♡Cielo♡
Hoy era un día especial por dos cosas, la primera y la más importante, ¡el nacimiento de mi hermanita! Estaba muy emocionada.
La segunda, es que había aprendido a controlarme gracias aquella mirada color miel, a ese olor a miel y bosque, amaba aquel chico de mi sueño; sabía que era mi destinado, aunque, ¿cómo sacarlo del sueño?
Pero bueno, a lo que iba, ¡hoy nacía mi hermanita!
Estábamos en la clínica central de las manadas aquí atendían, tanto a lobos, como a vampiros, brujos, en realidad a cualquier especie incluso a medios demonios, ¿es raro no? Bueno ellos también necesitan atención sobre todo cuando son mitad humanos, lobos, vampiros o brujos.
— ¡Cielo! –me saca de mis pensamientos Aurora mi amiga, y sí, la misma que aviso a mis padres aquella vez que casi mato a Cris– ¿cómo está tu mamá? ¿Ya nació ese pequeño bultito llorón?
—No, todavía nada, mis abuelos también vienen en camino nadie se esperaba que mi madre se adelantara –le digo– estoy nerviosa sabes, aunque sé que todo saldrá bien, y no creo que vaya a ser llorona, yo era tranquila cuando era bebé.
— Esta bien si no me crees, halla tú, no todos los bebés son iguales, tú eras tú nena, ya te quiero ver yo cuando tengas ojeras por las noches sin dormir, lo digo por experiencia, mi hermano era así.
— ¿Cómo puedes saberlo, si tú y Alonso son gemelos?
— Mellizos, aunque siempre he pensado que lo cambiaron en la clínica al nacer. –lo dice pensativa– y sé que no me vas a creer, pero tengo recuerdos de antes de nacer, la voz de mi hermano en el vientre de mamá era diferente, –me asegura muy seria, luego su semblante cambia y me regala media sonrisa– y no te preocupes tu madre es fuerte, todo saldrá bien. –me abraza y yo me relajo tantito.
En las cuatro horas siguientes, ya estábamos todos los de la familia, cuando por fin apareció el médico.
— Doctor ¿mi madre, mi hermana?– ya sabíamos que iba a ser mujer.
— Todo salió bien, aunque no niego que fue difícil, en unos 30 minutos podrán entrar a verlas.
— ¿Mi padre?
— El Alpha no quiso dejarla en ningún momento, él está con ellas, y nos advirtió que no se apartara de su lado, bueno ya sabes cómo es tu padre, igual que cuando naciste.–el doctor me sonrie. y después de un par de palabras más, se va dejándonos a todos más tranquilos, y a la espera para poder entrar.
Al entrar vi a mis padres envueltos en una escena de lo más emocionante, miraban con adoración a mi pequeña hermanita, yo me quede en silencio para no interrumpir su momento pero, mi padre me vio, y vino a buscarme a la puerta desde donde me hallaba mirándolos, cogió mi mano llevándome a conocerla.
Era hermosa, un pequeño pedacito de luna, Carolina, así se llamaría, le di un beso en su pequeña frente y ella arrugo la nariz, dormida agarrada a dedo de mi madre, ¡oh! ¡que cosita mas tierna! Las adivinas habían dicho que solo era loba, no un híbrido, no sería tan poderosa como yo, cosa que yo sabía era un alivio para mis padres, ella se podría enamorar de alguien que no fuera su amor destinado, pero sería una bendición si encontraba a su amor destinado igual, y yo me sentía aliviada de que así fuera, aunque igual que yo ella sería una princesa, una alpha, era algo innegable, lo llevaba en la sangre.
Al salir de aquella habitación, en la que se encontraban todavía varios familiares, ¡Al pobre doctor no le quedo de otra que dejarlos pasar a todos! Éramos una familia testaruda, y todos querían verla pronto, y mi pequeña hermanita se había despertado con tanto revuelo, cuando abrió los ojos, miro a cada uno, iba a ser una rompecorazones porque a toda la familia, y conocidos que fueron a visitarla, les robo el corazón, y lo más extraño de todo, es que Liam un niño lobo de unos seis años, se quedó prendado de ella, la miraba con adoración, cada uno de nosotros se dio cuenta del porqué, pero a mi padre no le gusto mucho que digamos.
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Editado: 20.03.2023