Emma se apresuró por los pasillos de la escuela hacia el salón de música, donde ya había una multitud esperando para inscribirse en dicho concurso . Había corrido tanto que llegó jadeando, buscando desesperadamente el lugar adecuado para anotarse.
Justo cuando estaba a punto de hacerlo, apareció Emilia, quien también había sido informada por Lucas sobre las inscripciones. Las dos chicas llegaron al mismo tiempo, cada una convencida de que tenía prioridad sobre la otra.
"Con permiso, con permiso", musitó Emma, tratando de recuperar el aliento.
"Pero qué te pasa, yo llegué primero", exclamó Emilia, visiblemente ofendida.
"Yo llegué primero, todos lo vieron. Además, vine desde muy lejos", respondió Emma, defendiendo su posición.
"¡Así vengas desde Tokio, si yo llego primero tú esperas tu turno!", replicó Emilia, tomando la pluma para anotarse en la lista.
Fue entonces cuando Emma, frustrada por la situación y el cansancio acumulado, perdió el control. "¡Ah, no!", exclamó antes de sujetar a Emilia por la cintura y tirarla al suelo. Emilia se defendió, pero la gente que esperaba en la fila comenzó a rodearlas, atrayendo la atención de la prefecta Olivia Harris.
"¿Qué pasa aquí?", intervino la voz severa de la prefecta Harris .
"Nada, señorita", respondió Emilia avergonzada.
"Les recuerdo que esa no es la forma de comportarse, señoritas. Voy a hablar con sus padres", anunció Harris, con tono decidido.
"Mi mamá no puede venir", murmuró Emma con voz temblorosa.
"Mi papá está de viaje", agregó Emilia, mirando al suelo con pesar.
"Pues mientras no se presenten sus padres, estarán suspendidas", sentenció Harris con autoridad" Y me acompañan a la dirección. El señor Evans también debe ser informado de esto".
"¿Ya ves lo que provocas?", murmuró Emilia hacia Emma, mientras seguían a la prefecta hacia la dirección.
Al llegar a la dirección la señorita Harris llamó a la puerta del señor Evans y entró junto con Emilia y Emma
El director Evans levantó la vista. Que pasa dijo sorprendido
Las encontré en el pasillo , peleando agregó
"Gracias, señorita Harris. Déjeme hablar con las chicas", solicitó Evans
La señorita Harris se retiró de la oficina obedientemente
"Díganme, chicas, ¿por qué se estaban peleando?", preguntó Evans con calma, buscando comprender la situación.
Un silencio incómodo llenó la habitación, hasta que Emma finalmente rompió el mutismo. "Yo comencé la pelea", admitió tímidamente.
"¿Así? ¿Y por qué?", inquirió Evans
"Por cosas tontas que no tienen sentido. Fue un arranque del momento. Estaba enojada y me desquité con mi compañera, pero le juro que no se volverá a repetir. Por favor, no le llame a mi madre, no tiene tiempo para salir de su trabajo a estas horas", explicó Emma, con la voz llena de sincera disculpa.
"Ya veo", murmuró Evans, reflexionando sobre las palabras de Emma. "Miren chicas, voy a dejarlas ir esta vez solo porque nunca había sucedido algo así con ustedes. Son grandes alumnas, no suelen causar problemas. Retírense y asegúrense de que no vuelva a repetirse. La próxima vez tomaré medidas más serias".
"Gracias, director", respondió Emilia con gratitud, mientras ambas salían de la oficina,
Sin decir una sola palabra cada una siguió su camino.