Caprichos del destino

CAPITULO 2. ENTRE NOTAS ANDA EL JUEGO

CAPITULO 2

Entre notas anda el juego

Me levanto de la silla enfadada y obedezco a mi madre. El chico nuevo se levanta también y me sigue. Una vez en el pasillo mi madre nos mira a los dos con cara de pocos amigos, la verdad, y durante el minuto más largo de la historia no nos dice nada, tan sólo nos mira.

- Bien Señor Ethan Kenneth Weston III, la próxima vez que entre en una clase trate la puerta con amabilidad que no le ha hecho nada, salude usted a sus nuevos compañeros y se ha de dirigir a mi sin tanta condescendencia y con un poco más de humildad y respeto, ¿entendido?, acaba de llegar no estropee nada, no todavía. Espero mucho de usted Sr. Kenneth- le informa mi madre como quien está repasando los diez mandamientos, con tono severo, firme, regio, casi parece un speach político y arenga militar que una bronca.

- Y usted Señoríta García, no se entrometa ni falte al respeto a un compañero recién llegado y que parece andar un poco perdido- dicho esto mi madre nos hace un gesto para que entremos.

No me puedo creer que me diga tal cosa cuando sólo he querido defenderla, en fin.

El resto de la clase transcurre sin incidencia alguna. Me cuesta prestar atención a los sonetos de Lope de Vega cuando la mitad de las chicas de la clase están murmurando cosas sobre el nuevo y este no para de mirarme como si le incomodora mi presencia. Es él quién ha querido sentarse ahi entre la ventana y yo, ¿qué culpa tengo yo? Si le molesto que se cambie de sitio.

No paro de darle vueltas a lo que me ha dicho antes, que yo me falto al respeto a mi misma. ¿A qué se referiría? No para de mirarme y me está alterando el sistema nervioso, no puedo pensar si tengo a alguien mirándome con cara de querer decirme " hueles que apestas".

Lo miro y me mantiene la mirada. Así que aprovecho que mi madre va explicando "un soneto me manda hacer Violante" por el final de la clase para acercarme a él. - Perdona-le susurro- ¿tengo monos en la cara? ¿te ha dado un bloqueo mental y por eso te has quedado ahi pasmado?- y sin esperar respuesta vuelvo a girarme mirando a mi libreta mientras apunto dos frases que oigo decir a mi madre.

Lo miro de reojo y está con esa sonrisa ladeada que rezuma un exceso de confianza descomunal, definitivamente es insoportable. Es un creido insufrible. Se está acercando y yo no tengo escapatoria porque Max está a mi lado, no puedo levantarme e irme a mitad de clase sin motivo. Un escalofrío me recorre cuando siento su cara a escasos centímetros de mi cuello, puedo notar hasta el calor de su aliento. - Mira gafitas- me susurra, y siento una descarga eléctrica por mi espina dorsal- miro lo que quiero cuando me da la gana, y no, no tienes monos en la cara mas bien tienes cara de mona pero esto es otro tema- y se incorpora. No puedo creerme lo que acaba de decir, osea según él no sólo no me respeto sino que además tengo cara de mona, ¿me ha llamado gafitas? pero ¿que estamos en el kinder otra vez, para utilizar insultos tan básicos?, giro la cabeza lentamente hacia él

- ¡Silencio!- grita mi madre mirando hacia nuestra zona. Pero esto no se va a quedar así, no señor, este futuro delincuente en potencia copia barata de cliché de "chico malo de barrio en colegio pijo" no sabe quien soy yo. Tendré que callarme porque estoy en clase pero eso no quita que no pueda responderle. Cojo un trozo de papel y le escribo de manera furiosa, apretando el boli en cada letra:

¿Perdona? ¿me acabas de llamar gafitas y mona? ¿Qué ha pasado con tu vocabulario pedante? ¿se ha esfumado como tu ingenio para humillarme o sólo era postureo ante la profesora de literatura española? Mira rebelde sin causa de pacotilla no me busques porque me encontrarás.

Fdo. Gafitas

Una vez finalizado el mensaje doblo el papel en varias partes y se lo tiro a la mesa. Me mira sorprendido, pero sonrié, así como viene haciendo desde que entró en clase, con arrogancia, y coge el papel. Batalla ganada, Summer 1- Rebelde de pacotilla 0.

Estoy tomando nota de algo que alcanzo a escuchar de la lección sobre Lope de Vega cuando me cae un papelito. ¿pero qué tenemos cuatro años? bueno no diré nada porque he empezado yo pero me parece ridículo que continue y que me siga el juego.

Perdonada. Sí, te he llamado gafitas, llevas gafas, ¿no?. Y no te confundas, he dicho que tienes cara de mona no que la seas. No te hagas ilusiones a ti no te buscaría ni aunque me pagaras, no eres mi tipo.

Fdo. Rebelde de pacotilla

No pienso responder, está siendo super infantil. Pero no puedo evitarlo, no puedo quedar por debajo, somos agua y aceite y yo siempre tengo respuesta.

¡JA!, ya quisieras tú, no quiero que me busques. Y no quiero ser tu tipo, no seas tan creído.

Fdo. Gafitas

Le lanzo la nota y con el rabillo del ojo veo como tarda bien poco en responder.

Todas quieren ser mi tipo, tu más que ninguna pero aún no lo sabes.

Fdo. Rebelde de pacotilla

Desde luego tiene un ego más grande que su estupidez y ya es un decir. No pienso contestar.

En la siguiente clase, Literatura Inglesa, Mrs. Margareth es la profesora que más me gusta, después de mi madre, porque tiene un acento británico tan marcado que a veces sólo se entiende ella misma y me hace gracia. Al llegar Max me indica que no quiere sentarse en primera fila porque entonces no podemos hablar de nada, asi que en esta ocasión decidimos sentarnos al final de la clase, ya me arrepentiré luego. Estamos hablando sobre el baile de bienvenida que tenemos que organizar cuando el noble medieval, ahora con el sobrenombre bien elegido de rebelde de pacotilla, aparece en escena, es tan teatrero.



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En el texto hay: pasion, amor, teenlove

Editado: 15.09.2024

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