Estaba fuera del ascensor, el corredor está solo, podía sentir el frío recorrer su piel, escuchaba el sonido metálico del elevador. Caminó despacio, sintiendo como las sombras la acechaban. se paro enfrente del cuarto del forense, tomó un respiro profundo, cerró sus ojos para concentrarse, tomó la manija con cuidado, se sentía helada.Entró justo cuando abrió sus ojos.
Fue entonces que volvió a sentir el calor de la mañana en pleno verano.
parece que ya estas lista para mostrar tus obras. sr.canibal. - dijo mientras tomaba aire.
En la camilla estaba una mujer, su nombre era Anastasia Johnson , tenía 25 años cuando desapareció, cerca de la gran estación de trenes en Francia. Una joven delgada de tez blanca. Trabajaba como enfermera en un pequeño hospital para niños con padres que no podían pagar en otros lugares.
La joven que tenía enfrente no era más que una luz apagada de lo que alguna vez fue.
Sus pulmones no estaban, fueron reemplazados, para llenar el espacio vacío se encontraban artículos de belleza, había labiales y una carta.
Se colocó unos guantes especiales, tomó la carta y comenzó a leerla:
Querida señorita Marine.
¿Es mi mas reciente demostración de su agrado? se que hace dos meses mostré dos obras que sin duda fueron hermosas, pero he notado que te cuesta dormir, se que odias los cosméticos pero hoy has decidido ocuparlas, debo decir que esta mañana cuando te vi no estaba segura si te gustaria mi regalo.
Se que quieres atraparme, me consideras una enferma y desquiciada, pero te falta mucho para comprender el verdadero valor de la belleza, para poder apreciar mi arte.
Me gustaría que un día fuésemos amigas, la vida de una asesina, de un artista incomprendida es una vida muy solitaria.
Nuestras amistades son limitadas y me atrevo a decir que en ciertos casos;nula.
Pero se que con el tiempo, cuando me conozca, cuando se de cuenta de lo que soy capaz y de lo que eres capaz seremos personas con un gran corazón.
Solo le pido que durante nuestro viejo por la verdad no se pierda en su mente. La quiero sana señorita Marine. Quiero que vea todo el potencial, todo el arte que podemos hacer.
El juego ha comenzado. Tu y yo somos cazadoras, somos leones en este mundo de corderos.
Así que sé, como usted sabe, que cuando llegue el momento, cuando descubra de lo que es capaz una de las dos tendrá que morir, porque debo serte sincera;no pienso dejar que me atrapes, así como se que tú no querrás morir. Será este un juego interesante. Donde pondremos a prueba nuestra inteligencia.
Señorita Marine, que gane la mejor.
Att. Su futura asesina.
Terminó de leer la carta, sintió que se le revolvía el estómago. Estaba sudando, la carta era una demostración de que estaba siendo vigilada. Que está más cerca de ella, que puede matarla, que seguirá matando.
mi carne está en el menú- susurró asustada-.
Antes de que su mente pudiera imaginar más cosas, entró Daniel. Él era el jefe del departamento de análisis y conducta de los criminales, entró con los dos forenses, Monica, una mujer de 37 años delgada y morena. y Richard; era negro,de complexión delgada. Los tres entraron en silencio, Daniel le ofreció un pañuelo a Marine.
Lo siento, no los oí entrar- dijo Marine- esa zorra tiene agallas. Mira que aparecer de nuevo.
Nunca tuvo la necesidad de rellenar a sus víctimas- dijo Mónica - creo que ahora tiene mas inspiracion.
Le diré a mis hombres que te envíen 2 patrullas a tu casa. Para que vean si no hay cámaras, y para que te vigilen. Ella no te hará daño. - Daniel espetó.
Los cambios en su patrón pueden hacerla vulnerable, querrá ponerse en contacto con ella otra vez, puede que incluso las demás víctimas empiecen a aparecer. Tendrían 9 oportunidades para atraparla. - Dijo Richard.
Mientras tanto Marine no podrás asistir a tu trabajo. Estarás bajo protección. - sentenció Daniel.
¿Qué? - dijo furiosa Marine-.
Estás en peligro.
No voy a dejar de trabajar. ¿Qué se supone que hare? No me voy a esconder de ella. No le tengo miedo. Se defenderme.
no dudo de eso, pero no te voy a arriesgar. Eres como una hija para mi. No te pondré en peligro cuando puedo protegerte.
¡No soy tu hija! - gritó- sacarme de la investigación no es la solución. Se que puedo atraparla