CAPÍTULO 45:
IRIS ESTABA FELIZ DE VOLVER A VER A SUS HIJOS. RUBÉN SE LA LLEVÓ BAJO SU PROPIA RESPONSABILIDAD E ISABEL LA CUIDARÍA.
CUANDO NO ESTABA JUGANDO CON LOS NIÑOS LLORABA.
- ¿VAS A DEJAR DE LLORAR? - LE DIJO RUBÉN.
- ¿ME VAS A DAR LA RECETA DE REPARACIÓN DE UN ALMA ROTA? DÁMELO Y DEJO DE LLORAR.