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PRÓLOGO

 Sería difícil decidir por donde comienza una historia, sería imposible comprender su origen y a partir de eso estimar su final. La vida es impredecible al igual que el tiempo mismo, nunca que sabe con qué sorpresa te va a enfrentar, nunca se sabe si vas a ganar o perder en esta batalla por sobrevivir…

 Todos estamos viviendo en tiempo prestado, usando un tiempo que no nos pertenece a nosotros como personas sino a la vida misma. Todos nosotros estamos experimentando nuestro propio cuento. Inesperadamente, sin embargo, dentro de estos cuentos épicos podemos encontrar diferentes historias, tuyas, ajenas u obligadas, todas con diferentes fines, con diferentes lazos, con diferentes finales. Cada una de estas posee una infinidad de piezas en movimiento que juegan su propio papel, un papel fundamental para determinar un Destino. A veces estas piezas pueden unirse a la historia un poco más tarde y de diferente manera, creando un juego de adivinanzas escurridizas que una vez reveladas crearan un impacto en el Destino y así jugar con él a su placer.

 A todo esto siempre se debe recordar que cada acción tiene su consecuencia.

 Esta es una de esas historias.

Comenzó con sangre y miedo,

avaricia y pecados,

comenzó con un descubrimiento…