No puedes jugar a ser dios sin pretender que otro no sea el Diablo"
—Un peligro para sí mismo.
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HAYLE JONES:
—¡No! ¡Mis niños no!—Evie no paraba de chillar, y ninguno de nosotros sabíamos que hacer para calmarla. Nadie de aquí podia ponerse en su lugar—¡Dejádme volver con mi familia!
Preocupada por ella, Edgar se acercó hasta quedar a su altura, con la expresión más dulce que jamás había visto en una persona como él. Evie lo miró, sin dejar de llorar con rabia, con desespero.
—Escúcheme, señora Widson.—Le tomó de las manos con delicadeza y sonrió.—Su hijo estará bien. No dudo que está bien protegido por su padre.
—Se han escuchado dos disparos.—sentenció.—¿Cómo puedo estar segura de que ellos dos están bien?—Hizo un mohín con los labios y sus ojos volvieron a soltar lágrimas, destrozada.
Escondí el rostro en el hombro de Drew y derramé alguna que otra lágrima en silencio, superada con aquella situación.
Una cosa era el acoso que ejercía aquella persona en mí, ¿Pero esto? ¿Atacar a MI familia?
Había sido un grave error.
Quizás no pudiera sentirme igual que Evie, por su preocupación hacia las personas que más amaba, pero la entendía.
Mi padre había muerto cuando yo tenía siete años, en un accidente de tráfico de lo más trágico. Y yo estaba en el coche aquella fatídica noche.
Cuando me desperté, una semana después.... mi mundo se había venido abajo. Yo quería a mi padre mucho más de lo que podría llegar a amarme, y la vida me lo había arrebatado sin ni siquiera avisar.
Así que podía entender a Evie mejor que cualquiera. Mejor que mi madre. Mejor que Edgar.
—Mi pequeño.... Ojalá no le pase nada. No podría soportarlo—y sin avisar, mi madrina se arrojó a los brazos del rubio, llorando sin límite.—Astro... Elijah, por favor, vivid..
"Sí a Astro le pasara algo, no podría perdonarme haberlo tratado así sin disculparme...." pensé encogiéndome más, si eso era posible.
No lo odiaba. Llegué a esa conclusión hace bastante tiempo.
Dejé de odiarlo desde aquel día en la fiesta.
Y ese sentimiento había sido cambiado por un agradable cosquilleo en lo que creía que era mi corazón.
Y perderlo ahora, que me había acostumbrado a sus burlas, a sus miradas furtivas... a aquel sentimiento tan extraño, que yo llamaba felicidad....
¿Dónde firmo para que ellos dos estén bien?
—Ev, ¿Qué ha pasado?—preguntó una voz que yo ya conocía demasiado bien.
—¡Mamá!—grité corriendo hacia ella. La abracé con fuerza, reconfortándome con su delicioso aroma.—¿Dónde estabas? Estaba tan asustada...
—Aww, cariño... estoy perfectamente.—se separó de mi, sonriendo.—Pero vosotros no. Tenéis mala pinta. ¿Y Elijah y Astro?
—Han atentado contra los Widson, señora Jones.—Drew se levantó del asfalto, sacudiéndose el vestido azul celeste que le había prestado. Y que por cierto, le quedaba de maravilla—Desconocemos donde están. Pero hemos escuchado disparos.
Mi madre palideció de manera sobrenatural y sin que nadie lo notase, sus manos comenzaron a temblar.
Pero yo no era "nadie" y sabía cuando mi madre tenía miedo.
—Estoy segura de que están bien—soltó ella de repente.
Evie la miró con esperanza.
—¿Cómo puedes estar tan segura?—Con ayuda de Edgar, la única presente de los Widson se levantó también del suelo, temblando como un flan y secándose las lágrimas.
—¿Ya te olvidaste de que fui inspectora del FBI, Evie?
—¿Qué fuiste qué?—pregunté sin poder ocultar la sorpresa.—¿Investigaste lo que le pasó a papá?
Ella me reprendió con la mirada y respiró hondo.
—Este no es buen lugar para hablar de eso.—Evie tomó las manos de su mejor amiga y me sonrió levemente, como compadeciendome por aquella situación.—¿Cuál es el hospital más cercano?
—El Saint Paul—contestó Edgar, sin ni siquiera pensarlo dos veces, ocasionando que todos lo miraramos con una evidente sorpresa—¿Qué? Yo viví aquí cuando era más pequeño.
Mi madre rodó los ojos, seria, y comenzó a andar sin soltar la mano de Evie.
Fruncí el ceño, confusa.
Ella no conocía a Edgar. ¿Por qué se comportaba como si el no fuera más que una simple mosquito?
Un empujón suave por parte de su hombro hizo que dejara de mirar a la mujer que me había dado la vida y me centrara en ellos dos.
—¿Vienes o no, estrellita?—tendió su mano, que estaba llena de diminutas marcas, y cambió su agria expresión, por una sencilla sonrisa, que me hizo relajar el cuerpo—Los amigos ayudan a los amigos....
—Y Astro te necesita.—terminó de decir Drew, quien en casi todo momento se había mantenido callada, como sintiéndose fuera de lugar.
Tomé la mano del chico y enhebré mi brazo con el de mi mejor amiga y comenzamos a andar hacia donde los Widson estaban.
Hacía donde la mi ÚNICA familia estaba.
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○3 horas despues●
⚡️🌌ASTRO🌌⚡️
—Por favor cariño, vuelve al hotel... yo me quedaré—suplicó mi madre, aferrándose a mi cuerpo.
Me mataba verla tan desesperada... tan llena de preocupación y rabia. Por que yo también me sentía así en estos momentos.
Y aunque era fuerte y podía soportarlo, la incertidumbre que me se había cernido sobre mí desde que mi padre había entrado a quirófano, había sido realmente insoportable. No quería ni imaginarme como debía estar pasando la situación mi madre.
—No, mamá. Me quedaré aquí.—acaricié su diminuta espalda y sonreí con dulzura.—Vuelve con Lorraine y los chicos al hotel. Necesitas descansar. Ya nos han dicho que papá está fuera de peligro.
—Esta bien, pero come algo y duerme un poco más que sea—aceptó, todavía desconfiada. Asentí, divertido y le di un suave beso en la mejilla.