Cuando Uryan despertó, se encontró fuera de la nave de Mijail. En su pecho, sintió que tenía un fragmento del sol, que lo estaba ayudando a conservar las energías que gastó al proyectarse en el mundo de Solestelar.
Al incorporarse, observó a Mijail junto con Kienya y Sharman, que aún seguían inconscientes y lastimadas. Mijail hizo el amago de palparles la cabeza, pero aún sentía miedo sobre cómo reaccionaría su sistema energético junto con el potente choque de las energías negativas.
Mijail extendió la mano y acarició la cabeza de Kienya. Sintió una extraña sensación de materialidad y consistencia energética, ambas conviviendo y complementándose entre sí para coexistir tanto en un mundo material como en un mundo energético. Ya había sentido esa sensación en uno de sus viajes, cuando palpó un extraño cuerpo sólido consumiéndose con las llamas. Sabía lo que era fuego, porque las estrellas lo contenían. Y el objeto consumiéndose con las llamas, poco a poco, iba perdiendo materialidad, se desquebrajaba, se convertía en cenizas... las partes materiales de Kienya y Sharman se estaban consumiendo por el exceso de energía que utilizaron al abrir la nave para liberar a Uryan. No quería que sucediera, a pesar de ser "negativas". Solo eran unas niñas que querían conocer a su madre y obtener la energía cósmica pura con intervención de Solestelar. Creían que, así, podrían estar junto a Speranwa, localizar a su padre que hacia mucho tiempo se marchó a un mundo lejano y ser, al fin, una familia unida.
Cuando Mijail apartó la mano de la cabeza de Kienya, ella despertó. Observó a su alrededor y se sorprendió al ver que estaba completamente curada. Cuando se percató de la presencia de Mijail, se asustó y rodeó a su hermana con sus brazos, como queriendo protegerla.
Kienya soltó a Sharman. Mijail le palpó la cabeza y la curó. Sharman se despertó y Kienya le comentó lo sucedido.
Mijail se acercó a su hermano y le preguntó qué tal se sentía.
Mijail tomó aquel fragmento y lo guardó en su bolsillo. Observó a Uryan, luego a Kienya y Sharman y les dijo:
Uryan y Mijail se quedaron reflexionando sobre las palabras de Kienya. La verdad, nunca se preocuparon en localizar a Speranwa. Y tampoco estaban seguros de si debían involucrarla en el asunto. Pero ella, desde el comienzo, había estado más que involucrada. Era una de las causantes del cruce entre corpóreos y energéticos. Aún tenían fuerzas suficientes para proyectarse tres o cuatro veces más. Y si lo hacían juntos, las energías se incrementarían y las proyecciones serían más prolongadas.
Uryan y Mijail se concentraron, pensaron en Speranwa y pudieron localizarla en el sitio donde se encontraba. Lastimosamente, renació en un envase corpóreo débil y le quedaban pocos minutos de vida. Cuando su alma dejó su cuerpo material, ellos la tomaron y la encerraron en un cofre proveniente del mundo energético, para ponerla al tanto de lo que habían averiguado desde que ella los dejó.
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Cintia tropezó y cayó al suelo durante la hora del recreo. Por lo tanto, no pudo asistir a la clase y se la pasó en la enfermería para que le curaran el horrible raspón que se hizo en la rodilla.
Para su sorpresa, también se encontró con Manuel que, repentinamente, tuvo fiebre y fue trasladado a la enfermería para que le tomaran la temperatura.
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reencarnación, seres de otros mundos, reencarnaciones y amistad
Editado: 19.11.2022