CanÍbales

¿ERES LA PRESA EL CAZADOR?

“¿Tienes miedo, Marine?

-Un poco.

-¿Es porque él es más grande?

-No.

-¿Entonces?

-Es porque el tiene un arma. Es porque tengo una herida así que él tiene la ventaja.

-¿Que vas a hacer?

-No puedo esperar aquí, moriré desangrada. No puedo salir, él me disparara. No puedo escapar ni huir. Y tampoco  puedo pelear con él porque es más grande y yo estoy herida, no puedo escapar, huir ni luchar.

-¿Eso que te deja?

-Tengo que matarlo.”


 

La sangre salía por la puerta, aquel hombre dejó sus arma en la mesa y se quitó el abrigo oscuro, sin preocupaciones se dirigió a su cocina, un cuarto estrecho y mugroso, tomó un tarro y se sirvió una cerveza que sacó de una hielera fea y mugrosa, se sentó viendo la ventana, estaba feliz, hace más de 4 años que había querido hacer esto, su pecho se contrajo cuando recordó cómo había matado a los dueños de la cabaña y nadie se dio cuenta,como logro  matar a su compañero de trabajo por la ciudad y jamás había encontrado a un sospechoso, cómo encontró a Marine en la carretera en dirección a la estación de policía, las horas que la había estado esperando, como la siguió tras la tormenta y ahora depues de unos minutos había terminado con su vida, lo que quería, lo que había anhelado desde que se fue de los estados unidos, todas las noches fantaseaba con tener aquella “mocosa” como le gustaba llamarla y apretar su cuello hasta que los ojos se le pusieran rojos y poder escuchar como su tráquea se rompía, imaginando que la golpearía hasta que se muriera, sin embargo haberle disparado sin ver su rostro también le emocionó, le emocionaba abrir esa puerta y ver como habia quedado, con su cara marchita, cubierta de sangre, con la piel fria, asi perfecta como se la imagino.

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Abrí mis ojos con miedo, mis manos cubrían mi cara, y las retire lentamente, no me atrevía a respirar, vi como las balas habían perforado el cadáver de una mujer, había descubierto de dónde venía el hedor a carne podrida, era muy probable que esa mujer estuviera encerrada por unos meses, ¿como era posible que aquel bastardo pudiese vivir con ese olor ? aunque sentía

una inmensa tristeza por aquella mujer que probablemente era inocente, estaba feliz de que sirviera para cubrirse, la sangre de  su pierna sirvió para que ese hombre se alejara, la hemorragia era peor de lo que esperaba, solo era cuestión de minutos para que empezara a marearse, que sus sentidos fallaran y el dolor se volviera más insoportable de lo que ya era. Se acercó a la mujer para poder revisar, llevaba un vestido rosa descolorido, lleno de barro y sus zapatos tenían ramas así como debajo de sus uñas, se imaginó que aquella mujer madura corrió como ella en el bosque, solo que no tuvo la misma suerte de salvarse, lo más seguro es que primero le hubiese pegado con una rama en los brazos y piernas, por los traumas que presentaba en ellos, volteo su cabeza hacia el lado opuesto apta ver su nuca “la mató con golpes múltiples en la cabeza, una piedra,su muerte fue lenta y dolorosa”

En su cuello colgaba un collar azul zafiro con un cristo, lo tomó con cuidado de no hacer ruido, cuando lo tuvo en sus manos frías lo guardó en su chaqueta, tenía que  idear un plan si quería salir viva de ese lugar, se agarró de la pared para levantarse, tuvo que morder sus labios para no tener que soltar un gemido de dolor. Cuando se incorporó se asomo por los espacios de la puerta, sudaba, aunque sinceramente no sabía si era por la lluvia, su sudor o fiebre.

Cuando estaba de pie, vio lo pequeño que era el cuarto, había una tabla clavada en la pared donde se encontraba el arma de fuego, lo tomó lo más delicado posible y revisó si tenía balas, de mordio el labio superior cuando se dio cuenta que solo había tres oportunidades de salvarse,le hubiese gustado no tener que tentar a la suerte, porque en poco tiempo se le acabaría, tenía que conseguir un teléfono y llamar a la policía antes de que quedara inconsciente, o muriera.

¿Que se supone que deba hacer? Tenía nervios y muy a su pesar, nervios. Sus manos rodearon el arma y respiraba con dificultad, tenía que actuar rápido y no hacer nada estúpido, no fallar. Tenía que convertirse en humo, evaporarse y ser nada ni nadie hasta que acabará con ese bastardo que volvió del pasado.

“yo buscándote y tú estabas aquí”

Aquel hombre no era otra persona más que su padrastro, hombre abusivo que maltrataba a su madre y que cuando ya no le fue útil la asesinó , mismo hombre que había tratado a Marine como una porquería, llamándola mocosa y estúpida, bien sabía ella que tenía todas las de perder, que en cuestión de minutos ese hombre podía acabar con su vida, que no podría atrapar a la asesina que tanto buscaba.




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