Capítulo 50
—¡No te atrevas, no te duermas! ¡Este maldito me matará! —Me digo a mi misma—Recuerda a los que te quieren, a nuestro destinado, él nos necesita, ¡eres más fuerte de lo que crees! —Por supuesto que lo soy, soy más fuerte.
La herida a mi costado duele un infierno, pero no me matará, lo puedo sentir, soy diferente, porque si no fuera así, ya el veneno de la plata se hubiera adentrado en mi sistema arrasando con todo. Ya debería haber muerto, pero no lo estoy. Solo siento mi cuerpo adormecido, no duele como se supone que tendría que hacerlo, no me hace daño, bueno, no el mismo que me haría si fuera una loba común. “Es una droga que dentro unas horas saldrá de tu cuerpo, no te dañara, pero te pondrás muy contenta, o muy triste, depende del momento. herida dejara de sangrar pronto, la plata no te matará como haría a otros de tu especie, no tienes que preocuparte, tú eres única, eres la Juez más poderosa renacida en este tiempo. Ahora, cierra los ojos Cielo, piensa en él, su amor es lo que nos sostiene ahora. Cierra los ojos y déjame ser completamente parte de ti, de una vez por todas. Acéptame tal cual soy, sin miedo, tu cuerpo es mi cuerpo, soy tú, eres yo, eres una híbrida Juez de las más poderosas que existen, y nuestro destinado nos necesita. Y la única manera que hay de vencer a nuestros enemigos, es aceptándome, aceptándote para que puedas tomar el control de tus nuevos dones para siempre. y cuando lo logres, tu piel brillara.—dice una voz en mi cabeza”
Cierro los ojos pensando en él, en sus ojos miel, nuestro primer encuentro, nuestro primer beso, nuestra primera vez... y mi cuerpo se estremece por tal poder que comienza a recorrerme, y yo a pesar de que no sabía que me resistía, por temor a ser realmente quien soy, dejo que mi cuerpo se deje llevar, y por si solo comienza a elevarse. Mis ojos se abren siendo completamente yo.
—Querida, has sido una mala hermana renacida, maldición, debí haber evitado tu nacimiento. Aunque no está mal, ahora morirás.
—Oh, Niam, Niam, Niam … tu actitud de matón de jardín infantil me tiene sin cuidado. —canturreo observándolo con seriedad— Maldito Niam. — él me mira sorprendido.
—Pero...la...la daga, era de plata, ¡Deberías estar retorciéndote del dolor!¡A punto de morir! —dice con desprecio, y desconcertado.
—Bueno, lamento decepcionar tu retorcido sentido del amor familiar, pero al ser supuestamente tan poderoso como se dice por ahí, deberías saber que muchas veces, nada es lo que parece, querido hermano. —esto último lo digo con sarcasmo. El campo invisible e indetectable se estaba creando alrededor para que Niam no escape, o desmaterialice para salvarse. Chasqueo la lengua con burla y él abre mucho los ojos sorprendido por mi actitud. Me enderezo por completo parándome en mis dos pies, mi piel ha adquirido un tono brillante, mis nuevos dones han sido completados—ahora no escaparás de tu castigo...
—Jajaja—ríe nervioso— claro que escaparé, si así lo deseo, y cuando vuelva ni siquiera lo veras venir. ¡Te mataré y beberé de tu sangre hasta hartarme! —dice y su apariencia cambia a demonio—¡soy Dark Demon! No lo olvides hija de….
—Como sea Dark o Niam, ahora es mejor que cambies esa actitud, debes hacer frente a tu juicio. —le digo con tanta tranquilidad, que hasta yo me doy miedo.
— ¡Jamás! —se da cuenta que no va a ganar y trata de esfumarse, pero ya es tarde, el campo se ha cerrado dejándonos a los dos dentro de él.
—No tienes escapatoria, y por tu cara veo que no lo viste venir, y eso te frustra los planes de verme agonizar hasta morir dolorosamente, ¿no es cierto? —aquello haciendo referencia a lo que me dijo antes—siglos sin un castigo, tendré que... —se acerca tratando de golpearme, lo que por cierto no logra, lo intenta una y otra vez. Lo dejo que lo intente mientras observo mi costado izquierdo manchado de sangre, suele pero no tanto, la herida ha dejado de sangrar. Lo miro mientras sus ojos negros con motitas rojas brillan con furia. Si las miradas mataran, seguro él conseguiría todo lo que quiere, y eso es verme muerta otra vez. Sus esfuerzos por golpearme son inútiles, no hay forma que me haga daño. Y ya está, me aburrí de esperar algún indicio de piedad en él, no, no hay nada más que oscuridad y perversidad. Cuando nuevamente intenta desgarrarme con sus afiladas y retorcidas garras, tomo su muñeca con mi mano retorciéndosela, sus ojos se vuelven aún más negros, y me veo un atisbo de miedo en ellos. Seguro mis ojos deben seros púrpura con blanco alrededor del iris, por su cara deben de estar brillando. Toda yo estoy iluminándome, cual luna llena brillante, iluminando las noches oscuras. Es la Juez en todo su esplendor.
Su mirada se traba con la mía, llevándolo a ver todos sus delitos, esta vez, el piso no se abre, muevo los dedos de mis manos de forma circular y hago aparecer un remolino, lo tomo por los hombros sin separar mi mirada de la suya, levito con él mientras el remolino que he creado nos rodea, cierro los ojos mientras el sigue viendo todo el daño que ha hecho, el remolino se detiene comenzando a desaparecer poco a poco.
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Editado: 20.03.2023