Cuando veía la tristeza en tus ojos, sólo pensaba en aliviar tu pena, en ser capaz de destruir esa coraza de hielo que se interponía entre tú y yo.
En ese entonces no sabía lo que era amar tanto a una persona, hasta que te conocí.
Pensé que estaba equivocada al creer que no habría oportunidad, pero no fue así. Hoy por fin soy capaz te entenderte un poco.
Pero tú, ¿eres capaz de entenderme a mi?
Nunca seré capaz de olvidarte.
Aunque me alejes de tu vida, aunque me convierta en polvo, viviré de aquellos recuerdos, los más bellos que puedo tener, y me quedaré a tu lado para siempre.
Aunque me odies, no seré capaz de odiarte a ti.
Me arrojaste al viento, tal y como los árboles se deshacen de sus hojas muertas. ¿O acaso son las hojas las que toman la decisión de separarse de ellos?
Jamás lo sabré. Sólo se que mi traición no será perdonada ni aunque la oscuridad nos guíe y los ríos se sequen.
¿Realmente nunca me perdonarás? Cómo saberlo, si estoy tan lejos de ti.
Editado: 21.01.2021