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Los largos e infinitos pasillos me terminaban por dañar la vista de lo insoportables que podían llegar a ser con tal de restregarme en la cara, toda clase de gloria fingida; los dibujos que yacían en las paredes me miraban con tal desprecio, como si este fuera su único objetivo, aparte de ser tan molestos; un sin fin de carteles recorría un mismo camino mediante la propaganda tan llamativa de parte de los estudiantes, a cargo de su difusión; banderines colgados, de pared a pared, enumeraban cada uno de nuestro pasos hasta la llegada del tan ansiado, pero aburrido, club de teatro.
Esto es ridículo.
Nuestro camino cada vez se hacía más angosto mientras más nos adentrábamos a la larga turba de estudiantes; la coordinación de nuestros movimientos se veía interrumpido por los molestos empujones, procedente de las personas que nos rodeaban; cada conversación que lograba escuchar, subía un poco más el tono de mi tan aburrida expresión en el rostro; cada paso que asumíamos, nos mantenía expectantes respecto a los que vendrían, aunque sin importar la ruta que tomáramos, cada una era más sofocante que la anterior.
"H-Hay mucha gente."
"Por lo que veo, todos están emocionados."
"¡Claro que lo están! ¡Hoy no es un día cualquiera!"
"Sí, no es un día cualquiera."
Alumnos, con panfletos en mano, formaban una larga cola que se extendía hasta las esquinas de cada pasillo; pequeñas presentaciones, dirigidas en solitario, se apoderaban de gran parte del recorrido; una muestra de trabajo del club de música ligera, se dejaba escuchar por el parlante de comunicados.
...
...
Dejen de mirarme.
"No lo diré."
Mientras desgraciaba mi suerte, a boca cerrada, traté de evadir toda sonrisa molesta de parte de ellos.
"Akira."
"¿Qué ocurre?"
"¡Divirtámonos!"
...
...
-Suspiré-
"Está bien."
"¡Así se habla, Haruko!"
"¡Átalo antes de que escape!"
No tengo idea de cuando empecé a seguirles la corriente, o de cuando dejé de representar un antónimo de lo que querían conseguir.
"N-No digas eso, Azami."
Me gustaría saber por qué soy incapaz de ignorarlos, cuando ese siempre fue el prólogo de cualquiera de mis días.
"¡Mira, mira! ¡Ya estamos por llegar!"
"Escúchame."
El sentido de sus palabras, jamás llegó a conformar los versos que alguna vez quise mantener en mi cabeza; pero por alguna razón, se mantienen ahí.
"Es verdad, ya falta poco."
"¿Tú también, Takeshi?"
El bullicio de sus carcajadas, nunca fue parte de la melodía que quería mantener con vida; pero, aunque no lo quiera, ahora conforma el preludio de cada parte de mi tiempo.
Mientras pensaba en todo ello, seguimos caminando sobre la tensa muchedumbre hasta llegar al club de teatro. Nos detuvimos a un lado de la puerta, luego de entrar, para finalmente quedar asombrados por las grandes dimensiones de la sala.
"¡Woo! ¡Es muy grande!"
"El club de teatro es uno de los pocos privilegiados en esta escuela; tener un espacio tan grande solo para ellos es verdaderamente increíble."
"Según tengo entendido, el club de teatro destacó en el último concurso nacional que se celebró en Tokio; luego de eso, le otorgaron mayor presupuesto para posteriores éxitos."
"Es verdad, ocupar el tercer puesto en una competición como aquella sí que es admirable."
¿Soy el único que desconoce sobre ello?
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"No lo hagas más difícil por favor."
"¡No quiero separarme de ti!"
"¡No quiero, no creo poder soportar tu ausencia!"
"No creo que pueda seguir - resistiendo."
"¡Por favor, esto no puede terminar así!"
"¡Este final no es fiel a lo que sentimos el uno por el otro!"
"Lo sé."
"¡Entonces, ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué arriesgaste tu vida de esa manera?!"
"Lo hice porque te amo, ese siempre fue mi motivo."
"Siempre fue - mi inspiración."
"¡No digas 'fue' cuando aún puede continuar!"
"¡Solo resiste por favor!"
"Sabes, desde que te conocí, no ha pasado - ni un segundo que deje de pensar en ti; mi días se volvieron más agradables desde que entraste a mi vida, más divertidos de contar, más hermosos de vivir, más increíbles de recordar."
"¡Pronto llegarán los paramédicos, solo aguanta un poco más!"
"Desde que - te conocí, no ha habido un momento en donde deje de actuar por ti; cada segundo de mi tiempo estaba destinado a esperar tu llegada; todo pensamiento mío se centraba en imaginar un sin fin de ocasiones, donde tu y yo éramos felices."
"¡Solo un poco más, Kaede!"
"Puedo ver esos días en donde corríamos sin parar, saltábamos alegres, jugábamos sin preocupación; aquellos días en donde creíamos que nada era imposible para nosotros; claro que hablo de cuando aún éramos niños, ¿lo recuerdas?."
"¡Claro que sí!"
"Aún recuerdo cuando corrías a los brazos de tu madre y, con una apacible determinación, le susurrabas al oído que de grande querías casarte conmigo; el rostro de tu madre lo decía todo."
"¡Perdóname por favor!"
"No pidas disculpas, sabía desde el primer momento que sería difícil, pero aún así, ambos nos aferramos a la idea de conseguirlo; sé que no fue por mucho, pero me da un gran alivio saber que aquella palabra de niño se haya convertido en una certeza; al fin al cabo, pude pasar el mejor tiempo de mi vida rodeada de una emoción fuerte, con el sentimiento de ser querida; los mejores momentos que viví, siempre fueron a tu lado y eso jamás cambiará."
"¡Te amo!"
"También yo, jamás dejaré de hacerlo; no importa lo que pase hoy o mañana, mis sentimientos por ti serán eternos y sé que lo llevaras siempre contigo."
"Nunca me imaginé que unas simples palabras de consuelo se convertirían en toda una vida repleta de sentimientos mutuos; pero aquí estamos, compartiendo nuestro primer eclipse, después un eterno amanecer."