Ares
Paciente espero en mi auto mirando como todas las personas salen del edificio, es difícil no sonreír aunque pienso que me pasé un poco al ver el humo que sale por las ventanas, pero tenía que hacer algo y nada mejor que un incendio, no fue nada difícil sobornar a un cocinero para provocar fuego por “accidente” en la cocina del hotel, miro la foto en donde ella sale besando al idiota y aprieto con rabia mi teléfono, si quería volverme loco lo ha conseguido y tiene el maldito descaro de enviarme una foto, miro hacia el hotel y al verla salir abro la puerta de mi auto, pero cuando veo que se sube a un auto junto a Marco me quedo inmóvil, ¿y ahora a donde va? Golpeo con fuerza el volante y comienzo a seguirlo.
—Estoy ocupado —gruño al tomar la llamada de Isaac mientras conduzco sin apartar la mirada del auto frente a mí.
—Espero que tengas una buena excusa para haber mandado a mi hermano al hospital —bufo
—Ángelo es grande ya Isaac, no tienes que sacar la cara por él
—Sigue siendo mi hermano
—Tu hermano busca a Hana —mascullo mirando que el auto se detiene y hago lo mismo a unos metros —quiere follar a la mujer con la que me voy a casar.
—¿Importa? —frunzo el ceño —no la amas Ares, ¿qué más da con quien ella está si vas a casarte obligado? —veo como Hana y Marco entran riendo a otro hotel y siento un horrible nudo en mi estómago, al parecer la comida no me ha sentado bien.
—Ángelo debe respetar ciertas cosas
—¿Respetar qué? No la amas ni Hana a ti —aprieto con fuerza el volante, esta conversación solo me enoja más.
—Si llamas para que le pida perdón a Ángelo olvídalo, más bien dile que si sigue le romperé las manos —escucho que Isaac masculla algo, pero no logro entenderlo ni deseo tampoco hacerlo.
—¿Quieres a Hana para ti solo? —la pregunta explota en mi cabeza —¿será tu esposa de verdad? ¿Le serás fiel Ares? —río con su última pregunta.
—Cuida de tu esposa e hijos Isaac, déjame en paz —cuelgo la llamada sin darle tiempo a nada y miro mi reloj, me acomodo en mi asiento esperando a Hana, en algún momento saldrá y me dará muchas explicaciones, estoy seguro de que ahora mismo están cenando, doy un bostezo sintiéndome cansado y poco a poco el sueño me vence cerrando mis ojos.
Incómodo me muevo en mi asiento y al recordar lo que hacía abro los ojos de golpe, sigo en mi auto, pero ya es de día, me acomodo en el asiento y acomodo mi ropa también, maldita sea, he tenido la peor noche de mi vida y todo mi cuerpo duele, mi ceño se frunce al ver el auto de Marco ahí, pero no solo está el suyo, el de Hana también, al parecer alguien lo trajo, pero eso no es lo peor, sino lo que significa, ella durmió ahí dentro ¿con él? La rabia aumenta con cada segundo que pasa y el odio también, cuando al fin la veo salir con la misma ropa de ayer bajo de mi auto dando un portazo.
—¡Hana! —mi grito la detiene justo cuando iba a subir a su auto
—Ares
—¿Dormiste con él? —gruño acercándome a ella que solo alza una de sus perfectas cejas sorprendida de verme.
—¿Qué haces aquí Ares? ¿Me sigues?
—Llegaste ayer —tomo con fuerza su brazo —sales hoy, te has bañado, pero traes la misma ropa, tú —las palabras se atoran en mi garganta
—¿Qué pasa? ¿Quieres saber cómo salió la negociación con Marco? —sonríe —Estuvo muy bien Ares —la suelto sintiendo asco sabiendo que no habla de negocios
—Ni siquiera te importó estar embarazada de mi hijo
—¿Ahora es tu hijo? —ella ríe haciéndome enojar más
—Estás embarazada maldita sea, no puedes
—¿Tener sexo? —sigue riendo como si nada cuando yo estoy al explotar —Ares claro que puedo tener relaciones.
—Eres
—Una mujer —dice sin dejarme hablar y aun sonriendo —y tu un hombre que al parecer necesita sexo, deja los enfados que aún no estamos casados —Hana entra al auto y aprieto con fuerza mis puños deseando golpear algo, veo como arranca este y maldigo mil veces el haberla conocido, ¿se puede tener más descaro? Me envía una foto y no niega haber estado con otro, justo en mi cara lo ha hecho y está como si nada.
Cierro con rabia mi laptop sin poder contener el dolor de cabeza que tengo, así es imposible trabajar, me pongo de pie sintiéndome horrible, sé que es por haber dormido en el auto, paso las manos por mi rostro y luego llamo a mi secretaria, la cual enseguida entra a mi oficina.
—Consígueme algo para el dolor de cabeza —digo sin mirarla —algo fuerte por favor.
—Conozco un método muy bueno para eso —siento sus manos acariciar mis hombros —y hace efecto rápido —la chica habla en mi oído y sonrío.
—¿Qué tan rápido?
—Te hace olvidar hasta el problema —me doy la vuelta y ella acaricia mi pecho para luego comenzar a abrir mi camisa —estoy aquí para hacerte sentir bien jefe —susurra besando mi pecho y cierro mis ojos, olvidar el problema, ojalá fuera cierto, pero ahora mismo estoy pensando en el problema, Hana, no la he visto desde nuestro encuentro en el hotel, ¿y si está con él? —¿Ares? ¿Ares? —abro mis ojos y bajo la mirada, la chica está frente a mi arrodillada —¿Qué sucede?
—Hoy no —me alejo de ella acomodando mi pantalón y camisa sintiendo vergüenza porque nunca antes me había pasado esto —me duele mucho la cabeza —carraspeo un poco.
—¿En serio un dolor de cabeza puede provocar impotencia? —escucho la burla en su voz y miro hacia la puerta, mi secretaria agacha la mirada avergonzada y miro a Hana, la cual tiene al parecer llave de mi oficina ya que la chica había cerrado con llave, tenso mi mandíbula —los años no son en vano Ares —ríe —le sucede a menudo —habla a mi secretaria —a veces funciona, otras no —se encoge de hombros
—Vete Martha —pido a la chica que obedece rápido sin mirarme y vuelvo mi vista a los ojos de Hana, mi dolor de cabeza —¿A qué juegas?
—Pensaba que jugábamos lo mismo Ares —ella se detiene frente a mí —así que dolor de cabeza —una de sus manos va a mi pecho y al instante mi corazón comienza a latir más rápido —¿qué pasa? ¿Te molesta saber que besé a otro? —mi mandíbula se tensa mientras ella pasea sus manos por mi pecho —¿te molesta saber que dormí con otro? —sonríe
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Editado: 16.10.2024