Cambio Radical

Capítulo 12

 

Llegamos a casa y Nico ya estaba dormido. Victoria lo cargó y lo llevó a la cama, mientras yo bajaba sus maletas y algunas cosas del auto, después fui a buscarlos a la habitación de mi bebé y juntos arropamos a Nico.

 

Samuel: ¿Quieres cenar algo?- dije cuando salimos de la habitación.

 

Victoria: tal vez sólo un batido…

 

Fuimos a la cocina y ambos tomamos un delicioso batido de avena y plátano mientras platicábamos.

 

Ella aún parecía nerviosa, después de que hablamos con Susana mi Victoria se quedó un poco inquieta.

 

Samuel: Oye bonita…- tomé su mano y ella me miró- ya no te preocupes, yo te cuidaré.

 

Victoria: me da miedo Samuel… si entraron y no se llevaron nada, entonces no iban por lo material sino… por mí- el miedo que noté en su voz me erizó la piel, de verdad ella estaba muy preocupada y hasta cierto punto yo no había comprendido eso.

 

Samuel: tal vez no tuvieron tiempo de llevarse algo o no sé… pero tú debes estar tranquila ¿Ok?

 

Ella asintió y me levanté para abrazarla, Victoria se aferró a mi pecho tanto que sujetaba mi camisa con fuerza como evitando que me separa de ella, besé su frente y me separé muy despacio hasta que pude verla a los ojos, sonreí y ella me imitó.

 

Samuel: oye… ¿Dormirás conmigo?- susurré y ella soltó una leve risita.

 

Victoria: yo tengo habitación Samuel…

 

Samuel: ya lo sé… pero duerme conmigo… por favor- hice puchero y ella me miró sonriendo.

 

Victoria: me quedaré hasta que te duermas y después me voy a la de invitados.

 

Samuel: sí mamá… - sonrió y besé sus labios rápidamente- ¿No te gusta la otra habitación?

 

Victoria: claro que sí pero… siento que estoy invadiendo el lugar de alguien, prefiero la de invitados.

 

Samuel: como quieras bonita…

 

Subimos a mi habitación y ambos nos metimos bajo las sábanas, la abracé por la cintura y aunque mis ojos se cerraban yo hacía lo imposible por no dejarme vencer.

 

Ella levantó su cabeza y me miró riendo.

 

Samuel: no me quiero dormir- susurré sonriendo.

 

Victoria: tramposo… duérmete, te prometo que no me voy- acarició mi mejilla.

 

Samuel: ¿De verdad?

 

Victoria: promesa…

 

Samuel: dulces sueños bonita mía.

 

Victoria: dulces sueños- dijo sonriendo y besó mi frente.

 

Cerré mis ojos y me deje vencer mientras ella acariciaba mi rostro y mi cabello.

 

A la mañana siguiente desperté cuando escuché unos ligeros balbuceos y cuando abrí los ojos me encontré con la imagen más tierna que he visto.

 

Victoria estaba sentada en la cama apoyando su espalda en la cabecera mientras Nico apoyaba su pequeña espalda en sus piernas y ella jugaba con sus manos y sus piecitos haciendo reír a mi bebé.

 

Cuando estaba a punto de voltear a verme cerré los ojos de nuevo.

 

Victoria: ¿Sabes principito?... Tienes un papá mentirosillo… le encanta fingir que sigue durmiendo… pero mejor para mí. Así me quedo con mi caballerito más tiempo- dijo alegre.

 

Samuel: no lo puedo creer Nicolás… apenas tienes cuatro meses y ya me estás robando a las mujeres - ella soltó una pequeña risa al igual que Nico quien me sonrió feliz.

 

Victoria: sólo las que sabemos apreciar lo bueno- me sonrió y yo hice lo mismo.

 

Samuel: buen día hermosa

 

Victoria: buen día… feo- dijo sonriendo

 

Samuel: ¿Soy feo?- dije entre risas.

 

Victoria: bastante... eres como un monstruo- se acercó a mí- pero eres mi monstruo- rosó su nariz con la mía y yo aproveché para capturar sus labios.

 

Nos besábamos tiernamente hasta que Nico se quejó obligándonos a separar.

 

Victoria: vaya… parece que el celosito aquí no es sólo el papá- dijo haciendo cosquillas a Nico.

 

Samuel: sólo nos gusta cuidar lo que queremos- besé su mejilla.

 

Nos levantamos de la cama después de muchas quejas de mi parte por volver a dormir un poco más.

 

Me duché y me vestí rápidamente y mientras ella hacía lo mismo yo preparaba a Nico para ir a la guardería.

 

Desayunamos y nos fuimos los tres juntos. Llevé a Victoria y a Nicolás al kínder y después me dirigí a mi oficina donde tenía una inmensidad de papeles por revisar y firmar.

 

Cuando al fin terminé me levanté para llevar algunos documentos a la sala de juntas ya que se llevaría a cabo una reunión para supervisar un error que hubo en una obra, por fortuna no tendría que estar presente ya que el error no fue en uno de mis proyectos.

 

Regresé a mi oficina y no encontré a Ana en su escritorio, seguramente fue a comer como la mayoría del personal. Entré a mí oficina y comencé a ordenar mis cosas, hoy quería ir temprano a casa para estar con mi bebé y con mi novia.

 

Alguien golpeó la puerta un par de veces y después entró, levanté la mirada y me encontré con Giovanna, la hija de uno de los socios.

 

Esa mujer siente que es dueña de todo y solamente viene a molestar a los empleados porque de trabajo ella no sabe nada.

 

Para empeorar la situación siempre ha estado como obsesionada conmigo y se me insinúa delante de todos incluso de su padre, quien ha llegado a pensar que hay algo entre su hija y yo pero afortunadamente pude aclarar todo a tiempo evitando problemas con él.

Ella entró cantoneándose y se acercó a mí.

 

Giovanna: Hola guapo - besó mi mejilla.

 

Samuel: Hola - dije serio.

 

Giovanna: ¿Qué pasa en esta oficina? ¿Qué nadie trabaja hoy?

 

Samuel: claro que sí… todos trabajamos de lunes a viernes- la miré- bueno algunos… pero ya es la hora de comida y obviamente todos están en la cafetería.



#33910 en Novela romántica

En el texto hay: familia, amor, padre

Editado: 06.07.2020

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