Miedo al silencio.
Alexis
Evaluó mi sala antes de que lo invitara a sentarse, me senté yo también luego de dejar las dos tazas de café frente a nosotros.
— ¿Porque tienes su collar?—dije dándole un sorbo a mi taza después de hablar —¿Y por qué vienes a mi casa preguntando por mi hermano?
Ignoro mis preguntas llevando sus dedos a sus ojos y por lo que parece extraer unos lentes de contacto, parpadeo varias veces hasta que fijo su mirada en mí.
—El me lo dio
—Leonis nunca le daría eso a nadie
—Tu hermano me lo dio porque sabía que solo así me escucharías
—Es descortés no tocar lo que te ofrezco —dije molesta, me estaba hablando en clave y siempre había odiado que todos los que tenía cerca lo hicieran—Entonces según tú, si no me equivoco ¿Dices que mi idiota hermano te dio el medallón para que te escuchara?
—Eso digo porque es la verdad— tomo la taza entre sus manos y la olisqueo antes de empezar a tomar.
—Haces que me duela la cabeza —admití levantándome.
Me levanté, me aleje un poco de el sillón en que estaba y de mi visita inesperada intentando respirar como me enseñaron para no perder la paciencia y arruinarlo todo. Cuando repetí el proceso de respiraciones un par de veces me volví nuevamente hacia los sillones y no estaba, baje la miraba a la mesa y ambas tazas estaban allí.
No me alarme mucho cuando sentí su respiración tras de mi- Tranquila-repitió varias veces antes de sentir sus dientes clavarse en mi cuello y sus dedos tomar mi muñeca-
La éxtasis se extendió por mi cuerpo cuando sus colmillos se clavaron más en mi sacando mucha más sangre, mis rodillas temblaron levemente pero me sostuvo contra su cuerpo cuando un débil gemido abandono mi cuerpo antes de caer en la inconciencia.
Abrí los ojos unos, dos y tres veces parpadeando repetidamente antes de levantarme sobresaltada de la suave superficie. Ahora estaba en mi cama cuando antes estaba abajo, lleve una de mis manos a mi cuello pero ya no había marca solo pequeños rastros de sangre seca. Sentí el peso del medallón en mi cuello y cerré los ojos enviando mi conciencia por toda la casa para buscar si todavía seguía aquí. Lo encontré. Me costó pero lo encontré en el sótano.
Corrí escaleras abajo intentando no caer torpemente y desbloqueo la puerta con el código, camine en la oscuridad alumbrando un poco con la linterna de mi teléfono pase por los viejos muebles y docenas de obras de arte hasta encontrar la puerta francesa donde lo vi en el piso descansando.
— ¿Sabes que lo que me hiciste es agresión?
—Me demandaras querida Alexis—rodé los ojos ante mi nombre —No tienes herida por lo que veo así que no hay pruebas
—Te crees muy gracioso
—Lo disfrutaste tanto como yo
—No diré nada al respecto—le restregué —Ahora habla.
— ¿Alguna vez tus papitos te explicaron lo que eras o lo que somos? —por instinto corrí hacia el lanzando mi cuerpo contra el suyo—Si eres un poco insufrible como dijo tu hermano
—Jamás escúchame bien hables de mis padres, cariño —dije acercando más la daga de luz contra su garganta —Sino quieres terminar muerto a mi mano.
—Si me amenazas no hablare y te quedaras muerta de dudas, rubia —me baje del pero no sin antes clavar la daga en su pierna —Gracias
—Tengo cosas que hacer Dimus así que habla o vete
—No son sus hijos
El cuchillo antes incrustado en su pierna ahora voló a su cara pero lo bloqueo en un rápido movimiento con un escudo de oscuridad.
—Buenos trucos —dije invocando el cuchillo a mi mano.
—Cosas básicas que me enseño nuestro maestro —fruncí el ceño dándole un ademan para que continuara—No quiero que me intentes atacar de nuevo ¿ok? Y no preguntes hasta que termine —asentí de mala gana.
>> Tus padres no son tus padres o no del todo al menos, no me preguntes dije. Hace 21 años fuimos entregados a esta tierra en un acto benévolo o tal vez no, eso es según de quien le preguntes. Había más de 20 de nosotros pero los humanos tan fríos e inútiles nos han utilizado a su antojo y acabado con muchos, venimos de una tierra que no conocía el dolor y cuando lo conoció fui muy tarde para actuar, sangramos y nos deterioramos rápidamente. Los pastos llenos de rosas y vitalidad se pudrieron, nuestros animales murieron y nos quedamos solos a la deriva. Y esa no es la peor parte…
Se calló un momento dejándome procesar lo poco que me había dicho.
— ¿Mi hermano si es mi hermano? —me miro de mala gana.
—Son idénticos es imposible que no sean lo que son
>> Algunos tuvimos el privilegio de venir en pares por ejemplo tú y hermano, los que quedamos somos los hereros de una rara y fuerte raza que si queda en evidencia será destruida totalmente.
— ¿Y quiénes son los que eran mis padres?
—Sus protectores
—Están muertos —dije como si no fuera algo obvio.
Su muerte no había pasado hace mucho, apenas hace dos meses murieron en un accidente del que no quería saber nada. Siempre supe que éramos diferentes ¿pero una raza rara y fuerte? No era una respuesta suficiente para todos estos años de dudas silenciadas. Me enojaba que Leonis lo sabía y no me había dicho nada, era un idiota pero nunca me había mentido ni yo a él. Prefirió irse de crucero de caza por un nuevo juguete y dejarme enfrentar esto sola. No era justo.
— ¿Cuantos quedan?
—No tengo certeza pero hay unos más cerca de lo que esperabas
Me emocione y deje los primeros 2 capitulos. Espero que les gusten.
09/11/2020
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Editado: 30.08.2021