No soy fan de viajar en avión pero seguramente en estos meses junto a la banda de mi hermano acabe acostumbrándome porque ellos pocas veces utilizan autobús, van de ciudad en ciudad en avión y ahora que dejamos España para dar el primer concierto en Francia, con más razón lo utilizan.
Todos, incluida la manager del grupo, están nerviosos porque la madre de Einar, la gran Eleanor Emerson estará presente entre el publico en este primer concierto en el país. Por lo poco que he podido escuchar en este tiempo, Eleanor ha sido la mamá del grupo desde que esté se formó. Siempre que han necesitado una madre, ella ha estado ahí no solo para su hijo sino para todos, incluso para la manager de los chicos y chicas. O al menos eso me dijo ayer mi hermano cuando le pregunté. Pude ver la verdad en sus ojos. Pude ver que mi hermano tiene una figura materna ahora que es adulto, yo no he tenido esa suerte.
– Pareces pensativa. — se sienta a mi lado Daniela. — ¿Puedo ayudarte en algo?
– No es necesario que seas simpática conmigo.
– Siempre soy simpática, solo he querido darte una semana a que te adaptes a nosotros, pero solo te he visto hablar con Einar, y eso es ser valiente.
– ¿Por qué?
– Einar no es mal chico, solo es muy suyo, le gusta poco compartir sus palabras con otras personas. — sonríe. — En especial con personas que juzgan sin conocer.
– Conozco a mi hermano.
– Arlene, no lo haces. — deja de sonreír. — Y quisiera saber porque golpeó a ese periodista pero eso lo sabe él, Einar y creo que Candela. — se levanta. — Si Einar lo defiende es por algo.
– Sois compañeros, claro que lo defendéis.
– Eres muy cerrada Arlene, no conoces a tu hermano, en estos últimos años no te hemos visto por aquí ni una sola vez, nos sorprendió demasiado cuando Vicens dijo que nos acompañarías porque pensé que ni os hablabais. — dice demasiado rápido. — Einar es muy desconfiado y puede pasar años con nosotros pero no ser cercano si piensa algo que no le convence sobre nosotros, él no protege a quien no se lo merece.
– ¿Por qué iba a creer eso?
– Pensé que hacías parte del grupo de actores y actrices de Eleanor. — asiento. — ¿Y nunca has investigado sobre su vida? — Niego. — La madre de Einar fue secuestrada en dos ocasiones, sus hermanas mayores una vez cada una, de hecho Einar salvó a Candela de su ex novio. — suspira. — Casi asesinan a su padre, antes incluso de que este naciese.
– ¿Por qué me cuentas esto?
– Para que no creas que eres la única con problemas, para que veas que Einar desconfía por naturaleza de todo el mundo y que si confía en tu hermano tiene que tener una muy buena razón. Pero puedes creer lo que quieras, eres libre.
Ella se marcha con la misma rapidez con la que llegó, me molesta que creo que tiene razón. Einar no parece confiar mucho en la gente y sin embargo parece estar muy unido a mi hermano, y sé que Vicens no es malo, pero no entiendo de donde salió su parte violenta y más con un hombre que, al menos a mí, no me había hecho daño. Claro, Vicens y yo no tenemos una relación cercana y quizás por eso mi hermano me protegió, a su forma, pero no me dice de que me protegió y eso me molesta. Quiero ser como ellos, quiero confiar en mi hermano mayor tanto como lo hacen ellos pero no me es posible, en absoluto. Ellos tienen razón, no conozco a mi propio hermano mayor y no es mi culpa ni la de él, es culpa de nuestros nefastos padres.
– ¿Alguien tiene las pastillas de Einar? – grita desde adelante mi hermano mayor.
– ¿Cuáles? — le devuelve el grito Sonia.
– Einar, ¿puedes respirar? — grita Konrad desde otro lado pero no obtiene ninguna respuesta. — ¡Mierda! ¿Alguno tiene las pastillas que le recetó el psiquiatra?
– Einar. — grita Daniela desesperada. — Por el amor de Eleanor, despierta.
– Daniela, no sirve de nada la histeria.
– No, claro que no. — le dice a su manager. — Nunca has estado con él.
– Sé que sois amigos desde hace tiempo pero …
– Cállese. — dice demasiado rápido. — Las pastillas, ¡ahora!
Nadie se atreve a negarsela, y la manager se las pasa con prisa. Todavía no puedo ver a Einar pero todos parecen preocupados, y yo no puedo no estarlo.
– Se calmó. — suspira mi hermano, agradecido.
– ¿Qué pasó? — escucho su voz medio ahogada. — ¿Volvió a pasar?
– Todo está bien. — le dicen mi hermano y Daniela a la vez. — ¿Con quién necesitas hablar al bajar del avión?
– Solo quiero ver a mi madre. — resopla. — Darme algún libro para que lea no quiero volver a dormir.
Me quedo preocupada por bastante tiempo, todos los chicos y chicas de la banda parecen calmados y comienzan a hacer sus propias cosas, incluso mi hermano se levanta de su asiento y va con Ana y Sonia a mirar no sé que de una canción de la que mi hermano no está del todo seguro.
Me levanto de mi asiento con mucho cuidado y avanzo hasta las primeras filas, hasta sentarme al lado de Einar, él termina de leer algo de libro que tenía entre manos, después lo cierra y me mira tan serio como siempre, yo le sonrío.
– Quería saber como estabas. — digo antes de que él pueda decir algo.
– No es tan común como de seguro lo han hecho ver Vicens y Dani, pero ellos suelen ser los que pasan más tiempo conmigo y los que suelen ver eso. — asiento. — ¿Viste algo?