Camelina

No les voy a dar gusto

Me encuentro frente al sofá-cama, y no tengo la más mínima idea de cómo moverlo de lugar. No tengo mucha fuerza y creo que juega en mi contra el ser chaparrita y delgada, pero como siempre tratare de dar mi mayor esfuerzo. 
-¡Vamos Camelina tu puedes! Me doy ánimos a mi misma.
Me posesionó por un lado del sofá, y lo comienzo arrastrar con todas mis fuerzas, hasta llevarlo por completo a mi cuarto.
A continuación empiezo a ver el instructivo del refrigerador. En ese momento me empiezan a gruñir las tripas.
-Tengo mucha hambre ¿qué comeré?
-Ya se, encargaré algo por Internet, veamos, una pizza con refresco.
Encargo la comida y continuó con el refrigerador.
-Mejor Llamaré a mi mamá.
-Hola, ama ¡soy yo!
-Sí Camelina, ¿porqué no me habías marcado?, no sabes lo preocupada que estoy, tu sola en otra ciudad y uno angustiada.
-Perdón, he estado muy ocupada, con lo de la mudanza y el departamento, ni tiempo he tenido.
-Pues muy mal
-Bueno, quería saber como estaban y si me podrías ayudar con algo, es a cerca del refrigerador.
Como es costumbre mi mamá tenía el teléfono en altavoz y escucho a mi hermano.
-Lo sabía es una inútil, no sirve para nada, mi papá responde - Siempre ha sido así, es culpa de tu mamá, van haber que en 2 semanas ya la tenemos de regreso, se escucha como se siguen burlando de mi.
-Bueno, ama te dejo, que tengo muchas cosas que hacer.
-Sí, cuando estés desocupada no olvides marcarme.
-Lo sabía no debí haber marcado, como siempre les di motivos, para que se burlen de mi, comienzan a caer lágrimas en mi rostro.
-Siempre es lo mismo con mi familia, solo buscan, humillarme, burlarse de mi, hacerme sentir inferior.
No puedo evitar llorar. - Aún recuerdo cuando, la pasaba de lo peor, tanto en la casa como en la escuela.
-¡Pero no les voy a dar el gusto! 
En ese momento, escucho que tocan la puerta y me limpio las lágrimas.
-Hola vengo a dejar un pedido 
- Sí, claro, gracias.
Le doy la propina al muchacho y cierro la puerta.
Comienzo a comer aún con lágrimas en los ojos.
-Yo no se porque mi familia no me acepta, como soy. Para ellos solo soy un fenómeno, la hermana fea, la que no vale nada, la que cambiarían por unas borregas o un marrano.
-Acaso piensan que no tengo sentimientos, que no saben que;
"Duelen más las heridas del alma, te marcan de por vida"
Pero no me voy a dar por vencida. 
A continuación me marcan por teléfono. 
-Buen día, hablo con Camelina 
-Sí, con ella habla
-Se postulo, para nuestra vacante y nos gustaría que se presentara mañana a las 12.30am 
-¡Sí, claro!
Se termina la llamada y en ese momento me pongo muy feliz. 
-Bueno, veamos que me pondré, lo mejor es que ya me duerma.
Justo cuando me voy a dormir se escucha en el departamento de a lado la música a todo volumen. 
-¡No puede ser! Quien tendrá la música a esta hora. 
Pero no es problema para mi, ya que mi mamá es amante de la música y en mi casa, siempre tenía las bocinas a todo volumen todo el día. 
-Bien a dormir he dicho. 
A la mañana siguiente lo primero que hago es bañarme y después empiezo a mirar en mi maleta que ponerme. No tengo mucha ropa, así que me decido por una blusa blanca con un moño negro, un mayon negro con piedritas, y uno zapatos amarillos con brillo.
-¡Cómo me peino! 
Decido dejarme el cabello suelto. 
Cómo usualmente no me maquilló y no tengo mucho maquillaje, solo me delineó mis ojos con un delineador negro, me pongo tantita sombra color beige y me pinto los labios con un gloss. 
-Me miro en el espejo del baño. 
-Ahí pero que chula, me veo, me comienzo a echar porras y piropos a mi misma. 
"No necesito de nadie para levantarme el ánimo, seré fea pero con autoestima". 
Quiero, llegar temprano a la entrevista y me llevo en una carpeta mis papeles y más CV por si acaso. 
Cuando salgo y estoy cerrando la puerta, veo saliendo de su departamento a mi vecino.

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.