La madrugada de aquel día fue oscura. Un ramo de flores, unas velas y una moneda ya hacían en una pequeña mesita en el balcón de Olie. Wara observaba el cielo en silencio.
- Bueno – suspiró - La vida sigue
Se levantó, lista para presenciar los primeros rayos solares y empezar con el trabajo que tenía pendiente.
No tenía tiempo durante el día, no podía atender la cafetería y pintar al mismo tiempo, y de noche la luz artificial no le permitía notar si las tonalidades de los colores eran correctas, es por eso que se encontraba ahí.
- Veamos
Con sus dedos formó un cuadrado, observaba los trazos que había dibujado la noche anterior y los comparaba con el dibujo impreso.
"No te martirices, lo que sea que te esté preocupando, estoy segura que lo arreglaras"
Había llegado a la conclusión de que la Sra. Gosick tenía razón. No tenía de que preocuparse.
- Se solucionará, no necesito ayuda.
Estaba segura de que podía hacerlo sola y que no necesitaba a nadie. Tic tic tic, sonó su reloj.
- ¿Eh? – miró el reloj desconcertada – el tiempo pasa rápido cuando pinto
Observó lo que había logrado hasta el momento, tenía menos de una semana para entregar su trabajo.
- Tendré que buscar más tiempo en mi horario para dedicarle a este cuadro.
Se apresuró en colocar todo en su lugar.
- Ordenar balcón, listo – tarjó en su libreta – Ordenar cafetería.
Limpió nuevamente la cocina, sacó los utensilios que probablemente iba a utilizar, ordenó las mesas y regó a las plantas.
- Listo – tarjó – ¡Oh! casi lo olvido
Buscó en su mochila los avisos que había imprimido solicitando una empleada, tardó más de 15 minutos en encontrar el lugar perfecto en la que sea visible y llamativo.
- ¡7:30!
Su reloj nuevamente le hacía recuerdo de que no debería perder tiempo en cosas insignificantes. Se apresuró colar el aviso y en abrir Olie. Últimamente sentía que el tiempo se le escapaba de las manos, estaba convencida de que el día ya no tenia 24 horas.
.-.-.-.-
- Cinco minutitos mas
Era la tercera vez que postergaba el despertador de su celular. Cada mañana era el mismo sufrimiento, tener que levantarse temprano no era lo suyo.
- ¡Demonios!
Agarró desesperadamente su celular.
- Por favor, por favor
Pedía que sea menos de las 7:30 am.
- ¡Mierda!, ¡7:40!. ¡No llego ni rezándole a todos los dioses!
Salió gritando de su cama, se colocó su camisa, batalló con sus pantimedias y las rasgó en el proceso.
- No importa – daba pequeños saltos – Maldita falda, ciérrate.
Agarró su bolso, se lavó los dientes y corrió hacia la puerta. Un ruido sordo fue percatado por los que vivían en el piso subyacente.
- ¡AHHH!, mis … - se agarró las nalgas
Una nota ya hacia colada en la puerta de su cuarto “Por favor no corra, podría lastimarse”
- ¡Tarde! – gritó – muy tarde, ¡Ay! Como duele.
Gateó adolorida hacia la puerta
- Es una señal – se dijo a si misma – Este será un día largo
No solo tuvo que batallar por encontrar transporte, sino que también con la congestión vehicular.
- Soy invisible, nadie notara mi ausencia
Ingresó silenciosamente a su oficina.
- ¡Isabelle! – dio un salto cuando escucho su nombre - ¿Dónde estabas?, la reunión se llevará en cualquier momento y aun no has fotocopiado los documentos.
- ¿Reunión? – no estaba enterada de nada
- El presidente vendrá ¿que no te lo dijeron?
- No
Al parecer el presidente de Inno iba cada cierto tiempo a observar con iba el departamento, en esa ocasión era el turno del departamento 5.
Esperó que terminara de fotocopiar los documentos, era la primera vez que observaba a todos corriendo apresurados, parecían hormigas.
- Ah casi lo olvido - buscó el marcador de agua de su escritorio – ¡Bingo!, con esto no se notará que llevo roto las pantimedias – hablaba con la tapa en la boca.