CanÍbales

CADAVERES Y SUEÑOS.

El viaje fue silencioso, comenzó a llover levemente, Marine miro por el cristal y vio a personas correr para que la lluvia no los mojara. Le pareció estúpido, ya que no importaba cuánto corrieran, las gotas los alcanzarían. El cansancio la quería dominar, sin embargo se había comido un trozo de chocolate que compró en una tienda.

Alana le platicaba sobre la importancia de la buena alimentación, le decía que le preocupaba que no comiera casi nada y que podría enfermar pronto.

Llegaron a las 12:32 a.m y subieron al ascensor.

Marine podía sentir un hormigueo recorrer su espalda, estaba impaciente, el elevador iba en el piso 4 y tendrían que llegar hasta el 12. Cerró sus ojos y trató de imaginarse lo que le diría Daniel, tal vez algún material o incluso una huella, tal vez otra carta o otro cuerpo, con suerte otra grabación. Estaba tan sumida en sus pensamientos que se sobresaltó cuando Aldana tocó su hombro.

—Marine ¿vienes?

—Si.

Caminaron despacio hasta llegar a la sala de Daniel, era una sala amplia, llena de medallas por su colaboración en un guerra, diplomas, en su escritorio marrón estaba la foto de él, su esposa Catalina y su hija Aurora, quienes habían fallecido hace 4 años en un tiroteo. Daniel estaba hablando por teléfono, se le escuchaba preocupado, cuando las miro les indicó que tomarán asiento.

—si señor. Lo mantendré informado. Hasta luego. —colgó el auricular —.

—Bien, hemos venido Daniel. —dijo Alana —. ¿Cuál es la emergencia? —.

—Quiero que miren estas fotos —les acercó un sobre a las dos —.

Las fotografías eran de las ocho víctimas de *pulmones corrompidos*

—Ya las había visto, ¿por qué nos las muestras? —. dijo Alan mientras observaba más a fondo las imágenes—.

—Solo llevas dos años aquí y has atrapado a asesinos seriales, 3 para ser exactos, la asesina que hizo eso —. Dijo con pesadez —. Los de arriba quieren que la atrapes. Y también quieren que participe Alana, para darnos un perfil psicológico. Además les anunció que serán compañeras, en los próximos casos, mientras atrapados a Pulmones corrompidos. Tendrán acceso a toda la evidencia que se obtuvo en los 4 años, la grabación, imágenes, todo.

—Pero yo ya había escuchado y había visto las fotos, además de ver en vivo los 3 cadáveres. —expresó Marine.

—Si, pero no era oficial. Ahora dejarás de dar clases para entrar al campo.  

—Habías dicho que tenías evidencia — dijo Alana—.

—Así es —les mostró una fotografía—.

En la imagen se observaba un trozo de metal oxidado, a un lado se apreciaba el cuerpo de 4 jóvenes alemanes, todos estaban atados de pies y manos, tenían severas lesiones en el pecho que provocaron su muerte.

—Fueron encontrados hace dos días, sus nombres eran   Konstanze HermanDesch, mujer de 25 años. Eva Hirsch de 34 años, Marcellus Braunmiller un hombre de 26 años y Manuel Bellendier de 31 años. Todos eran solteros, de buena familia, asistieron a un bar llamado Konrad Tönz en Berlín, Alemania. No había registro de tarjetas de crédito. Su desaparición fue hace 4 años. Son víctimas de la asesina que buscamos.

—Todo es en efectivo —dijo Alana. —. He ido ahí. Cuando estudiaba mi carrera mis amigos y yo íbamos a pasar el rato. Supongo que los cuerpos estarán en Alemania y nos ayudarán.

—Hable con mi jefe y me dijo que en cuatro días la policía de Alemania nos recibirá en su nación. Las familias exigen justicia.

—Entonces con los nuevos cadáveres ya tenemos a 12 de 17 víctimas. — decía Marine mientras miraba la imagen.—. ¿Como los encontraron?

—Un vagabundo recogía basura para venderla, encontró algo extraño en la tierra, él dijo que creía que era un tesoro, escarbo con las manos hasta encontrar ropa, llamó a la policía y después descubrieron sus identidades. Era una zona aislada, nadie se habría dado cuenta de los cuerpos, si no fuera por aquel señor. El forense dice que han estado ahí por dos años.

—Vaya mierda. ¿Les hacía falta algún órgano? — preguntó curiosa Marine.

—No. A ninguno. En cuatro días quiero que vayan, observen todo.

—¿qué ocurrió con los labiales que estaba en el pecho de la octava víctima? — preguntó Alana.

—Ya revisamos diferentes tiendas, ninguna tiene registrado a alguien que comprara tantos labiales.

—es por que no es estúpida, es obvio que no iba a comprar todos en un solo lugar —dijo molesta Marine—. lo pensó todo, puede que los comprara en mismo día en diferentes lugares, o que esperara de dos a cuatro días para comprarlos.




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