Caminando a la luna

Capítulo 5: Una plática profunda

—Hace algunos años mi padre abusó de mi. Tenía tan solo 9 años y a los 12, finalmente me dejó en paz. Sufrí demasiados abusos de su parte y ciertamente, sigo con esos traumas, esa es la razón principal por la cual no quiero ser dueño de su estúpida empresa. Me lastimó tanto física como emocionalmente y no he curado del todo—. Dije casi llorando.

—Sé que es difícil amigo, pero debes sacar todo el odio y resentimiento que tienes guardado, para que logres perdonar y olvidar. Solo así podrás estar satisfecho contigo mismo, no soy psicólogo pero también cuando sufrí un trauma hice lo mismo y ahora vivo feliz— me contestó Erick, tomándome de mis manos. —Espera, ¿Quieres algo para tomar antes de seguir desahogandote?— me preguntó con la carta de la cafetería en mano.

—Sí— contesté, 
—Pediré solo un café para tranquilizarme—.

—Disculpe, ¿Nos puede traer dos cafés grandes? Y a mi unas galletas, por favor— le dijo a la mesera.

—Sí, está bien. En unos minutos, le traeré sus cafés—. Contestó la mesera.

—Esta bien, gracias. Ahora si— me dijo mientras me miraba. —Sígueme contando mientras esperamos nuestros cafés— dijo dándole la carta a la mesera.

—Esta bien. El antes de los 9 años siempre fue muy amoroso conmigo, me compraba muchas cosas y me daba muchos abrazos, sentía que yo era el niño más feliz por tener al mejor padre, ambos me llevaban al cine, íbamos a comer, nos llevaba a la plaza a comer pizza, a la feria y siempre tuve lo mejor gracias a el. Pero, desde que cumplí los 9 años, empezó a verme un poco extraño... Solo me miraba la parte trasera de mi cuerpo y quería tocarme la espalda y cada vez que bajaba más le decía "Papá, quita tu mano porque me hace sentir mal", siempre comprendió eso y quitaba la mano inmediatamente. Hasta... Que un día estábamos solos porque mi madre había salido y el no tenía trabajo en su oficina y entró a mi cuarto, volvió a tocarme pero ahora no me hizo caso en mi... Advertencia y empezó a bajar más su mano sobre mi, y...— No pude seguir contando, cuando empecé a llorar. 
Mi padre me había hecho tanto daño que tan solo recordar esos momentos me llenaba de asco y frustración por mi.

—Entiendo amigo, pero ¡mira! Ya nos traen nuestros cafés.— dijo Erick cuando la mesera se acercaba con nuestros cafés y sus galletas.

—Gracias, señorita. Tome $50 dólares de propina.—. Dándole el dinero y tomando el primer sorbo al café me dijo, 
—Sigueme contando tu historia, amigo. Toma tu tiempo— terminó y siguió tomando de su café.

—Esta bien— dije ya con los ojos rojos donde casi estaba llorando—Después, mi padre me siguió tocando y me empezó a quitar la playera y me besaba el cuello, recuerdo como me sentía de asqueado intentando que regrese a ser el papá que era antes. Me quitó el shorts y mi ropa interior. Le di una patada e intenté escapar y llamar a mi mamá pero, le había puesto seguro a la puerta y no pude salir. Me tomo de los brazos, me dió una cachetada y me tiró en la cama. Vi como se quitaba su pantalón y su ropa interior y se acercaba más a mi... Hasta que me viol0... Duro cerca de 30 minutos aquel tormento y se me hacía eterno, yo solo lloraba sin poder decir nada porque estaba débil por el golpe. Lo hizo en varias ocasiones cuando mi mamá tenía que salir, solo escuchaba sus pasos y comenzaba a llorar intentando que cambie de opinión y me deje en paz pero no lo conseguí. Nadie de mi familia lo sabe por el temor que tengo de que me desprecien y me boten a la calle.
Y no solo abusó de mi sexualmente, también empezó a golpearme sin razón alguna y me dejaba algunos días encerrados en el sótano diciéndole a mi madre que me había ido a un campamento de vacaciones. Siempre me odió y no sabía la razón de su ira contra mi... Mis hermanos ayudaron a calmar la situación ya que tuvo que ayudar a mi madre con los pañales y algunas cosas de ellos. Ahí fue cuando finalmente sentí un poco de paz pero por lo que había pasado, mis notas bajaron demasiado en la escuela y decidieron llevarme con una psicóloga... Donde también sufrí demasiados maltratos y abusos.
En la segunda, o tercera visita no recuerdo, mi padre le dijo a la maldita psicóloga que si quería, podía abusar de mi y le agradecería si lo hiciera. Entonces, a mis 12 años volví a entrar al mismo infierno del que apenas había logrado salir... La "profesional", entre comillas, comenzó tocandome también y sentandose encima de mi... A esa edad yo sentía ganas de estar con una mujer y ella estaba atractiva pero no hubiera querido que pasara eso... Ella se sentaba encima de mi y empezaba a moverse de una manera excitante, y me atraía... Y en algunas ocasiones tuvimos sexo porque ambos quisimos, en otras ella me obligaba a tener relaciones porque si no, me acusaría de violación y... Durante otros 3 años tuve algunos encuentros sexuales con ella, unos consentidos y otros no. 
Mi madre jamás notó algún indicio de que necesitara ayuda a pesar, de que me veía golpeado y con moretones en todo mi cuerpo. Lo único que me hacía salir de mi, era jugar basquetbol y me sentía mejor, olvidaba mis problemas y mis traumas, era donde yo fui feliz y por eso, amo cualquier deporte. También jugaba fútbol, béisbol, voleybol, tenis y golf. Los deportes me ayudaron demasiado para lograr ser feliz, o al menos intentar serlo porque para mis 15 años, pasé una niñez y pubertad terrible con esas dos personas acosandome. También ese hecho, hizo que me diera depresión y ansiedad, la psicóloga en lugar de ayudarme me perjudicó mucho más y es algo que no he podido superar del todo. Incluso mi novia, Esther, me ha pedido tener relaciones y dar el siguiente paso pero por todo lo que he pasado creo que puedes entender el porque siento que no puedo. Todo mi pasado puede volver y no quiero asustarla.— terminé, llorando por haber recordado todos mis traumas pero necesitaba sacarlos de mi y descansar mentalmente.

—Amigo, veo que haz pasado por mucho, y entiendo lo que haz sufrido porque también he pasado por algo similar, aunque yo sigo sin aceptarlo. Sé lo difícil que es superar algo que parece imposible pero debes hacerlo. Intenta dejar atrás tu pasado y vive el ahora, no sabemos si mañana estaremos y a pesar, de tener un terrible pasado eso no nos define como personas... Sé tú ahora mismo y vive como si no hubiera un mañana. 
Deja que tus acciones de hoy, den producto el día de mañana  e intenta no olvidar, sino aceptarlo y dejarlo ir, solo de ese modo volverás a la plena felicidad—. Terminó.




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