Camaleón

Capítulo 1

La tarde era tormentosa, el vidrio recibía un inmenso y eterno ataque de gotas, mientras se iluminaba por los relámpagos y se estremecía por el estruendoso sonido del rayo.

Lo cierto es que el hecho de estar escribiendo los informes del instituto, la distraía de la tormenta que se desataba en el exterior, al punto de no darse cuenta de que los camilleros luchaban por poder entrar.

El ruido de los truenos, le impidió escuchar, los pasos apresurados que se aproximaban a su oficina. Así que cuando la puerta se abrió de súbito, ella no pude evitar dar un salto golpe, producto de la sorpresa.

-Dra. Madison, tengo que hablar con usted.

El hombre que se encontraba frente a ella, era el Dr. Samuel, él era el encargado máximo del Instituto Kayman, por lo que su sola presencia en la oficina, era señal inequívoca de que algo importante exigía su presencia.

-Dígame Dr.

-Acompáñeme, Dra., por favor a mi oficina.

Esas palabras, por un momento la hicieron dudar, pues sonaba a que iba a ser despedida; aunque siguiendo las políticas del asilo, tendría que abandonar el puesto inmediatamente, y con el clima esto era prácticamente inhumano, así que la Dra. Madison contuvo su temor y prosiguió a seguir al Dr. Samuel a su oficina.

El pasillo era frio, oscuro y estrecho, estaba construido con un tabique que por el tiempo y la humedad tomo un tono grisáceo, las pocas luces que iluminaban, combinadas con las altas ventanas iluminadas a momentos por los rayos, le daban al corredor en general un aspecto tétrico, que hubiera hecho temblar a otro con cualquier rayo.

Después de cada sonido de los truenos, se podía escuchar una serie de gritos, producto de los pacientes que albergaba el instituto, pues su prolongado confinamiento, mezclado con sus enfermedades mentales, previamente adquiridas; había desarrollado una conducta de histeria en noches de tormenta como esta.

Al término del pasillo, se encontraba una puerta de madera, con cerradura metálica oxidada, dentro de esta puerta, estaba la oficina del Dr. Samuel, la oficina era un lugar oscuro, con humedad en las paredes, estas se encontraban cubiertas por grandes estantes de libros, todos de gran volumen y acordes a la psiquiatría.

-Dra. Como sabe aquí se siguen ciertos protocolos, con los nuevos, para poder darles acceso a los casos superiores.

-Si estoy consciente, sé que se les tiene a prueba por tiempo de un año (que es el tiempo que llevo laborando en el instituto) y es por eso que no se me ha dado acceso a los enfermos más graves.

-Así es Dra. Pero como usted lo dijo, ya ha cumplido con el año, por lo que ya tiene acceso a todos los pacientes del instituto, y como política del mismo, le dejare elegir un paciente.

-Me da mucho gusto, y desconocía que sólo podía uno.

-Como usted sabrá debo distribuir mis pacientes con todos los psiquiatras, usted seguirá con los pacientes inferiores que tiene, pues se debe de dar continuidad con su tratamiento, únicamente los superiores, me atrevo a cambiarles su psiquiatra, pues el estar en esa condición implica que la técnica no ha estado funcionando y que es necesario buscar alguien con quien si se habrán psicológicamente hablando.

 -Bueno en ese caso quiero al Camaleón.

-¿En verdad quiere al más complicado no es así?

-Sí, quiero conocer al más grande caso del instituto.

-¿Y ya conoce su historia?

-No, si me hiciera el favor de contármela.

-El camaleón era antes un Dr. En física de partículas, el desarrollo una teoría de que los cuerpos de todos nosotros poseen un rastro electromagnético propio que es responsable de mantener nuestros átomos agrupados en esta forma en específico, de esta forma este rastro electromagnético es el responsable de que tengamos esta forma y no otra.

-¿Y las cosas, también tienen este rastro electromagnético?

-Si este le da la forma a toda la materia del universo, si este no existiera; nosotros nos desintegraríamos y solo seriamos átomos y moléculas flotando en el espacio.

-Eso simplemente, es extraordinario.

-Eso pensó él al principio, después busco como poder manipular este rastro. Sin embargo sus experimentos fallaron, no cálculo de manera adecuada la resistencia de sus materiales y el expediento le exploto en la cara, desintegrándolo al instante.

-¿Y entonces como es que él está aquí?

-Después de la explosión, todos lo dieron por muerto; pero a los pocos días reapareció en el lugar de la explosión, ¡él había vuelto de la muerte! Y con una nueva habilidad. ¡Podía replicar el cuerpo de cada persona en el planeta!




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