CAPITULO 3.
La vida real
Esta mañana si me da tiempo a recoger la habitación y desayunar en casa con tranquilidad. Mi madre me ha dejado el desayuno preparado, como si no fuera capaz de hacerme unos cereales con leche. En la cocina veo que también ha dejado la comida preparada, esto si me parece una idea genial, asi cuando llegue del insti hoy estará todo hecho, maravilloso. Hoy es martes y mi madre tiene reunión con el claustro lo que significa que llegará super tarde y así tengo la casa para mi solita, disfrutaré del silencio de mi habitación mientras hago los deberes y termino de leer " Crave" de Tracy Wolff, ya me queda poco para finalizarlo. Mientras estoy pensando en esto me suena el móvil, genial, Max pasa a por mi, hoy no iré en transporte público, hoy será un gran día.
A primera hora tengo mates, luego literatura con mi madre, inglés y literatura inglesa antes de ir a comer, las mates se me dan fatal, Eudald, mi profe, es un genio de los números, los disfruta, pero esto es un super poder que muy pocos poseen, se esfuerza en hacernos entender matrices, derivadas e integrales pero yo no lo supero, no hay manera, no las entiendo, no tienen sentido para mí, así como la poesía es métrica y sentimiento y ambos entralazados dan claridad al mundo, las mates lo oscurecen, pero hoy estoy optimista y se que hoy veré la luz, el panorama numérico se abrirá ante mi, acabaré aprobando mates, he de hacerlo si quiero hacer filología inglesa en la King's College de Londres, ¿os he dicho ya que quiero ir a la King's College de Londres, no? Es super importante para mi pero para ello primero debo entender las mates.
Mi móvil suena, un whatsapp de Max.
* Te espero fuera Summy, ¿estás ya ? llevo esperando 10 minutos, ¡saaaal ya!
* ok, salgo en dos minutos.
Al salir veo a Max en el Bentley con cara de preocupación, y esto no es lo habitual en él.
- ¡Buenos días rey!- lo saludo con entusiasmo porque asi refuerzo la buena vibra del día.
- Buenos días Summy- me responde con un tono mortuorio muy poco propio de él,
- ¿Qué te pasa? - le pregunto preocupada mientras dejo mi maletin viejo de cuero marrón oscuro en el asiento de atrás.
- Estoy preocupado, Summy, necesito hablar contigo- me susurra en un hilo de voz que desconocía que tuviera.
- Claro, dime- le digo tajantemente porque me está preocupando. No puede ser nada bueno si utiliza ese tono y esa expresión. Se que algo grave ha de ocurrir para que Max no sólo quiera hablar conmigo seriamente de algo sino que además me lo anuncie de esta manera.
- Verás,estoy empezando a sentir algo por alguien que creo que no debo- y finaliza la frase mirando al frente, recto en el volante, sin pestañear, siento que se tensa y que sus nervios no le permiten movilizar ni un ápice de su fuerte musculatura. Madre mía, ¿se estará declarando? ¿será uno de estos videos de tik tok en los que un amigo besa al otro porque siempre ha estado enamorado de él o de ella? y si es así..¿yo qué le digo? ¿qué hago? lo quiero como un hermano pero de ahí a ser algo más es inviable, es anti natura. Bueno pues el día parece que comienza a no ser tan divino como yo quería.
- Vale, ¿y porqué no debes? -le pregunto lo más pausadamente que puedo haciendo acopio de un aplomo que realmente no tengo, y, para ser sinceros, me da miedo escuchar la respuesta, no quiero ser yo el objeto de su problema y menos si tiene que ver con sentimientos a los que yo no estoy preparada ni puedo corresponder. Espero que no sea nada de lo que estoy pensando.
Espero en silencio su respuesta mientras enciende el motor y conduce hasta el colegio, la verdad es que el trayecto se me está haciendo eterno. He de intentar animar y ayudar a Max porque si no responde es que en su interior se esá cociendo algo, dejaré que madure hasta que pueda expulsara aquello que le preocupa.
- Max, ¿prefieres que lo hablemos a la hora de la comida? te diría de saltarnos la case de mates y hacer un café pero entiende que necesito cada segundo de explicación de esas dichosas integrales, al final debes darme la razón pq todo lo integral apesta- le digo con la esperanza de que se ria y mejorar el ambiente tan entristecido que nos ha acompado durante el camino.
Parece que lo he hecho sonreir, ¡misión cumplida!
- Acepto, en la comida te explico, a ver qué opinas, por cierto tenemos reunión del comité hoy por la tarde, el baile no se organizará solo querida- sólo él puede decirme esto con la mejor de las sonrisas mientras en su interior no se sabe bien bien qué está sucediendo.
Salgo del coche y ambos nos dirijimos a clase, la verdad es que no me apetece nada el tener que estar una hora lidiando con los jeroglíficos numéricos que hacen que dude de mis capacidades intelectuales.
Al entrar en clase veo como Megan y Montse están de pie rodeando a Ethan que charla con ellas como si fueran amigos de toda la vida. Debe estar simpático hoy porque Megan no hace más que sonreir y poner cara de boba, hay que admitirlo cuando quiere parece hasta maja. Martha está sentada en mi silla pero con sus piernas entrelazadas con las de Ethan, no entiendo nada, a él se le ve bastante cómodo con la situación, pero yo he de sentarme asi que tendré que ser quien fastidie su fiesta.
- Bon dia senyors!- dice el profe cuando entra. No puedo demorarlo más me he de sentar, Max que ya está sentado me mira como esperando alguna reacción por mi parte.