Capítulo diez;↡↡↟↟
Narra Aleksei: ↡↡
Detengo el auto frente a la casa y me giro a verla. Sus párpados estaban cerrados y sus labios un poco entre abiertos, cada cierto tiempo soltaba el aire por la boca.
"Pequeño fuego"
A pesar de no saber el significado de esas palabras para su madre, era curioso el compararla.
La tomo entre mis brazos, dirigiendome hacia la entrada. Siento como se acomoda y la observo entre abrir los ojos.
- Llegue - susurró. Sonreí divertido al verla intentar seguir esa costumbre, a pesar de estar, prácticamente, dormida.
La cargué hasta su habitación, dejándola acostada sobre su cama. La despoje de sus zapatillas y la tape cuidadosamente. Era la primera vez que me adentraba a su habitación;sus paredes eran azul oscuro y noté que en el techo habían pequeños puntos blancos resaltando, en una esquina había un escritorio desbordado de libros, una de las paredes era cubierta por una biblioteca repleta de libros, podía notar cosas colgando de su pared, sin embargo, la poca iluminación no me permitió observar a más detalle.
- Tengo que ir a ver a mis hermanas - murmuró adormilada, intentando levantarse. Puse una mano en su hombro y la empujé suavemente hacia atrás.
- Yo iré, tú duerme. - podía ver que dudaba un poco el dejarme ir a ver a sus hermanas y yo rogaba, internamente, que me diera un poco de confianza. Luego de unos segundos ella asintió lentamente, volviéndose a acomodar en la cama.
Caminé hacia la habitación de Emily, lo único que se escuchaba eran mis pasos ya que todos dormían. O eso creía.
Abro lentamente la puerta y la observo, a través de la oscuridad, acostada en su cama con el celular, que era la única luz que me permitía verla.
- ¿Que haces aquí?- preguntó confundida mientras bloqueaba la pantalla.
- Alek estaba preocupada por ustedes y me ofrecí a revisar que estén bien - asintió - Buenas noches, Em
Luego de recibir las mismas palabras hacia mi, cerré la puerta detrás mío y emprendí hacia la otra puerta. Abro lentamente la puerta, intentando ser lo más cuidadoso posible, y comienzo a mirar. Me quedo estupefacto al ver no solo un cuerpo en la cama, sino dos. Me adentro rápidamente y enciendo la luz, despertando a ambos, logrando que se asusten y uno de ellos caiga de la cama. Carajo, a Alek le agarrará un ataque en cuanto se entere que Brook rompió una de sus reglas sagradas. A pesar de no estar anotada.
El quejido de el muchacho me obligó a ver hacia el costado de la cama. No. Puede. Ser.
- Alek ¿Que haces aquí? - preguntó Brook, asustada.
- Alek, yo te lo puedo explicar - murmuró aquel hombre, en el cual mi Alek había puesto toda su confianza.
"¿MI Alek?"
- A mi no me debes explicación - murmuré neutro. Señalé a Brook - ¿Como te atreves a jugar con una de ellas? ¡Sabes que están prohibidas, Trevor! - Trevor se levanta del suelo y es ahí en donde agradezco a todos los Santos el que estén vestidos - Talvez no te conozca de toda la vida, pero por todas las veces que te he visto puedo asegurar que no eres un santo
- Ella no es un juego, Aleksei - me enfrentó- No pido tu aprobación, solo te pediré que no le comentes nada a Aleksandra -
¿Qué no que comente a Alek? Eso es imposible. Aún así quiera ayudarlos, Aleksandra tiene unos sentidos muy difíciles de engañar y lo que menos desearía una persona es que te atrape en plena mentira.
- Por favor, Alek. - Brooklyn se levantó de la cama y se acercó lentamente - solo quiero tener la oportunidad de decírselo yo
Comencé a dudar, después todo esto no me incumbe. Expulse un bufido y giré sobre mis talones, dirigiéndome hacia la puerta.
- Esta bien- me detuve antes de salir - puedo asegurar que Aleksandra revisará las habitaciones por su propia cuenta, te recomiendo salir de aquí- miré a Trevor antes de irme.
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- Alek - escuché a lo lejos. - Alek, despierta - era una voz dulce, tranquilizadora, ¿Quien era? - Alek
- Dejame dormir, Alina - Murmuré adormilado. La habitación quedó en silencio permitiéndome volver a adentrarme en el mundo de los sueños.
- ¡Levántate ya, Aleksei!- me desperté sobresaltado. Inmediatamente mis ojos chocaron contra dos iris obscuras, se veía enojada.
- ¿Qué sucede, Alek?- pregunté algo cuidadoso al ver que me mata con la mirada.
- Jack nos espera en el despacho- acto seguido, dio media vuelta y salió de allí dejándome solo y confundido. ¿qué hice ahora?
Caminé torpemente hacia el ropero, tomé una musculosa gris, a pesar del frío de hoy, unos jeans negros y mis Converse y emprendí camino al baño. Definitivamente dormir solo cuatro horas no me favorecía en nada.
Minutos después estaba sentado en la sala, a mi lado se encontraba Alek, la cual evitaba mirarme, y frente a mi está Jack mirándonos curiosamente.
- ¿Sucedió algo entre ustedes?- preguntó luego de unos minutos de silencio. Al instante yo moví la cabeza en forma de negación, a la vez que mi acompañante bufaba. ¿Qué le sucedía?
- ¿De que querías hablarnos, Jack?- preguntó Alek, directa al tema.
- Solo pasé para ver como estaban y avisarles que llegaron los hombres de Jumhil - ambos asentimos sin decir ni una palabra. - También me animé a pasar para preguntar como va tu caso- esta vez su mirada recayó solo en mi, sin embargo, yo logré ver como Alek se tensaba ante la pregunta.
- Todo va de lujo, no te preocupes. Ya logré sacarlo del sistema de la policía, puede volver a casa - informó antes de levantarse y escapar de la sala.
- ¿Qué le sucede?- pregunté sorprendido por su arrebato. Jack sonrió y me miró divertido.
- No lo sé, descúbrelo y me cuentas ¿si?- asentí y algo inseguro seguí sus pasos hacia el segundo piso.
Alek se encontraba dándome la espalda, podía notar que sus codos estaban sobre sus rodillas y observaba algo entre sus manos. Me hice notar con dos toques en la puerta, sin embargo, ella jamás se giró.
Editado: 27.05.2020