortar uno de sus brazos. Kysho solo pudo ver como decapitaba a su alumno. Su cuerpo cayó pesadamente al suelo mientras el sith saltaba hacia ella. Sus sables chocaron entre ellos bañándolos en una tenue luz violeta. Kysho levantó la mirada para notar que Lira no iba a levantarse pronto, el sith que tenía enfrente era mucho más poderoso de lo que esperaba, pero ella tenía un poco más para dar. Cuando iba a contraatacar, Ihsahan golpeó el suelo con su pie para explotar sus alrededores con su telequinesis, obligándola a retroceder. Solo un metro los separaba.
“Lo siento mucho, Shin…” Dijo con seriedad Kysho. “Te hemos fallado.”
“Ese nombre no significa nada para mí.” Dijo con severidad el sith.
Kysho estiró su postura para pelear, su técnica era magnífica.
“Voy a tener que derrotarte, Shin…” Dijo con firmeza la jedi. “No voy a permitir que lastimes a ninguno de nuestros amigos.”
Los ojos rojos de Ihsahan estaban clavados en ella.
“Esta es la hipocresía que había nombrado, jedi.” Dijo con seriedad Ihsahan. “Se han olvidado de Shin en poco tiempo, pero aquí estás, predicando tus mentiras.”
Kysho apretó los dientes, ya que lo que decía era cierto.
“No podíamos…”
“Arriesgar nuestras vidas para salvarte.” Completó con prestancia Ihsahan. “Tus palabras valen menos que tus enseñanzas, jedi. Estás tan desconectada de la realidad que no sientes nada por las personas que te rodean. Ese que está muerto ahí era tu padawan.”
“¿Crees que algo tan… básico como eso va a funcionar conmigo?” Preguntó con severidad Kysho. “Te entrené mejor que eso, Shin.”
“La única manera que vas a poder probar que tus palabras valen algo es al derrotarme, jedi.” Dijo con severidad Ihsahan.
“¿Perdiste tu conexión con la luz?” Preguntó sonriente Kysho. “Ya no usas los Pasos de la Fuerza.”
Ihsahan desactivo su sable para mirarla fijamente.
“La respuesta a esa pregunta va a sorprenderte, jedi.” Dijo con seriedad.
Kysho saltó con una patada hacia su oponente, que solo se movió un par de centímetros para esquivarla. El sable de la maestra pasó frente a su cara mientras se inclinaba lo mínimo para esquivarla. La maestra atacó un millar de veces en vano, ya que el sith esquivó todos sus ataques. La demostración terminó cuando volvió a encender su sable. Agitada, Kysho saltó unos metros hacia atrás para revisarlo con la mirada.
“Eso no son los Pasos de la Fuerza.” Dijo mientras intentaba recuperar el aire. “Eso es Soresu… ¿Cómo puedes imitar tu técnica solo con tu estilo?” Agregó ofuscada.
“Tus ataques son predecibles, jedi.” Respondió con prestancia el sith. “Tu estilo está demasiado marcado para que te llamen maestra.”
Kysho apretó la mandíbula para ocultar su ira.
“Ah, eso es lo que no te gusta…” Dijo con severidad Ihsahan. “¿Crees que eres la única que sabe algo en esta galaxia?”
“Alara va a estar decepcionada contigo, Shin…” Dijo con seriedad la jedi.
“Debe estar ocupada con su nueva padawan, jedi.” Dijo con seriedad Ihsahan.
Kysho saltó al ataque con un rápido salto frontal para que sus sables vuelvan a chocar. Sus rápidos golpes fueron bloqueados por el sith mientras se movían hacia el camino. Partes de las naves y el túnel empezaron a volar hacia él, pero nada de esto iba a detenerlo. El sable de Kysho empezó a danzar a su lado mientras la maestra se preparaba para usar su telequinesis. El sable volvió a la maestra mientras un torrente de telequinesis venía hacia él. Ihsahan juntó los puños a los lados de su cintura para empujar con todas sus fuerzas y contrarrestar el ataque. El piso se pulverizó entre cuando sus voluntades chocaron. El temblor se detuvo de repente mientras daban un paso hacia atrás. Kysho estaba visiblemente cansada, en cambio, la frente se Ihsahan solo estaba siendo recorrida con una gota de sudor.
“Siempre has sido talentoso sin importar lo que hagas o quien sea tu maestro…” Dijo agitada Kysho. “¿Ahora eres uno de ellos?”
“Soy un Imperial.” Dijo con seriedad Ihsahan. “Me han recibido con los brazos abiertos cuando ustedes me abandonaron.”
“Eso duele mucho más cuando lo dices a mi cara, Shin…” Dijo apenada Kysho. “Te hemos fallado, pero… ellos van a traicionarte.”
“Lo sé, ellos no se ocultan bajo su falsa fraternidad.” Dijo con severidad el sith. “No hay nada personal en esto, jedi. Mi maestro piensa que estoy haciendo esto por venganza, pero la verdad es que no siento nada por ustedes.” Agregó mirando hacia el cadáver de Athos. “Nosotros nos ocuparemos de proteger la galaxia.”
“Te han lavado la cabeza, Shin.” Dijo apenada Kysho. “¿Qué clase de sith quiere proteger la galaxia?”
“Nosotros queremos proteger el Imperio.” Dijo con severidad Ihsahan.
“No sabes lo que estás diciendo, Shin. El Imperio solo quiere apoderarse de todo… por eso nosotros somos los guardianes de la República.”
“Mi maestro tiene razón, están completamente desconectados de la realidad.” Dijo con severidad Ihsahan mientras levantaba su sable. “¿Sabes cuantos jedis hay en este momento en Korriban? Este solía ser el cristal de uno de ellos. Caídos los llaman, sus enseñanzas los rompen y vienen a buscar respuestas con nosotros.”
Kysho abrió los ojos llena de sorpresa.
“Todo lo que enseñan son mentiras, jedi. No tienen capacidad para respaldar nada de lo que dicen. ¿Dónde está la Fuerza para salvarte ahora? ¿Dónde estaba la Fuerza para salvarme? Lo único que he sentido desde que me abandonaron es dolor y ese dolor es el combustible de mis puños.”
“Lo siento mucho, Shin…” Dijo Kysho mientras apagaba su sable. “La Fuerza no te ha fallado, nosotros lo hemos hecho.”
“No sabes lo que eso significa, jedi. ¿Sabes lo que hacen con los caídos?” Preguntó con seriedad Ihsahan.
Kysho dio un paso hacia él mientras lo miraba fijamente.
“Puedo imaginarlo, padawan.” Dijo con seriedad Kysho. “El corazón de Alara va a romperse cuando se entere de esto…”
Ihsahan recordó a su maestra por un segundo, pero esto fue interrumpido por el supuesto ataque sorpresa de Kysho. Su sable se encendió de repente para intentar atravesar su torso. En cambio, el rojo filo del suyo atravesó su corazón.
“No estás acostumbrada al engaño, jedi.” Dijo con severidad Ihsahan.
Kysho cayó muerta al suelo mientras guardaba su sable pensando en que necesitaba hacer ahora. Por alguna razón levantó el sable de la maestra para luego levantar los de Athos. Lira estaba llorando el suelo, su cuerpo no reaccionaba. La vio desde las alturas mientras se ponía su máscara.
“Shin… Siempre te he amado…” Dijo entre lágrimas la jedi.
“¿Qué clase de amor se completa con olvido?” Preguntó al aire Ihsahan mientras levantaba el sable de la jedi.
“Yo nunca te he olvidado…” Dijo con seriedad Lira. “Te he…”
Lira murió con las palabras en su boca, Ihsahan no quería escuchar sus mentiras. Escuchó unas botas correr hacia él, era un grupo de soldados. Sus rifles temblaron al levantarse para apuntarle. Ihsahan solo tuvo que mirarlos para que corran por donde vinieron. Caminó hasta el abismo para saltar, debajo estaba el speeder que había dejado ahí. Escuchó la voz de Vitti en su comunicador mientras recorría la ciudad a toda velocidad.



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En el texto hay: accion y aventura, starwars, star wars

Editado: 10.06.2023

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