III. El amor no es rosa

Creo que en el fondo ya sabía que algo como eso iba a pasar. —Ava seguía aferrada en los brazos de su hermano.

—¿Cómo te sientes en verdad tú?

Darío besa suavemente la frente de su hermana.

—No sabías que todo iba a terminar mal, eso siempre puede ser un riesgo...—En verdad que el esta haciendo su mejor esfuerzo. —Me refiero a como te sientes tú.

Un suspiro en forma de grito salió de Ava llegando a escucharse en toda la sala.

—Me siento sola.

Procesar tantas cosas en muy poco tiempo puede ser muy agotador.

Primero besar a una persona que te gusta y que a la vez sea tu primer beso y uno muy destrozo.

Segundo que esa persona sea una persona de su mismo sexo.

Y tercero que esa persona, su mejor amiga fingiera que eso nunca paso y decidiera besarse con un hombre aun sabiendo que ella la estaba viendo.

Darío seguía abrazando fuertemente a su hermana y era como si cada vez que lo hacía ella se exprimiera y soltara más lágrimas.

—A veces solo espero poder irme de aquì a otra universidad. Ser una persona diferente.

—No debes sentirte sola. Me tienes a mí y con eso nunca estarás sola. —Le da un beso lleno de baba en la mejilla. —Te he cambiado la ropa, nunca me iré.

—Lo aprecio, pero no es lo mismo. —Ava se separa del abrazo de su hermano. —Tú eres mi hermano, eso viene incluido en tus labores como hermano.

—Aja. —Darío lanza una almohada a la cara de Ava. —Y que más viene incluido allí.

—Muchas cosas. Cocinarme, llevarme a la escuela, darme dinero, apoyarme cuando una chica decida fingir que no paso nada entre nosotras y obvio comprarme helado de menta y chocolate.

Darío se quedó mirando hacia la nada y luego se levantó. Si Ava tenía ideas estúpidas las de su hermano eran mucho peor.

A pesar de tener confianza con su hermano necesitaba un poco de espacio y sabía que el no se lo iba a dar.

Un gran bote de helado cae desde las escaleras en las piernas de Ava.

—Mira, no te puedo decir que debes hacer. —Darío se sienta con un bote de helado de limón diferente al que le lanzo a Ava. —Es algo que tú debes descubrir.

Ava siente algo en su mano.

—Creo que la primera ruptura de corazón es algo importante en las personas.

—¿Cómo fue la tuya?

—Fue muy... tonta, pero realmente respeto que ella me haya terminado. Solo decidió poner a su familia sobre mí y en el momento me puse mal, pero entendí que su familia siempre iba a ser primero.

Ava se queda esperando que su ruptura fuera algo más dramática como la suya, que ni siquiera cuenta como ruptura porque nunca fueran algo más

—Bueno. —toma una cucharada del bote de helado de Ava. —En tu caso fue una persona de tu mismo género, pero estoy seguro de que no es algo distinto... A lo que voy es que cuando la primera chica con la que salí de una forma rompí mi corazón fue algo bueno para mí.

—Como va a ser eso algo bueno. —Ava grita sin querer y dos gotas de lágrimas recorren sus ojos.

—Sí, siempre el primer amor te hace crecer como persona. —Se contagia de su hermana y comienza a lagrimear. —Cuando salimos compre esta pulsera con su nombre.

Ava revisa los detalles y la inscripción en la pulsera.

—Aún la conservo y eso fue hace más de 5 años. No sigo enamorado de ella, pero fue una persona que me ayudo a descubrir que puedo llorar, que puedo sentir, amar y expresar lo que siento.

Ahora ambos están con lágrimas en sus ojos.

—Es mejor. —Darío continúa hablando. —Perder algo porque expresaste los sentimientos más profundos de tu alma hacía esa persona, a perder a una persona porque nunca le dijiste lo que sentías.

—¿Un beso no cuenta como eso?

—Si y no. La besaste, eso está bien, tuviste la intención, pero y ¿qué significo ese beso para ti?

—No sé.

Su hermano sembró en ella la duda de que era en realidad Selene para ella, para su vida y que sentìa.

¿Estaba Selene en su futuro? ¿La quería de verdad o solo era la necesidad de estar cerca?

—Sabes. —Ava pausa la televisión para que Darío le preste atención. —Creo que cuando no estás siendo un insufrible con todo el mundo puedes ser una muy buena persona que siempre escucha a los demás.

Ahora es ella la que le da un beso en la frente.

—Lo sé, por algo soy psicólogo, me debes una terapia. —Sonríe al ver a su hermana mucho mejor que cuando había comenzado el dia. —¿De igual forma sabes que estoy aquí por si te pasa algo necesitas alguien con quien hablar?

—Lo sé.

Ava da un brinco de la cama y sale corriendo.

—Ya sé que voy a hacer. —Le lanza un beso a su hermano y sale de la casa.

Quizás podría volver a besar su mejor amiga o quizás ella la estaría odiando en ese mismo instante, pero no puede esperar otro segundo para descubrirlo y decir lo que siente.