Lucel estaba atendiendo a Carlos, quien fue a consultar a un médico por un malestar del estómago. Lucel empezó a analizarlo detenidamente, como lo haría un médico normal.
Lucel detuvo el estetoscopio en el aire al escuchar el nombre de Lucero. Recordó que había visto a una tal Lucero, con un alma potente y que, por unos segundos, creyó que era Solestelar.
Y entonces, Carlos empezó a hablarle de Lucero. Primero comenzó con que era la mujer más hermosa que había visto en su vida. Luego, lamentó que tuviese un carácter podrido y que no sea una buena profesora. Incluso, insinuó que utilizaba a Jorge, otro colega, para descalificarlo. Y que, aún así, la deseaba y quería tenerla en sus manos.
Mientras Carlos hablaba, Lucel realizó sus conexiones. Cuando terminó, sacó de un cajón unas pastillas, se las mostró a Carlos y le dijo:
Carlos, sin dudarlo, los tomó y, en cuestión de segundos, se quedó profundamente dormido.
Solo tenía unos minutos para llevar a cabo su plan. Lucel, rápidamente, sacó de otro cajón unos extraños cables con puntas filosas en los extremos. Clavó esas puntas en la nuca de Carlos y conectó los otros extremos en su laptop, al que le había modificado con la tecnología proveniente del mundo energético al que residía.
En la pantalla, al principio, aparecieron unos signos extraños. Luego, empezaron a separarse hasta tomar la forma de un individuo sin rostro. Era el alma de Carlos quien, en su vida anterior, fue un ser negativo llamado Balzú.
Lucel tecleó a una velocidad sorprendente, mientras tarareaba una extraña canción venida de otro mundo. Al final, cuando terminó, Balzú le dijo:
Cuando Lucel retiró los cables de la nuca de Carlos, éste despertó, tomó sus cosas y se fue, pronunciando una palabra que lo había obsesionado desde antes de nacer: "Solestelar".
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Kienya y Sharman observaron a Shael con curiosidad. Uryan les explicó cómo ella nació y cómo, enseguida, ella lo reconoció como padre.
Shael se acercó al contenedor del alma de Speranwa. Observó el alma con curiosidad, lo palpó suavemente y dijo:
Uryan sacó su nave, la activó y, de ella, aparecieron imágenes de Solestelar. Shael observó aquellas imágenes con asombro y, cuando la escuchó cantar, se quedó embelesada por su voz.
La conversación fue interrumpida cuando una extraña nave roja se posó frente a ellos. De ahí salió Mefíseles con una mujer de cabellos violeta y recogidos en una trenza larga y fina. Era Meymi, la compañera de Mefíseles y quien lo había rescatado luego de que éste hubiese peleado contra Mijail.
Uryan, Kienya y Sharman se pusieron en posición de defensa. Shael observó a ambos bandos, preguntándose qué estaba pasando. Meymi se fijó primero en las hermanas negativas, luego en Uryan y, por último, en Shael, quien por instinto se acercó aún más a su padre.
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reencarnación, seres de otros mundos, reencarnaciones y amistad
Editado: 19.11.2022