Recuerdo bien el día que partiste.
Me había aferrado demasiado a algo que no existía.
Tantos sueños abandonados por una sola razón. Sin embargo, nunca existió.
¿Por qué me aferraba tanto?
¿Qué me mantenía unida a ti?
Los delirios de esperanza siempre parecen tener un significado.
Cuando me dí cuenta, ya estaba perdida.
Vivir del dolor nunca causaría algo positivo. Me negaba a verlo. ¿Por qué?
¿Me asustaba el hecho de dejarlo ir?
La miseria nos persigue. ¿Qué debemos hacer para detenerla?
Abandonar todo por lo que he luchado ¿Valdría la pena?
Aquel cambio, ¿llegaría un día?
¿Me atrevería a hacerlo?
Insistentemente nos mantenemos alejados, anhelando que aquellas lágrimas no nos derroten.
Ese insoportable dolor, ¿se iría algún día?
Podría aceptarlo, pero aquellas lágrimas, ¿valieron la pena?
Editado: 21.01.2021